Según los datos ofrecidos recientemente en un informe por el Observatorio Español del Mercado del Vino, la facturación procedente de las exportaciones mundiales de vino aumentó un 1,9% en 2016 hasta los 29.010,7 millones de euros, un aumento de 529 millones frente a 2015, pese a que el volumen exportado cayó un 1,8% hasta los 10.180,7 millones de litros, una reducción de 183,2 millones.
Los vinos envasados que facturan 414,4 millones de euros más que la campaña previa y los espumosos que ascienden este dato en 147,5 millones lideraron la subida en valor, y el granel, con una reducción de 147,5 millones de litros protagonizó el descenso en volumen, con el espumoso como único que creció en este aspecto al ser el único que bajó de precio.
España dejó de exportar en torno a 200 millones de litros, sobre todo a granel, siendo el principal protagonista de la caída global aunque se mantiene como primer vendedor en este aspecto de forma destacada con 2.236 millones de litros. Le sigue Italia, que exportó 55,8 millones de litros más, y a cierta distancia Francia, con 15,7 millones menos. Sin embargo, Francia lideró el valor de las exportaciones mundiales de forma destacada por el gran valor añadido de sus vinos, que se traduce en un precio medio muy superior al resto de principales proveedores.
Francia mantuvo más o menos estables sus ingresos, a pesar de que las ventas caen 23,7 millones de euros, seguido de Italia, líder de la subida mundial al facturar 231 millones más, gracias sobre todo al buen desarrollo un año más del Prosecco. España perdió algo de valor, cae 36 millones de euros, y se aleja como tercer vendedor, de nuevo al precio más bajo entre los países analizados, tanto por la mayor cuota del vino a granel, producto con menor valor añadido, como por unos precios inferiores al resto de principales proveedores en todas las categorías
