En una iniciativa urgente, la plataforma SOS Rural ha lanzado una campaña de recogida de firmas bajo el lema “No a las macroplantas solares o eólicas. ¡Nos estamos quedando sin campos de cultivo!”. La campaña tiene como objetivo frenar la expansión descontrolada de grandes instalaciones energéticas que, según la organización, están provocando un grave deterioro en los ecosistemas y reduciendo drásticamente las tierras de cultivo en España.
En los últimos años, la superficie ocupada por parques fotovoltaicos en España ha aumentado significativamente. Actualmente, estas instalaciones ya cubren 50.000 hectáreas de tierras de cultivo, un incremento de 31.000 hectáreas desde 2016, lo que representa un aumento del 166%. Además, los proyectos futuros aprobados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en enero de 2023 podrían sumar otras 50.000 hectáreas, llevando la superficie total a cerca de 100.000 hectáreas si se ejecutan todos los proyectos previstos. Esta situación pone una presión considerable sobre las tierras agrícolas, esenciales para la producción de alimentos en el país.
La reciente aprobación de la Ley de Restauración de la Naturaleza por parte de la Unión Europea el 17 de junio de 2024, aunque contempla la protección de los ecosistemas y medidas específicas para restaurar tierras agrícolas, bosques y ecosistemas urbanos, no aborda de manera específica el impacto negativo de las macroplantas solares y eólicas en las tierras de cultivo. Según SOS Rural, estas instalaciones suponen un grave riesgo para la degradación de los suelos de cultivo, tienen un impacto paisajístico significativo y amenazan la seguridad alimentaria del país y el futuro del entorno rural español.
Javier Poza Llorente, secretario general de SOS Rural, subraya la importancia de priorizar el uso de las tierras de cultivo para la producción de alimentos de forma responsable, sostenible y segura. “No estamos en contra de las energías renovables, pero sí de la proliferación descontrolada de mega plantas que arrasan grandes cantidades de tierra fértil y nuestro entorno. Las mega plantas son una amenaza directa para nuestro campo y un medio rural vivo. En países como Italia ya se ha prohibido la transformación de tierras de cultivo en instalaciones solares. ¿Por qué España no puede hacer lo mismo?”, afirmó Poza Llorente.
La situación es alarmante: las tierras donde se instalan placas solares quedan inservibles para la agricultura durante décadas. Además, las macroplantas eólicas no solo causan contaminación visual y ambiental, sino que también provocan la muerte de miles de aves protegidas cada año. SOS Rural hace un llamado a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, para que actúe con urgencia y evite lo que califican como un “suicidio agrícola”. La campaña busca reunir 30.000 firmas antes del 30 de julio de 2024, que serán entregadas en persona a la ministra en Madrid el próximo 31 de julio.
Campaña de SOS Rural
“Estamos cambiando nuestros paisajes y los alimentos saludables que produce nuestra tierra por paneles fotovoltaicos, contaminantes, plásticos y tornillos”, añadió Poza Llorente. “Esto nos obliga a importar alimentos de otros países que no siempre cumplen con los estándares de calidad europeos. Estamos en una situación límite. Si no actuamos ahora, podríamos perder para siempre nuestras tierras de cultivo más valiosas, comprometiendo irremediablemente nuestra seguridad alimentaria”.
SOS Rural invita a todos los ciudadanos preocupados por el futuro del campo español a unirse a esta causa y firmar la petición online. La organización enfatiza que la transición energética debe ser compatible con la preservación de la agricultura y la protección del medio rural. Renovables, sí, pero no así.
La problemática que denuncia SOS Rural no solo afecta a los agricultores, sino que tiene implicaciones mucho más amplias para la sociedad en su conjunto. La pérdida de tierras de cultivo no solo compromete la producción de alimentos, sino que también afecta a la biodiversidad, el paisaje rural y la cultura agrícola que ha definido a España durante siglos.
En este contexto, la campaña de SOS Rural representa un llamado a la acción para proteger un recurso vital. La organización argumenta que es posible encontrar un equilibrio entre la necesidad de desarrollar energías renovables y la conservación de las tierras agrícolas. Proponen, entre otras medidas, fomentar la instalación de plantas solares y eólicas en terrenos no cultivables, como techos de edificios industriales, zonas desérticas o áreas ya degradadas.
El debate sobre la gestión del territorio y la sostenibilidad de las energías renovables es complejo, pero SOS Rural insiste en que es fundamental tener en cuenta las necesidades de las comunidades rurales y la importancia de la seguridad alimentaria. La campaña también destaca el ejemplo de otros países europeos que han implementado regulaciones para proteger las tierras de cultivo, subrayando que España debe seguir su ejemplo para garantizar un futuro sostenible.
A medida que la campaña avanza, SOS Rural espera que la presión pública impulse a las autoridades a reconsiderar la estrategia actual y a desarrollar políticas que equilibren la expansión de las energías renovables con la protección del medio rural. Con la entrega de las firmas a finales de julio, la organización espera abrir un diálogo constructivo con el gobierno y otros actores clave para encontrar soluciones que beneficien tanto al medio ambiente como a la agricultura.
La campaña de SOS Rural es una llamada a la acción urgente. Con el apoyo de miles de ciudadanos, la organización espera influir en las políticas nacionales y asegurar que las tierras de cultivo en España se utilicen de manera sostenible y responsable. En un mundo donde la seguridad alimentaria y la conservación del medio ambiente son cada vez más cruciales, SOS Rural destaca la importancia de tomar decisiones informadas y equilibradas para el beneficio de todas las generaciones futuras.