Los productores de cítricos en España tienen una fecha límite a la vuelta de la esquina. El 15 de septiembre es el último día para contratar el seguro agrario que protege estas producciones frente a una serie de riesgos climáticos y fenómenos meteorológicos cada vez más extremos. Las condiciones meteorológicas de los últimos años han puesto de relieve la importancia de asegurar las cosechas de cítricos como naranja, mandarina, limón, lima y pomelo, cuyo valor en el mercado y la dependencia de las exportaciones convierten a estos cultivos en esenciales para la agricultura española.
Durante los últimos cuatro años, las condiciones climáticas han sido especialmente adversas para el sector citrícola, acumulando pérdidas millonarias que se han traducido en indemnizaciones por un valor total de 285 millones de euros. Entre los fenómenos más destructivos que afectan a las explotaciones citrícolas, el pedrisco ocupa un lugar destacado. Este evento, que se produce de forma inesperada y con una virulencia cada vez mayor debido al cambio climático, ha sido responsable del 45% de los daños registrados entre 2020 y 2023. En este periodo, las tormentas de granizo han arrasado cosechas completas, dejando a los agricultores con grandes pérdidas económicas y la necesidad de una rápida respuesta aseguradora.
Además del pedrisco, otros fenómenos meteorológicos han causado estragos en las plantaciones de cítricos. El viento, que puede arrancar o dañar gravemente los árboles y frutos, ha sido responsable del 23% de los daños sufridos por las producciones desde 2020. Las heladas, que dañan los árboles y reducen la calidad y cantidad de los frutos, han generado un 22% de las indemnizaciones en el mismo periodo. Estos eventos son un recordatorio constante de que la naturaleza sigue siendo impredecible y que, sin la protección adecuada, los agricultores pueden quedar expuestos a enormes riesgos financieros.
El ejercicio 2023 fue particularmente difícil para los productores de cítricos. Las indemnizaciones para ese año superaron los 102 millones de euros, con el pedrisco como el principal causante de las pérdidas. Durante los meses de mayo y junio, tormentas intensas de granizo se registraron de manera más frecuente y dañina que en años anteriores, provocando daños por un valor cercano a los 60 millones de euros. La magnitud de estas tormentas fue tal que algunas explotaciones vieron reducida su producción a una fracción de lo previsto, con consecuencias desastrosas para los agricultores que no contaban con un seguro adecuado.
En segundo lugar, las heladas causaron daños por más de 20,5 millones de euros, principalmente en las zonas productoras más vulnerables a los descensos bruscos de temperatura. Las heladas afectan no solo al volumen de la producción, sino también a la calidad del fruto, haciendo que muchas cosechas no puedan ser comercializadas o deban ser vendidas a precios muy por debajo del mercado.
El viento, aunque menos frecuente que el pedrisco y las heladas, sigue siendo una de las mayores amenazas para los cítricos. En 2023, el viento provocó daños por más de 16 millones de euros, afectando principalmente a las regiones donde los árboles, cargados de fruto, son especialmente susceptibles a las rachas de viento intenso que pueden provocar la caída masiva de los cítricos, reduciendo el valor comercial de la cosecha.
La Comunidad Valenciana, principal región productora de cítricos en España, ha sido la más afectada por estos fenómenos meteorológicos en los últimos años. Con cerca de 45 millones de euros en indemnizaciones abonadas desde 2020, esta comunidad sigue liderando las cifras en cuanto a daños registrados en el sector citrícola. Su posición geográfica, combinada con la concentración de explotaciones agrícolas dedicadas a los cítricos, la hace especialmente vulnerable a fenómenos como el pedrisco y las heladas.
La Región de Murcia también ha sufrido importantes pérdidas en sus producciones de cítricos, acumulando más de 30 millones de euros en indemnizaciones durante el mismo periodo. Murcia, con un clima más seco que la Comunidad Valenciana, se enfrenta a la amenaza constante del viento y del granizo, que pueden destruir una gran parte de la cosecha en cuestión de minutos. A pesar de los esfuerzos de los agricultores por implementar medidas de protección, como redes antigranizo y otras infraestructuras, la única garantía real frente a estos eventos sigue siendo la contratación de un seguro agrario.
Estabilidad en la contratación de seguros agrarios
El seguro de cítricos ha demostrado ser una herramienta indispensable para los agricultores, proporcionando una red de seguridad frente a los riesgos climáticos. A pesar de los desafíos económicos y climáticos, el sistema de seguros agrarios en España ha mantenido una contratación estable en los últimos años. En la pasada campaña, el seguro agrario cubrió cerca de 3 millones de toneladas de cítricos, con un capital asegurado que superó los 1.100 millones de euros.
De cara a la cosecha de 2024, las cifras de contratación hasta la fecha están muy cerca de alcanzar los mismos niveles que el año anterior. Actualmente, se han asegurado 2,88 millones de toneladas de cítricos, con un capital asegurado cercano a los 1.000 millones de euros. Con el plazo de contratación próximo a su fin, se espera que estas cifras continúen aumentando, consolidando la importancia del seguro agrario como un mecanismo esencial para la estabilidad económica de los productores.
Agroseguro, la entidad encargada de gestionar el sistema de seguros agrarios en España, ha sido clave en la protección del sector citrícola frente a las adversidades climáticas. A lo largo de los años, Agroseguro ha adaptado las coberturas disponibles para los cítricos, asegurando que los agricultores tengan acceso a un sistema de protección robusto frente a los riesgos más comunes, como el pedrisco, la helada y el viento, así como frente a eventos excepcionales, como el daño causado por fauna silvestre, incendios o lluvias torrenciales.
El compromiso de Agroseguro con los productores citrícolas es claro: ofrecer un seguro que no solo cubra los daños directos a la producción, sino que también proteja la viabilidad económica de las explotaciones. En un contexto donde los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes, contar con un seguro agrario es la única forma de mitigar las consecuencias económicas de estos eventos y garantizar la sostenibilidad del sector.
El cambio climático sigue siendo una de las mayores amenazas para el sector agrícola en general, y para el cultivo de cítricos en particular. Los fenómenos climáticos extremos, como tormentas de pedrisco, heladas severas o vientos huracanados, están ocurriendo con mayor frecuencia y gravedad, lo que pone en riesgo la estabilidad de las producciones agrícolas. Ante esta situación, el seguro agrario se presenta como una herramienta indispensable para los agricultores que buscan proteger su inversión y asegurar la continuidad de sus explotaciones.
La agricultura citrícola en España ha demostrado ser resiliente frente a los desafíos climáticos, pero la previsión y la protección a través de seguros son claves para mantener esta resiliencia en el futuro. Con el plazo de contratación del seguro de cítricos para la cosecha 2024 cerrando el próximo 15 de septiembre, los agricultores tienen una última oportunidad para garantizar la protección de sus cosechas frente a los riesgos climáticos.
En resumen, el seguro de cítricos es una herramienta imprescindible para proteger una de las producciones agrícolas más importantes de España. Con fenómenos meteorológicos extremos que no muestran signos de disminuir, y con cifras de indemnizaciones que siguen en aumento, asegurar las cosechas es una decisión crucial para garantizar la estabilidad del sector citrícola en el futuro.