
“Siempre ha habido olas de calor pero nunca tan prolongadas y seguidas”. Son las palabras de Santiago Iturmendi, presidente de la Federación de Caza de Castilla y León que ha hecho un análisis en declaraciones a Agronews de la media veda que comenzó el pasado 15 de agosto en la comunidad. Una temporada de caza que, a bote pronto, va a ser una de las más aciagas que se recuerdan.
Se muestra poco optimista precisamente por las intensas temporadas de calor registradas durante todo el mes de julio y agosto que han provocado que especies como la codorniz hayan huido al norte de España -incluso a otros países de Europa- para buscar refugio ante las altas temperaturas: “Es una especie que necesita una cobertura y un grado de humedad concreto por eso ha decidido irse este año” explica.
Sí se han quedado otras especies como las palomas torcaces que, no solo no se han movido, sino que se encuentran en situación de sobrepoblación, algo que está provocando en el campo que arrase cultivos como el girasol y también afecte a los monumentos en la ciudad por sus deshechos. En estos primeros días de septiembre algunas de las codornices que han emigrado podrían volver a su “cuartel” de invierno en África y quizá ahí, precisa Iturmendi, podría encontrarse algún corro, pero todo dependerá de lo que llueva ahora y lo que desciendan los mercurios.
La Ley de Bienestar Animal, “un despropósito”
Lo que sí tiene ha traído ya polémica en el sector es el proyecto de ley de Bienestar Animal para el que el gobierno central ya busca apoyos con la intención de aprobarlo en el actual periodo de sesiones dentro del Congreso de los Diputados, dentro de este otoño “caliente” que se avecina en la política nacional. De hecho, anuncian movilizaciones contra el gobierno para ser “todo lo contundentes que se pueda” para evitar la aprobación de un texto que contiene algunos puntos que no les gusta nada.
La montería, los galgos o la perdiz con reclamo serían prohibidas y además los perros de caza deberán estar registrados y con vinculación a la licencia. Además la cría queda limitada a criadores profesionales y registrados. Para Santiago Iturmendi este documento es un “atropello” y va más allá: “Se ha llegado a una situación tan aberrante como que un animal sea más importante que una persona” ha aseverado.
Asegura que detrás de esa legislación que ha tildado de “fantasmagórica” hay un interés económico de un sector del gobierno central: “El trasfondo es económico y va a parar a minorías radicales, animalistas o anticaza, se pretende sacar partido de todo ello” ha zanjado. Hasta el momento el proyecto de ley fue aprobado en Consejo de Ministros a principios de agosto y ahora espera ser convalidado por la Cámara Baja en los meses que restan. De momento, para el sector cinegético este es un asunto esencial que “preocupa y ocupa”. En unas semanas, saldrán de dudas.