Distintas informaciones advierten de la falta de calidad y las impurezas que presentan las exportaciones rusas de trigo, especialmente a países asiáticos.
Estos comentarios se unen a los rumores vividos las semanas anteriores de restricciones a las exportación de este cereal que podría imponer el Gobierno de Putin que incluso llegó a la calificarse por algunas fuentes como de «embargo oculto».
La respuesta ante las denuncias de esas impurezas por parte de las autoridades rusas ha sido reforzar los controles de la agencia rusa encargada de la vigilancia veterinaria y fitosanitaria que ha amenazado con que podría suspender la actividad de unas treinta empresas que administran los sitios de recolección de granos en las regiones de Krasnodar y Rostov, en el Don, cerca del Mar Negro, de donde parten buena parte de las exportaciones de ese país. Durante las inspecciones, se observó la presencia de malezas o la falta de equipo necesario en caso de aparición de alguna enfermedad, lo que podría provocar el cierre de ciertas compañías hasta 90 días.
Todas estas noticias han provocado un repunte del precio del trigo en Euronext que recuperó 2,25 euros al vencimiento de diciembre a 202,25 euros y 2,25 euros en los lotes de marzo a 205,25 euros.
Arrastrado por el trigo, la tonelada de maíz también volvió a subir, un euro para las entregas de de noviembre hasta alcanzar los 175,25 euros y 1,25 euros para las de enero a 177,50 euros
