Según NEPG, restan de arrancarse 1,4 millones de toneladas de patata, la mayor parte en los Países Bajos y Bélgica.
La cosecha de patatas en la Unión Europea enfrenta desafíos sin precedentes este año, según la Asociación que agrupa a los productores de Alemania, Francia, Bélgica y los Países Bajos, la NEPG. Con abundantes lluvias y condiciones climáticas adversas, la industria de la patata en la UE-4 (que incluye países clave en la producción de patatas) está bajo una presión considerable. Este artículo profundiza en los problemas actuales y explora las implicaciones para 2024.
Retrasos en los Arranques de Patata Debido a Lluvias Abundantes
El año 2023 ha sido particularmente difícil para los agricultores de patatas en Europa. Las lluvias continuas han retrasado significativamente la cosecha, dejando una porción considerable de la producción en los campos que desde NEPG se ha situado en los 1,4 millones de toneladas en una campaña en la que se espera alcanzar los 23,6 millones de toneladas.
Las malas condiciones climatológicas vividas en octubre hicieron que se tuvieran que parar los arranques en muchas zonas de los citados países, cuando apenas se llevaban tres semanas de labores.
Por ejemplo, a medidas de noviembre llegaron a recogerse hasta 250 mm de precipitaciones en zonas patateras de Países Bajos, Bélgica, Francia y Alemania, incluso con parcelas que llegaron a inundarse.
De esas 1,4 millones de toneladas se concentra en Holanda donde queda en el campo todavía un 15% de la cuantía total de patata y Bélgica donde esa cifra puede situarse en el 11%.
Además, en estos momentos existen serias dudas de que se puedan llegar a recoger esos tubérculos, existiendo un riesgo real de que se puedan llegar a pudrir, mientras que las que se puedan «finalmente» sacar es más que probable que presenten problemas de calidad y que el almacenaje sea complicado.
Toda esta situación ha llevado a una disminución en la disponibilidad de patatas almacenables y ha planteado serias dudas sobre el cumplimiento de los contratos establecidos.
Impacto en la Producción y Rendimiento
Tras un verano verano moderado con rendimientos generalmente se pudieron calificar como buenos, ya que se situaron en las 45,4 toneladas por hectárea en la zona NEPG , lo que representa un ascenso del 6,3% sobre los datos de la campaña previa.
Precisamente esas cifras hacen que las estimaciones globales de cosecha de este tubérculo en Países Bajos, Bélgica, Alemania y Francia se estimen en los ya referidos 23,6 millones de toneladas, una cifra muy similar a la de 2021 cuando se alcanzaron los 22,9 millones, en una año similar en superficie y rendimientos.
Condiciones Climáticas Extremas y Cambio Climático
El año 2023 sirve como un recordatorio crudo de cómo el cambio climático está afectando la agricultura. La combinación de un clima seco y caluroso en la primavera y las lluvias abundantes en el otoño son claros indicadores de patrones climáticos cambiantes. Estos factores no solo afectan la cosecha actual sino que también plantean desafíos significativos para la planificación futura, especialmente en el sector en lo que se refiere al reconocimiento del precio que deben abonar industrias y almacenistas a los cultivadores, afirman desde NEPG en un comunicado de prensa.
Aumento de Precios y Preocupaciones de Calidad
Ante todas las vicisitudes ya comentadas, el mercado libre de la Unión Europea está experimentando un aumento en los precios de las patatas, pasando de 8 € a 20 € por 100 kg en pocas semanas ante la falta de disponibilidad de producto. Además, la calidad de las patatas cosechadas bajo estas condiciones es una preocupación creciente. Patatas que permanecen en condiciones anaeróbicas corren el riesgo de pudrirse, lo que afecta tanto la calidad como la viabilidad del almacenamiento.
Frente a estas dudas la demanda de patatas secas y sanas es alta desde la industria pero también para la exportación.
Desafíos para 2024: Disponibilidad de Semillas
Mirando hacia 2024, la disponibilidad de semillas es una preocupación importante. Se espera una disminución del 20% en la disponibilidad de semillas debido a la reducción de hectáreas plantadas y a la calidad de las semillas. Esto podría tener un impacto significativo en la producción de patatas del próximo año.
Señalar aquí que las hectáreas dedicadas a estas variedades se siembra en 2022 han caído un 6,6% hasta las 94.100 hectáreas en toda Europa. Además, de esa reducción de las hectáreas también hay que destacar los menores rendimientos alcanzados y el mayor tamaño de muchas de ellas que ha provocado que muchas fuesen descalificadas en Francia o en Benelux.
La situación actual en la UE-4 es un claro indicador de los desafíos que enfrenta la industria de la patata. Con el cambio climático como un factor creciente, es esencial que los agricultores y los stakeholders del sector se adapten y planifiquen con anticipación. Las estrategias para mitigar estos desafíos serán cruciales para asegurar la estabilidad de la producción de patatas en Europa en los próximos años.