El principal objetivo a la hora de generar una nueva variedad en cualquier fruta y hortaliza es satisfacer los gustos del consumidor actual, las demandas de la distribución y de la industria transformadora, así como las necesidades de los agricultores. Sabor, aguante en los lineales y aguante a las plagas son las principales demandas a las que las casas de semillas se enfrentan a la hora de innovar en las variedades que ofertan.
Los productores hortofrutícolas reclaman variables como la resistencia a ciertas plagas y enfermedades, la sostenibilidad del cultivo en campo, su adaptación a la zona de producción, o la productividad de la planta en kilos por hectárea.
En el caso de los puntos de venta, las demandas más reseñables giran en torno a conseguir frutas que aguantan en el lineal sin deteriorarse y que cuentan con un aspecto uniforme y, en los últimos años, calibres más pequeños que se adaptan al tamaño de los grupos familiares actuales.
Los consumidores y, en general, toda la cadena demanda “sabor”, condición sine qua non para que la variedad tenga éxito, según se expuso en las jornadas de puertas abiertas que las casas de semillas organizaron en Murcia para los cultivos de melón y sandía, durante la última semana del mes de junio y la primera de julio.
La elección de la variedad es determinante en el cultivo de las frutas y hortalizas lo que requiere, según FEPEX, un trabajo conjunto entre las casas de semillas y los productores en origen, como ya se hace en muchas regiones, para disponer de variedades lo más adaptadas posibles a la realidad de los cultivos y las zonas productoras y con el fin último de ofertar al mercado frutas y hortalizas lo más adaptadas posibles a la demanda del consumidor.