
El Sindicato Labrego Galego (SLG) ha lanzado una nueva campaña para visibilizar la discriminación económica que sufren miles de pequeñas y medianas granjas lecheras en Galicia por parte de las principales industrias lácteas que operan en la comunidad: Lactalis, CAPSA y Lence. Esta ofensiva mediática tiene como objetivo concienciar tanto a los consumidores como a las administraciones públicas sobre una estrategia comercial que, según denuncia la organización agraria, beneficia sistemáticamente a las grandes explotaciones en detrimento del modelo familiar y sostenible.
Más de 3.000 explotaciones gallegas, perjudicadas
El pasado 21 de marzo, el Sindicato Labrego Galego envió comunicaciones formales a Lactalis, CAPSA y Lence —las tres industrias que más leche recogen en Galicia— expresando su preocupación por las ofertas de precio por debajo de la media nacional y europea que estaban recibiendo numerosas explotaciones, muchas de ellas familiares. En estas cartas, se denunciaba la aplicación de una política de primas por cantidad que penaliza a las granjas que producen menos volumen de leche, aunque esta sea de igual calidad.
“La discriminación es flagrante: por la misma leche, se paga menos a quienes menos producen”, señala la organización, que calcula que esta práctica afecta directamente a alrededor de 3.000 explotaciones ganaderas gallegas, lo que representa cerca de la mitad del total.
Prima por cantidad: una herramienta de exclusión
Una de las claves de la denuncia del SLG es la prima por cantidad, una estrategia de las industrias que incentiva la producción masiva mediante bonificaciones progresivas para las explotaciones que superan determinados umbrales de litros anuales. En la práctica, esto excluye automáticamente a todas aquellas granjas con una producción inferior a los 240.000 litros/año.
Según datos facilitados por el propio sindicato, en Galicia el 48,60 % de las explotaciones lecheras producen menos de 250.000 litros al año. Esto implica que casi la mitad del tejido ganadero gallego queda fuera de los beneficios derivados de esta prima, condenando a estas granjas a percibir un precio base sin suplementos, que en muchos casos se sitúa por debajo de los 40 céntimos/litro sin IVA.
Diferencias de precios entre granjas
El SLG ha elaborado un gráfico comparativo que muestra el precio final sin IVA que perciben las explotaciones, con y sin prima. En muchos casos, las grandes explotaciones pueden recibir hasta 5 céntimos por litro más que las pequeñas, simplemente por volumen, a pesar de que la leche entregada tenga exactamente la misma calidad sanitaria y organoléptica.
“Lactalis y CAPSA no han incrementado el precio base en los últimos meses. El pequeño aumento que se percibe se debe exclusivamente al reajuste de las primas, especialmente la de cantidad”, afirma Ana Rodríguez, economista especializada en políticas agrarias y ganadera.
Consecuencias sociales y ambientales del modelo industrial
El SLG considera que esta política de discriminación acelera la desaparición del modelo de producción familiar, lo que conlleva efectos devastadores para el medio rural gallego. En lugar de fomentar un sistema equilibrado, donde muchas pequeñas granjas repartidas por el territorio aseguran empleo, cuidado del entorno y vertebración rural, la estrategia de las grandes industrias concentra la producción en pocas explotaciones intensivas, muchas veces localizadas en la franja central de Galicia.
“Lo que está en juego no es solo el precio de la leche, sino el modelo de sociedad rural que queremos construir”, argumentan desde el sindicato.
Además, advierten de que incluso las grandes explotaciones con prima siguen recibiendo un precio inferior a la media nacional y por debajo también del precio medio en la UE-27, lo que evidencia una posición de poder dominante de las industrias, que no repercuten en los productores las subidas del mercado.
Cifras que retratan la desigualdad
A continuación, se resumen algunas de las cifras más relevantes del conflicto:
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3.000 explotaciones gallegas afectadas directamente por la discriminación de primas.
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48,60 % de las granjas gallegas producen menos de 250.000 litros al año, quedando fuera de la prima por cantidad.
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Precio base medio sin IVA: alrededor de 0,39 €/litro para pequeñas explotaciones, frente a los 0,44 €/litro que pueden alcanzar las grandes.
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Media nacional en febrero de 2025: 0,455 €/litro, según el Ministerio de Agricultura.
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Media de la UE-27: 0,467 €/litro, según datos de la Comisión Europea.
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Galicia concentra más del 38 % de la producción de leche en España, con alrededor de 6.800 explotaciones registradas.

Peticiones del Sindicato Labrego Galego a las industrias
Ante este panorama, el Sindicato Labrego Galego reclama a Lactalis, CAPSA y Lence lo siguiente:
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Eliminación de la prima por cantidad o su reformulación para que no excluya a las pequeñas explotaciones.
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Aumento del precio base para todas las explotaciones, alineándolo con los valores estatales y europeos.
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Reconocimiento económico de la función social, ambiental y territorial que desempeñan las granjas familiares.
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Compromiso para garantizar un reparto justo y equitativo del valor de la cadena láctea.
h2. Una campaña para sensibilizar a los consumidores
Como parte de su estrategia, el SLG ha comenzado una campaña de visibilización en redes sociales, difundiendo materiales gráficos explicativos y comparativas de precios. Además, si la situación no mejora en las próximas semanas, anuncian que llevarán a cabo acciones informativas en grandes superficies y que buscarán el apoyo de las organizaciones de consumidores.
El objetivo es claro: sensibilizar al consumidor sobre el origen de la leche que compra y las condiciones en que ha sido producida, para fomentar un consumo responsable que apoye a las explotaciones que garantizan la sostenibilidad y la vida en el rural.
Una cuestión de modelo: ¿campo vivo o industria intensiva?
El conflicto entre las pequeñas explotaciones lecheras y las grandes industrias no es nuevo, pero se agudiza en un contexto de crisis climática, encarecimiento de costes y abandono del medio rural. Para el SLG, la prima por cantidad representa mucho más que un incentivo comercial: es una herramienta que, aplicada sin equidad, puede vaciar el campo y convertir la producción alimentaria en una cuestión exclusivamente industrial.
Desde el Sindicato insisten en que es urgente repensar el modelo agroalimentario, apostando por políticas públicas e industriales que favorezcan la diversidad, la proximidad y la justicia social, en lugar de concentrar poder y recursos en manos de unos pocos.