
La producción de forrajes de calidad en Euskadi se ha convertido en una de las prioridades para reforzar el modelo agroganadero local, mejorar la autosuficiencia alimentaria del ganado y avanzar hacia una ganadería sostenible. En este contexto, NEIKER, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, lidera múltiples iniciativas de investigación y colaboración con el sector para mejorar la disponibilidad y la calidad de los forrajes en la comunidad.
La importancia estratégica del forraje local
Los forrajes —como el pasto o el heno— son la base de la alimentación del ganado. Su calidad nutricional resulta clave para garantizar la productividad, la salud animal y la rentabilidad de las explotaciones. No obstante, en Euskadi la producción local enfrenta condicionantes estructurales como:
- La limitación de suelos agrícolas.
- La orografía compleja.
- Las condiciones climáticas variables.
- La presión urbanística e industrial creciente.
Todo ello deriva en una dependencia de insumos externos que impacta negativamente en la sostenibilidad económica y ambiental del sector.
Investigación aplicada para producir forrajes de calidad
Desde NEIKER se trabaja activamente con agricultores y ganaderos para fomentar un modelo más autosuficiente y respetuoso con el entorno. Según Idoia Goiri, investigadora del Departamento de Producción Animal, “un buen forraje debe aportar energía, proteína y fibra en cantidades adecuadas, estar limpio y bien conservado”.
Para lograrlo, es fundamental actuar en cada fase de la cadena productiva:
- Suelos sanos y fértiles.
- Selección de especies y variedades adaptadas a las condiciones locales.
- Segado en el momento óptimo del ciclo vegetativo.
- Conservación eficaz mediante secado, ensilado o almacenamiento adecuado.
- Control de plagas y enfermedades.
Estas prácticas contribuyen a reducir los costes, mejorar la calidad del producto final y garantizar la alimentación del ganado con recursos propios.
Menor huella ambiental, mayor rentabilidad
Una de las ventajas más significativas de producir forrajes localmente es la reducción de la huella de carbono. Al evitar el transporte de alimentos desde otras regiones o países, se disminuyen las emisiones de CO₂, lo que incide directamente en la sostenibilidad de las explotaciones.
Además, los forrajes locales permiten un mayor control de la calidad y frescura del alimento, lo cual se traduce en mejores resultados productivos, mayor bienestar animal y, en consecuencia, mayor rentabilidad para el ganadero.
Proyectos europeos y redes locales: LIFE GREEN SHEEP e IMIÑE
NEIKER participa en el proyecto europeo LIFE GREEN SHEEP, que tiene como objetivo reducir la huella de carbono de la ganadería ovina. En este marco, se investiga cómo la mejora del forraje puede influir en la reducción de emisiones de metano entérico, uno de los principales gases de efecto invernadero generados en la actividad ganadera.
Paralelamente, en el ámbito autonómico, destaca la participación en el grupo operativo IMIÑE, que promueve la creación de una red de colaboración entre agricultores y ganaderos vascos para facilitar la producción y el intercambio de forrajes. Aunque la red aún no se ha formalizado oficialmente, ya se han dado pasos significativos:
- Identificación de variedades óptimas para cultivo.
- Definición de criterios de calidad del forraje.
- Diseño de sistemas logísticos para el transporte.
- Establecimiento de precios de referencia.
Estas acciones consolidan un ecosistema colaborativo con potencial para reforzar la economía rural y la resiliencia del sector agroganadero.
Conclusión: autosuficiencia como pilar de la sostenibilidad
La apuesta por forrajes de calidad producidos localmente representa una oportunidad para Euskadi de transformar las limitaciones estructurales en ventajas competitivas. La mejora de los forrajes impacta positivamente en múltiples niveles:
- Eficiencia alimentaria del ganado.
- Reducción de costes en las explotaciones.
- Mejora del bienestar animal.
- Reducción del impacto ambiental.
- Dinamización económica del medio rural.
Gracias al trabajo de NEIKER y a la colaboración activa del sector, el País Vasco avanza hacia una ganadería más resiliente, rentable y alineada con los principios de sostenibilidad.