El conflicto en el sector de la industria azucarera y de las levaduras ha llegado a un punto crítico. Las Federaciones de Industria de UGT y CCOO han convocado una serie de movilizaciones en respuesta al bloqueo de las negociaciones del convenio colectivo sectorial. Este conflicto surge en un contexto en el que los trabajadores han visto una pérdida de poder adquisitivo cercana al 10%, mientras las empresas del sector han seguido registrando beneficios significativos en sus cuentas de resultados.
La raíz del conflicto: una negociación bloqueada
Durante los últimos años, el sector de la industria azucarera y de las levaduras ha sido testigo de un crecimiento económico considerable para las empresas que lo componen. Sin embargo, este crecimiento no ha sido equitativamente compartido con los trabajadores, quienes han sufrido una pérdida de poder adquisitivo significativa. Según datos de las federaciones sindicales, la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores ronda el 10% en los últimos ejercicios, una cifra alarmante que no ha sido adecuadamente abordada en las negociaciones del convenio colectivo.
La propuesta final presentada por las patronales en la última reunión de negociación ha sido calificada de «inaceptable» por los sindicatos. Esta propuesta, considerada «última y definitiva», no incluye una cláusula de revisión salarial ni una paga compensatoria que repare las pérdidas de poder adquisitivo acumuladas por los trabajadores. Las federaciones de UGT y CCOO sostienen que es inasumible un nuevo convenio colectivo que no garantice la estabilidad económica futura de los trabajadores ni compense las pérdidas sufridas en el pasado.
El calendario de movilizaciones: un plan de acción para presionar a las patronales
Ante esta situación, UGT FICA y CCOO han anunciado un calendario de movilizaciones que se desarrollará en diversas localidades y fábricas clave del sector. Estas movilizaciones buscan presionar a las patronales para que reconsideren su posición y acepten un convenio colectivo que sea justo y digno para los trabajadores.
La primera concentración tendrá lugar el próximo 10 de septiembre en Olmedo (Valladolid), frente a las puertas de la cooperativa ACOR. Al día siguiente, el 11 de septiembre, la movilización se trasladará a Miranda de Ebro (Burgos), frente a la fábrica de AB Azucarera. Estas concentraciones continuarán el 17 de septiembre en la fábrica de Lesaffre en Valladolid, y el 18 de septiembre en Villarubia (Córdoba), ante la fábrica de AB Mauri.
El calendario de movilizaciones seguirá con concentraciones los días 19 y 24 de septiembre en los centros de trabajo de AB Azucarera en Jerez (Cádiz) y La Bañeza (León), respectivamente. Posteriormente, el 25 de septiembre habrá una nueva concentración frente a la fábrica de aceite de ACOR en Olmedo. Finalmente, las movilizaciones culminarán los días 1 y 2 de octubre en los centros de trabajo de AB Azucarera en la provincia de Zamora, en las localidades de Toro y Benavente.
La posición de los sindicatos: responsabilidad y exigencias
Desde las Federaciones de Industria de UGT y CCOO, se hace un llamado a la responsabilidad por parte de las patronales. «Evitar la conflictividad en el sector de la industria azucarera y de las levaduras sólo depende de las patronales», afirman los sindicatos. Exigen que las empresas muestren la misma responsabilidad que los trabajadores han demostrado en situaciones complejas, especialmente durante la pandemia y la posterior recuperación económica.
Los sindicatos argumentan que las empresas tienen la capacidad de distribuir parte de sus beneficios con los trabajadores, especialmente en un momento en el que las cifras económicas del sector han sido positivas. Las patronales, según los sindicatos, deben reconocer el esfuerzo y sacrificio de los trabajadores, y compensar adecuadamente la pérdida de poder adquisitivo que estos han experimentado.
Un sector en crecimiento, pero con desigualdad en la distribución de beneficios
El sector de la industria azucarera y de las levaduras ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años, con beneficios significativos para las empresas. Sin embargo, este crecimiento no ha sido acompañado de una mejora proporcional en las condiciones laborales de los empleados. La falta de un aumento salarial acorde con el crecimiento del sector, sumado a la inflación, ha llevado a una situación insostenible para los trabajadores.
Los datos económicos del sector indican que las empresas han mantenido e incluso incrementado sus márgenes de beneficios. Esto se debe en parte a la optimización de procesos productivos y al incremento de la demanda en mercados internacionales. Sin embargo, estos beneficios no se han traducido en mejoras salariales ni en condiciones laborales más justas para los trabajadores.
El impacto de la inflación y la necesidad de una cláusula de revisión salarial
Uno de los puntos clave en la negociación del convenio colectivo es la cláusula de revisión salarial. Los sindicatos argumentan que, en un contexto de inflación creciente, es fundamental que los salarios de los trabajadores estén protegidos frente a la pérdida de poder adquisitivo. Sin una cláusula de revisión salarial, los trabajadores quedan expuestos a las fluctuaciones del mercado, lo que puede erosionar su capacidad económica a lo largo del tiempo.
Según informes económicos recientes, la inflación en España ha mostrado una tendencia al alza en los últimos años, con picos que han superado el 3% anual en algunos períodos. Esta realidad económica, combinada con la falta de un aumento salarial proporcional, ha dejado a muchos trabajadores del sector en una situación de vulnerabilidad económica.
El futuro del sector: negociación o conflicto
El desenlace de este conflicto dependerá en gran medida de la capacidad de las partes para llegar a un acuerdo que sea beneficioso tanto para las empresas como para los trabajadores. Las movilizaciones convocadas por UGT FICA y CCOO representan un esfuerzo por visibilizar la situación y presionar a las patronales para que reconsideren su postura.
Si las empresas del sector no acceden a las demandas de los trabajadores, es probable que el conflicto se intensifique, con un impacto negativo no solo en las relaciones laborales, sino también en la producción y la estabilidad del sector. Por otro lado, si se logra un acuerdo que incluya una cláusula de revisión salarial y una paga compensatoria, se podría evitar la escalada del conflicto y garantizar la paz laboral en un sector estratégico para la economía española.
Las movilizaciones convocadas en el sector de la industria azucarera y de las levaduras son un reflejo de la injusticia percibida por los trabajadores ante la falta de un convenio colectivo que proteja sus intereses. Las Federaciones de Industria de UGT y CCOO han dejado claro que no aceptarán un convenio que no garantice la dignidad y el bienestar de los trabajadores.
El futuro del sector depende ahora de la voluntad de las patronales para negociar de buena fe y reconocer el valor y el esfuerzo de sus empleados. La responsabilidad empresarial es clave para evitar un conflicto mayor y para asegurar que los beneficios del crecimiento económico se distribuyan de manera equitativa.