Los estragos del temporal que azotó Castilla y León el pasado 9 de octubre, con vientos superiores a los 100 km/h y lluvias intensas, han dejado una huella devastadora en el campo y las instalaciones agrícolas de la región. Las provincias más afectadas han sido Burgos, Palencia, Zamora y Salamanca, donde la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) ha señalado la necesidad urgente de habilitar un plan de ayudas económicas para apoyar a los agricultores y ganaderos en la reconstrucción de sus infraestructuras y para compensar las pérdidas sufridas en las cosechas.
La alerta meteorológica emitida para el 9 de octubre advertía de un temporal de gran magnitud, y las previsiones se cumplieron con rigor. Las ráfagas de viento, que superaron los 100 km/h, y las precipitaciones continuas causaron numerosos destrozos en toda la comunidad autónoma. Según las fuentes de la Agencia de Protección Civil y Emergencias de Castilla y León, se atendieron más de 700 incidencias relacionadas con la tormenta, muchas de ellas en zonas rurales y agrícolas.
Las naves e instalaciones de explotaciones agrícolas y ganaderas se vieron gravemente afectadas. En muchos casos, los techos y cubiertas de las construcciones fueron arrancados por el viento, exponiendo a los animales y a los productos almacenados a las inclemencias del tiempo. Las fuertes lluvias también contribuyeron al deterioro de las infraestructuras, con inundaciones y filtraciones de agua que han dañado almacenes y equipos agrícolas.
Además de las infraestructuras, los cultivos de la región han sufrido severamente. Uno de los más afectados ha sido el girasol. Las intensas lluvias retrasaron la cosecha, y la llegada del viento provocó que muchas plantas fueran arrancadas de raíz y quedaran tumbadas, imposibilitando la recolección. Las pérdidas son significativas, y los agricultores ya asumen que una parte importante de la cosecha de girasol de este año no se recuperará.
En cuanto a la patata, otro cultivo relevante de la región, la situación es igualmente crítica. En las provincias de Burgos, Palencia y Zamora, muchas patatas aún estaban en el campo cuando llegó el temporal, y en numerosos casos ya no podrán ser recogidas debido a la acumulación de agua en los terrenos y el deterioro del producto. En Salamanca, el exceso de lluvia en las zonas patateras ha causado que los cultivos se vean afectados por la podredumbre y que la cosecha se encuentre en riesgo de perderse por completo.
UCCL pide medidas urgentes: declaración de zona catastrófica y plan de ayudas
Ante la magnitud de los daños, la UCCL ha solicitado que se declare la zona afectada como “zona catastrófica” o “zona gravemente afectada por una emergencia de protección civil”. Esta declaración permitiría que las administraciones activen un plan especial de ayudas económicas y técnicas para apoyar a los agricultores y ganaderos afectados. La UCCL ha insistido en que la rápida intervención de las instituciones es clave para evitar que la situación de los productores agrícolas empeore aún más y se agrave la crisis en el sector.
La organización agraria ha recomendado a los afectados que notifiquen de manera inmediata los daños tanto a sus seguros privados como a Agroseguro, la entidad aseguradora especializada en el ámbito agrícola. Asimismo, aconseja que los agricultores y ganaderos comuniquen la situación a sus respectivos ayuntamientos, para que estos puedan colaborar con las Diputaciones provinciales en la gestión de las ayudas y en la tramitación de la declaración de zona catastrófica.
La UCCL subraya que es fundamental que se habiliten fondos específicos para la reparación de los daños en las infraestructuras y para compensar las pérdidas económicas derivadas de las cosechas no recogidas. Sin esta ayuda, muchos agricultores y ganaderos de la región podrían enfrentarse a graves dificultades financieras, que comprometerían la viabilidad de sus explotaciones.
El temporal ha llegado en un momento especialmente delicado para el sector agrícola en Castilla y León. La campaña de siembra de invierno está a punto de comenzar, y los agricultores necesitan preparar las tierras para plantar los cereales de la próxima temporada. Sin embargo, los costes de producción han aumentado significativamente en los últimos meses, debido al encarecimiento de insumos como fertilizantes y combustible, mientras que los precios del cereal de la pasada campaña fueron particularmente bajos, lo que ha dejado a muchos productores sin la posibilidad de ahorrar.
La UCCL ha manifestado su preocupación por el impacto que este nuevo golpe puede tener en el sector agrícola regional. Las pérdidas derivadas del temporal se suman a las dificultades económicas que ya enfrentan los agricultores, quienes deben hacer frente a los altos costes sin poder contar con una reserva económica que les permita invertir en la nueva campaña. La organización advierte de que, si no se implementan medidas de apoyo de manera urgente, podría haber un descenso significativo en la superficie cultivada, lo que afectaría a la producción agrícola de la región en los próximos meses.
Por si la situación no fuera lo suficientemente complicada, las previsiones meteorológicas indican que a partir de mañana Castilla y León podría volver a verse afectada por otro episodio de fuertes lluvias y vientos. La UCCL ha expresado su preocupación por el posible impacto de este nuevo temporal en los cultivos que aún permanecen en el campo y en las instalaciones agrícolas que ya están dañadas.
“Esperamos que las consecuencias de este nuevo temporal sean mínimas y que podamos continuar con la preparación de las tierras para la siembra”, ha declarado un portavoz de la UCCL. Sin embargo, también ha señalado que la situación sigue siendo incierta y que los agricultores deben estar preparados para actuar con rapidez en caso de que se produzcan nuevos daños.
En este contexto, la UCCL ha hecho un llamamiento a la solidaridad de las administraciones públicas, recordando la importancia del sector agrícola para la economía y la sociedad de Castilla y León. La organización ha insistido en que las ayudas no sólo deben centrarse en la reparación de los daños materiales, sino también en apoyar a los agricultores en la reactivación de su actividad productiva, para que puedan afrontar la próxima campaña con garantías.
“La agricultura y la ganadería son pilares fundamentales de la economía rural de nuestra comunidad, y su supervivencia es clave para el desarrollo de nuestras zonas rurales”, ha afirmado la UCCL en un comunicado. “Es imprescindible que las administraciones trabajen de manera coordinada para ofrecer un apoyo efectivo y rápido a los agricultores y ganaderos afectados, garantizando que puedan superar esta crisis y seguir contribuyendo al desarrollo económico y social de Castilla y León”.
La situación vivida en Castilla y León pone de manifiesto la vulnerabilidad del sector agrícola ante fenómenos meteorológicos extremos, que cada vez son más frecuentes debido al cambio climático. La UCCL ha señalado la necesidad de reforzar las políticas de protección y apoyo al sector, para que los agricultores y ganaderos cuenten con herramientas que les permitan adaptarse a estas nuevas realidades climáticas y minimizar el impacto de los desastres naturales.
Entre las propuestas de la UCCL se encuentra la mejora de los seguros agrarios, la creación de fondos de emergencia para situaciones de catástrofe y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles que contribuyan a la resiliencia del sector ante el cambio climático. “No podemos controlar el clima, pero sí podemos prepararnos mejor para afrontar sus efectos”, ha subrayado la organización.
En definitiva, el temporal del 9 de octubre ha dejado una situación de emergencia en el campo de Castilla y León que requiere de una respuesta urgente y coordinada por parte de las administraciones. La UCCL espera que se tomen las medidas necesarias para que los agricultores y ganaderos puedan superar esta crisis y seguir siendo el motor de desarrollo del medio rural en la región.