La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Castilla y León ha vuelto a hacer un llamamiento urgente a la Junta de Castilla y León, específicamente a través de la Consejería de Agricultura y Ganadería, para que se permita la realización de quemas controladas de rastrojos en tierras agrícolas. Esta solicitud, reiterada en el inicio de la nueva campaña agrícola, busca abordar de manera eficaz la proliferación de plagas y enfermedades que afectan gravemente a los cultivos de la región. En un año particularmente crítico, donde además de las amenazas comunes, los agricultores enfrentan una plaga de topillos que ha devastado muchas comarcas agrícolas, la autorización de estas quemas se considera no solo necesaria, sino urgente.
Plagas y Enfermedades Amenazan los Cultivos de Castilla y León
Las quemas controladas de rastrojos son una práctica agrícola que, según ASAJA, es clave para mantener la salud fitosanitaria de los campos. Estas quemas no solo ayudan a destruir semillas de malas hierbas y reservorios de plagas, sino que también eliminan agentes patógenos que podrían afectar a las futuras cosechas. En un contexto donde los cultivos están cada vez más amenazados por diversas enfermedades y plagas, esta técnica se convierte en una herramienta esencial para los agricultores.
El impacto de las plagas, como la actual invasión de topillos, ha sido devastador en muchas comarcas. Este roedor ha encontrado en los campos de Castilla y León un hábitat ideal, y su proliferación ha causado daños significativos a los cultivos. La quema de rastrojos es una medida preventiva que podría limitar su expansión, reduciendo el riesgo de que estas plagas continúen afectando los terrenos de cultivo en la región.
La Caída de los Precios de los Cereales y la Necesidad de Medidas Urgentes
Además de las plagas, los agricultores se enfrentan a otro desafío: la caída de los precios de los cereales. Este descenso en los precios ha obligado a muchos agricultores a producir con márgenes de beneficio muy reducidos, e incluso en muchos casos, a operar con pérdidas. En este escenario, las quemas controladas representan una solución económica, ya que permiten ahorrar en costos de producción como carburantes y fitosanitarios.
ASAJA ha enfatizado que la quema de rastrojos podría reducir la necesidad de prácticas de laboreo intensivo, las cuales requieren un consumo elevado de carburantes fósiles. Al evitar estas prácticas, se contribuye no solo a la reducción de costos, sino también a la disminución del impacto ambiental. Además, al eliminar la necesidad de aplicar toneladas de pesticidas, se protege aún más el medio ambiente y se promueve una agricultura más sostenible.
El Marco Legal y las Excepciones Fitosanitarias: El Caso de Extremadura
Aunque la normativa vigente en España y en la Unión Europea establece restricciones claras sobre la quema de rastrojos, existen excepciones por razones fitosanitarias. Estas excepciones son precisamente las que ASAJA considera aplicables en la situación actual de Castilla y León. Según la organización, la gravedad de las plagas y enfermedades que afectan a los cultivos en la región justifica plenamente la autorización de estas quemas.
Un ejemplo de la aplicación de estas excepciones se ha visto recientemente en Extremadura, donde se ha permitido la quema de rastrojos bajo un marco normativo que reconoce las razones fitosanitarias como una justificación válida. Esta normativa no cuestiona la eficacia de las quemas para mejorar el estado sanitario de las tierras, lo que refuerza la posición de ASAJA en Castilla y León.
La Propuesta de ASAJA y la Responsabilidad del Agricultor ante la quema de rastrojos
ASAJA ha propuesto un esquema en el que los propios agricultores serían responsables de solicitar la autorización para realizar quemas controladas. Esta solicitud se limitaría a una superficie determinada de su explotación, y el agricultor estaría obligado a adoptar todas las medidas necesarias para garantizar que la quema permanezca bajo control en todo momento. La organización subraya que la respuesta de las autoridades debe ser inmediata, ya que las quemas deben realizarse antes del comienzo del laboreo y las siembras para que sean efectivas.
La organización agraria ha insistido en que esta medida debe tomarse con urgencia, puesto que el calendario agrícola avanza rápidamente y cualquier demora en la autorización podría hacer que esta práctica pierda su eficacia. ASAJA advierte que, de no permitirse las quemas controladas en las próximas semanas, los agricultores se enfrentarán a mayores dificultades en el control de plagas y enfermedades, lo que podría traducirse en una reducción de la productividad y, en última instancia, en una pérdida económica aún mayor para el sector agrícola de la región.
La solicitud de ASAJA de permitir las quemas controladas de rastrojos en Castilla y León no es un simple capricho, sino una respuesta necesaria a las graves amenazas que enfrentan los cultivos en la región. Con un aumento en las plagas, especialmente de topillos, y la caída de los precios de los cereales, los agricultores necesitan herramientas eficaces para proteger sus cultivos y asegurar su supervivencia económica. La autorización de estas quemas, bajo un marco de control y responsabilidad, podría ser una solución clave para abordar estos desafíos y promover una agricultura más sostenible y rentable en Castilla y León.