Víctor Manuel Carretero Egido, ganadero en la localidad de Masueco, ha denunciado ante este diario ser una nueva víctima de los ataques de buitres sobre el ganado.
Aunque hasta este momento tenía la incertidumbre de que algunas de sus ovejas habían sido atacadas por buitres, aún estando vivas, ahora ha confirmado sus sospechas.
El pasado domingo pudo observar, para su desgracia, cómo una de las ovejas de su rebaño servía de comida para estas aves, y el lunes, 10 de noviembre, le sucedía lo mismo con un borrego, ambos en buen estado sanitario y sobre los que una gran bandada de buitres se abalanzaban para darles muerte y comenzar su ingestión, una situación cada vez más común y de la que los ganaderos comienzan a estar hartos ante la ineficacia de las medidas llevadas a cabo por la Administración regional.
Por tanto, dos días consecutivos ha podido comprobar cómo se quedaba sin dos ejemplares de su rebaño en una parcela situada en la carretera de La Zarza de Pumareda, en el paraje conocido como Corral Redondo, donde decenas de estas aves se mantenían hoy incluso al acecho a la espera de que el propietario abandonase el lugar. La ausencia de comida suficiente en el campo y también en los comederos habilitados, lleva a estas aves necrófagas a arremeter contra las cabezas de ganado para alimentarse.
“Hace unas semanas el jabalí, y ahora los buitres”, señalaba indignado el ganadero ante la falta de respuestas de la Junta de Castilla y León en este tipo de siniestros, “si quieren los buitres que los alimenten ellos y no que lo hagan a costa de los ganaderos. Ahora mismo están los animales acobardados”, una circunstancia que incide –además– en la producción del resto del rebaño.
Y es que la Administración regional, a diferencia de lo que sucede en ocasiones con los ataques producidos por lobos, no reconoce los ataques de los buitres como causa de la muerte del ganado, cuando en más de una ocasión se ha podido constatar que los animales se encontraban vivos a la llegada del propietario al lugar del siniestro.
Las exigencias para la creación de muladares en las explotaciones ganaderas y los límites en cuanto a la edad del ganado para depositar en ellos los cadáveres no incentivan que los ganaderos tomen esta opción, pues tampoco les libera de abonar el seguro para recogida de cadáveres. Por ello, a pesar del tímido intento de la Junta por solucionar el problema, este persiste e incluso se acrecienta a medida que aumentan las poblaciones de estas especies, especialmente en zonas como el Parque Natural Arribes del Duero, espacio en el que se encuentra el municipio de Masueco.
Miguel Corral – salamancartvaldia.es