
La Unión Europea (UE) ha dado un paso más en su estrategia de presión económica contra Rusia y Bielorrusia, al adoptar un nuevo reglamento que impone aranceles adicionales a los productos agrícolas y a determinados fertilizantes de origen ruso y bielorruso que aún no estaban gravados. La medida, aprobada por el Consejo de la UE, se alinea con el objetivo de debilitar la economía de guerra rusa y reducir la dependencia estratégica de Europa en sectores sensibles como la agricultura y la producción de fertilizantes.
Objetivo doble: castigar a Rusia y proteger la autonomía agrícola de la UE
El nuevo reglamento busca por un lado limitar los ingresos por exportaciones agrícolas y químicas de Rusia, reduciendo así su capacidad de financiar la guerra en Ucrania; y por otro lado, reforzar la resiliencia económica de la Unión Europea promoviendo la diversificación de proveedores y la producción interna.
Aranceles progresivos y periodo de transición para fertilizantes
El reglamento prevé que los aranceles sobre los fertilizantes afectados se apliquen de forma gradual durante un periodo de transición de tres años, con el fin de proteger a la industria europea de fertilizantes y mantener la asequibilidad para los agricultores del continente. Esta decisión se basa en un equilibrio entre la necesidad geopolítica y la protección del mercado interno europeo.
En el caso de los productos agrícolas, los nuevos aranceles cubrirán el 100 % de las importaciones rusas en esta categoría, ya que los restantes productos agrícolas ya están sujetos a derechos de aduana previos.

Un 15 % de las importaciones agrícolas rusas de 2023, afectadas
Según datos del Consejo, los productos afectados representan aproximadamente el 15 % del total de las importaciones agrícolas procedentes de Rusia en 2023. En cuanto a los fertilizantes, los productos a base de nitrógeno son los principales incluidos en esta nueva tanda de medidas.
El impacto económico potencial es significativo. Solo en 2023, la UE importó 3,6 millones de toneladas de estos fertilizantes desde Rusia, lo que supuso una factura de 1.280 millones de euros, es decir, más del 25 % del total de importaciones comunitarias en este sector.
La presidencia polaca aplaude la medida: «Europa unida en su máxima expresión»
Michał Baranowski, subsecretario de Estado del Ministerio de Desarrollo Económico y Tecnología de Polonia, que ejerce actualmente la presidencia del Consejo de la UE en el ámbito del Comercio, destacó que:
“Estas medidas aumentan nuestra seguridad económica al reducir nuestra dependencia de Rusia. Estamos reduciendo aún más los ingresos de exportación rusos y, por lo tanto, su capacidad para financiar su brutal guerra. Esto representa la Europa unida en su máxima expresión”.
El lema de la presidencia polaca, “¡Seguridad, Europa!”, encuentra así una aplicación práctica en la política arancelaria.
Reforzar la soberanía económica y fomentar la producción interna
Las nuevas tarifas no solo buscan presionar a Rusia y Bielorrusia, sino que también persiguen acelerar la independencia estratégica de la UE, promoviendo la producción europea de fertilizantes y la diversificación de las fuentes de abastecimiento.
La Comisión Europea ha insistido en que los agricultores europeos no deben verse penalizados por estas medidas. Por ello, además del periodo de transición para los fertilizantes, se prevé una vigilancia estrecha de su aplicación y posibles medidas de acompañamiento si fuese necesario para garantizar precios estables.
Contexto: una nueva fase en la presión económica sobre Rusia
La decisión se enmarca en una política de sanciones y restricciones comerciales progresivas que la UE ha venido adoptando desde el inicio de la guerra en Ucrania en febrero de 2022. El 28 de enero de 2025, la Comisión Europea presentó la propuesta que ahora se convierte en reglamento, justificándola como parte de la estrategia de aislamiento económico de países involucrados en la agresión contra Ucrania.
Esta no es la primera vez que se imponen medidas contra los fertilizantes rusos, pero sí supone una cobertura total de las importaciones agrícolas procedentes de Rusia.
Próximos pasos: entrada en vigor el 1 de julio de 2025
El reglamento aprobado por el Consejo de la UE entrará en vigor el 1 de julio de 2025, lo que ofrece un margen para que los sectores implicados puedan adaptarse. Durante este periodo, se establecerán instrumentos de seguimiento y se consultará regularmente con los actores del sector agrícola y agroindustrial para evaluar los impactos y ajustar las medidas si fuera necesario.