El sector quesero español se encuentra en un momento de transformación y crecimiento que lo sitúa como una de las actividades más dinámicas del ámbito agroalimentario. Así lo refleja la monografía “Los retos y desafíos del sector quesero español”, publicada por Cajamar en colaboración con la Organización Interprofesional Láctea (InLac). El documento analiza la situación actual, los problemas estructurales y las oportunidades de futuro de una industria que produce más de 530.000 toneladas de queso al año, genera alrededor de 4.000 millones de euros en consumo en hogares y exporta quesos por valor de 400 millones de euros.
El queso: motor económico del sector lácteo
El presidente de InLac, Javier Roza, subraya que el queso es el producto que más valor genera dentro del sector lácteo español. Casi la mitad de la producción de leche nacional se destina a su elaboración en unas 1.200 queserías, de las cuales el 95 % son pequeñas y medianas empresas vinculadas directamente al sector primario. El queso se ha consolidado como el producto lácteo más comprado en los hogares, con una clara ventaja frente a la leche líquida y los yogures.
Además, la producción quesera española tiene un fuerte impacto en el territorio, contribuyendo al desarrollo rural y a la fijación de población en los pueblos. Manuel Lainez, director de Innovación y Desarrollo Agroalimentario de Fundación Cajamar, afirma que el queso reúne todos los atributos para convertirse en el verdadero motor económico del sector lácteo gracias a su capacidad de generar valor añadido, su arraigo territorial y la creciente demanda nacional e internacional.
Consumo y proyección internacional
El consumo aparente de queso en España es de unos 15 kilos por persona y año, lo que supone un total de 770.000 toneladas si se suman los hogares, la hostelería, la restauración y el uso industrial. Aunque la cifra es positiva, se mantiene aún por debajo de países tradicionalmente queseros como Francia o Alemania, lo que indica un amplio margen de crecimiento.
En materia de comercio exterior, España mantiene un saldo comercial negativo: importa unas 360.000 toneladas, principalmente de quesos industriales destinados a pizzas y otros productos de gran consumo, mientras que exporta alrededor de 120.000 toneladas. Sin embargo, las exportaciones muestran un crecimiento sostenido y un importante potencial, especialmente en el segmento de quesos de calidad diferenciada y con denominación de origen.
Denominaciones de origen y calidad diferenciada
En la actualidad, el sector cuenta con 27 denominaciones de origen protegidas (DOP) y 4 indicaciones geográficas protegidas (IGP), aunque muchas de ellas son todavía poco conocidas fuera de sus regiones de origen. Estas figuras de calidad cumplen un papel estratégico, ya que permiten posicionar al queso español en mercados más exigentes y atraer consumidores interesados en productos ligados al territorio, la tradición y la artesanía.
El auge de pequeñas queserías ha contribuido a diversificar la oferta y a consolidar la reputación del queso español. Aunque su volumen de producción no es comparable al de las grandes industrias, su aportación radica en la innovación, la diferenciación y el impulso a la cultura quesera.
Innovación, sostenibilidad y cultura quesera
La monografía de Cajamar e InLac, coordinada por Pedro Valentín-Gamazo y Javier López Llaneza, recopila la visión de 19 especialistas de diferentes ámbitos: académico, investigador, administrativo y empresarial. La obra se estructura en 14 capítulos agrupados en 5 bloques temáticos, en los que se abordan la producción, la comercialización, la tecnología, la sostenibilidad y la dimensión cultural del queso.
Uno de los grandes retos es reforzar la competitividad internacional sin perder la calidad ni la diversidad que caracterizan al sector. Para ello, los expertos apuestan por una mayor articulación de la cadena de valor, el fomento de alianzas estratégicas y la difusión de la cultura del queso en todos los niveles de la sociedad. La educación gastronómica del consumidor es vista como un eje clave para incrementar el consumo interno y elevar la valoración del producto.
Retos principales del sector
El estudio identifica varios desafíos que condicionarán la sostenibilidad y competitividad del sector quesero en el futuro:
- Saldo comercial negativo, debido a la dependencia de las importaciones de quesos industriales.
- Bajo consumo per cápita en comparación con otros países europeos, lo que implica margen de mejora.
- Necesidad de promoción de las denominaciones de origen y las IGP fuera de sus regiones.
- Fragmentación empresarial, ya que la mayoría de las queserías son pymes con recursos limitados.
- Diversificación del consumidor, pues existen sectores de la población que no consumen queso por motivos de salud o elección alimentaria.
- Retos medioambientales, vinculados a la sostenibilidad de la producción lechera y al impacto de la industria alimentaria.
Oportunidades de futuro
A pesar de los retos, la publicación destaca un escenario optimista para el queso español:
- Creciente reconocimiento internacional, especialmente en mercados gourmet y de restauración de alto nivel.
- Valor añadido superior respecto a otros productos lácteos, lo que permite márgenes más sostenibles.
- Expansión de la cultura del queso, que abre la puerta a un consumo más diversificado y a nuevas experiencias gastronómicas.
- Innovación tecnológica en procesos productivos y de conservación, que amplía las posibilidades de comercialización.
- Conexión con el territorio, que lo convierte en un producto estratégico para el desarrollo rural y el turismo gastronómico.
Conclusión
El sector quesero español se encuentra en una encrucijada: por un lado, arrastra limitaciones estructurales que frenan su competitividad global; por otro, dispone de un enorme potencial para convertirse en uno de los referentes de la gastronomía europea y mundial. Incrementar el consumo interno, reforzar la internacionalización, apostar por la calidad diferenciada y promover una auténtica cultura del queso son claves que determinarán su futuro.
El estudio de Cajamar e InLac no solo ofrece un diagnóstico detallado, sino que también marca un camino: construir un sector quesero más articulado, innovador, sostenible y con mayor proyección internacional. España cuenta con la tradición, la diversidad y la capacidad para que su queso sea no solo un producto de consumo, sino también un símbolo de identidad y desarrollo rural.
