
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore) ha elevado una solicitud directa al Gobierno de España: que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (MITMA) asuma de forma integral las competencias en materia de agua, actualmente en manos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). El objetivo es claro: desbloquear e impulsar las importantes inversiones hidráulicas pendientes que, según sus cálculos, suman un déficit de más de 3.000 millones de euros.
Este planteamiento se ha trasladado también a Presidencia del Gobierno, en un intento de conseguir el respaldo institucional necesario para que la Dirección General del Agua cambie de adscripción y recupere el dinamismo inversor que, según Fenacore, caracterizó a esta política hasta finales del siglo pasado.
El sector agrario, en alerta por la falta de infraestructuras
Tanto Fenacore como organizaciones agrarias como ASAJA denuncian de forma reiterada el déficit histórico en obras de regulación y almacenamiento, una carencia que compromete la viabilidad del sector primario en amplias zonas del país, incluida la provincia de Palencia. La falta de embalses y modernización de infraestructuras supone, en palabras de las entidades representativas del campo, un lastre para la rentabilidad y para el desarrollo de una agricultura resiliente frente al cambio climático.
La lección de la gota fría de 2024
Fenacore considera que uno de los aprendizajes más evidentes de la gota fría de octubre de 2024, que castigó especialmente a la Comunidad Valenciana, es la necesidad urgente de actuar sobre el territorio. Las inversiones hidráulicas —señalan— no deben seguir aplazándose ni relegándose en el marco político. En este sentido, apuestan por un ministerio con músculo inversor y capacidad técnica como el MITMA para liderar la planificación hidrológica nacional.
Según recuerda la federación, ya existe un real decreto aprobado en 2023 con 27 obras de regulación definidas y contempladas en los planes de cuenca, pero cuya ejecución no avanza. Por ello, Fenacore propone que la Dirección General del Agua deje de estar subordinada al MITECO y pase a formar parte del MITMA, como lo estuvo hasta finales del siglo XX.
Un cambio de rumbo histórico
La historia reciente demuestra, según los regantes, un giro institucional con consecuencias negativas. Entre 1960 y 2000, se construían en España una media de 182 embalses por década. Sin embargo, tras la transferencia de competencias al entonces recién creado Ministerio de Medio Ambiente en 1996, esa cifra cayó a apenas una veintena por década. Fenacore interpreta este dato como un síntoma claro del deterioro de la prioridad política del agua en la agenda pública.
Competencias dispersas y presupuesto insuficiente
A lo largo de los últimos años, las competencias en agua han ido rotando entre distintos ministerios, sin que se haya producido un impulso claro de las inversiones necesarias. Esta situación ha provocado, según Fenacore, un desgaste institucional que tiene reflejo directo en la realidad del campo: obras sin ejecutar, embalses por modernizar, canales obsoletos y una gestión hídrica incapaz de afrontar los retos climáticos y productivos actuales.
Un asunto de soberanía alimentaria y seguridad estratégica
Fenacore y ASAJA alertan de que, sin inversiones, España no podrá garantizar el suministro de agua a medio y largo plazo, ni combatir los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos como las sequías e inundaciones. Pero el impacto va más allá del medioambiente: sin recursos hídricos suficientes y bien gestionados, no se puede asegurar la producción de alimentos ni la soberanía alimentaria, elementos considerados estratégicos en un contexto internacional inestable.
La voz de los regantes
Más de 700.000 regantes, que gestionan en conjunto casi dos millones de hectáreas (más del 80 % del regadío nacional), están representados por Fenacore. Su presidente, Juan Valero de Palma, ha recordado que el 29 % de las infraestructuras hidráulicas de interés general no se han ejecutado, a pesar de estar contempladas en los planes oficiales, contar con informes técnicos favorables y tener una utilidad reconocida para el país.
La planificación hidrológica, en el centro del debate
Uno de los puntos clave que subraya Fenacore es que la planificación hidrológica no debe quedarse en el papel. La ejecución de obras es esencial para convertir esos documentos técnicos en infraestructuras reales. La propuesta de transferir las competencias al MITMA busca devolver al agua el rango estratégico que tuvo cuando dependía del Ministerio de Fomento, el actual MITMA, que cuenta con experiencia técnica en obras públicas, capacidad ejecutiva y un presupuesto acorde a la magnitud de los desafíos.
El futuro del agua en España, clave para la sostenibilidad y la producción agraria, está en juego. Fenacore lanza un mensaje contundente: hace falta un cambio de rumbo institucional que devuelva al agua el lugar estratégico que merece en la planificación y en los presupuestos. Poner al frente al MITMA no es solo una cuestión administrativa, sino una decisión política de calado, que podría marcar la diferencia entre una política hídrica eficaz o una que siga estancada en los despachos.