Estos días, ante la crisis por la que pasa el sector frutícola, he leído en la prensa que alguna organización realiza la propuesta de hacer retirada de fruta en verde; esto quiere decir que en lugar de cosechar la fruta se trata de tirarla al suelo para poder cobrar a precio de retirada. Con todo el respeto del mundo para la propuesta, quisiera hacer unas reflexiones para explicar por qué creo que es del todo negativa para la agricultura profesional.
En primer lugar, como agricultor quiero producir alimentos de calidad para llevar mi fruta a los mercados, para que alguien pueda consumir lo que yo he producido con todo el cuidado del mundo! Sinceramente, creo que en un futuro esta medida sólo favorecería los especuladores, que irían a producir sólo para poder cobrar la ayuda de la retirada; por tanto, a corto plazo iría en contra de los productores profesionales.
En segundo lugar, como ciudadano, creo que con el hambre que se pasa en el mundo, no es la medida más adecuada. No creo que nuestros conciudadanos lo puedan entender. Y en tercer lugar, como sindicalista, entiendo que hay muchas otras medidas efectivas a reivindicar, como puede ser incrementar el precio y el límite de la retirada, con destino a beneficencia, medida que por un lado favorecería el campo, y de otro, ayudaría a los más necesitados.
Prohibir la venta de las malas calidades en situaciones de crisis podría ser otra salida para la agricultura. Un ejemplo en melocotón y nectarina sería prohibir la venta de los calibres inferiores a 60 milímetros (ya que un melocotón de 60 milímetros ya es bastante pequeño!). Estas cualidades ya no se ponen nunca en el mercado, sino que se destinan para hacer zumo, pero, en cambio, las encontramos cuando vamos a comprar. Está claro que alguien se las debe proporcionar, pero ese alguien no es el agricultor que trabaja para hacer productos de calidad.
Los mismos defensores de esta propuesta argumentan que, cosechando en verde, nos ahorraremos los gastos del almacén o de la cooperativa. Utilizar este argumento es engañarnos a nosotros mismos; está claro que si la fruta no entra en el almacén no se le aplican gastos, pero también es cierto que cuanto menos fruta entra en el almacén o cooperativa, los gastos fijos a aplicar deberán sobrecargar a la fruta que sí entra; por tanto, cuanto menos fruta entramos en la cooperativa más altas serán los gastos fijos por kilo.
Es evidente que la aplicación de esta medida, a medio y largo plazo, no beneficiaría en absoluto a los fruticultores profesionales; por lo tanto, habría que destinar los esfuerzos a luchar para conseguir otras propuestas más positivas. Propuestas hay muchas más: un nuevo plan de reconversión varietal para ayudar a los profesionales a adaptarse a las demandas del mercado, ayudas a la promoción, etc …, pero nunca se debería producir, para luego tirar la fruta al suelo en verde, fruta que hemos cuidado durante todo un año!
Josep Cabré responsable estatal de fruta de Unión de Uniones
