Las primeras estimaciones para la campaña 2024-2025 señalan un incremento significativo en la producción de forrajes deshidratados, que se espera crezca un 15%. Según los datos facilitados por la Asociación Española de Fabricantes de Alfalfa Deshidratada (AEFA), este aumento llevaría la producción a superar las 1.100.000 toneladas, comparado con las 980.000 toneladas de la campaña anterior.
Factores que impulsan el crecimiento de la producción de forrajes
El incremento en la producción se debe a varios factores:
- Aumento de la superficie dedicada al cultivo: Gracias a las ventajas proporcionadas por la Política Agrícola Común (PAC) en relación con los cultivos mejorantes como la alfalfa.
- Resiliencia a condiciones climáticas adversas: La alfalfa muestra menor afección a condiciones climáticas adversas, proporcionando mayor seguridad al productor.
Luis Machín, director de AEFA, destaca que «la PAC beneficia a los forrajes y de una forma muy significativa a la alfalfa». En concreto, el ecorégimen de rotación de cultivos con especies mejorantes presenta una ayuda notable, sumando las ventajas de una rotación correcta con cultivos como la alfalfa, que fija el nitrógeno atmosférico, no requiere laboreo durante 4 o 5 años y mejora la estructura del suelo.
Distribución de la producción por formatos y regiones
Las estimaciones detallan la distribución de la producción en diferentes formatos:
- Balas de alfalfa deshidratada: 52.4%
- Formato granulado o pellets: 23.7%
- Avena forrajera: 7.3%
- Otros forrajes (festuca, ray grass, vezas, forraje mix): 16.6%
En términos territoriales, se anticipa un aumento en casi todas las zonas productivas. Navarra encabeza el crecimiento con un 27%, seguida de Cataluña con un 25% y Castilla-La Mancha con un 23%. En Castilla y León, el incremento se sitúa en un 19%, mientras que en Aragón es del 10%.
Incremento en la superficie destinada a forrajes deshidratados
Los datos también apuntan a un aumento en la superficie destinada a la producción de forrajes deshidratados en España, que se estima superará las 106.000 hectáreas, reflejando un incremento del 9% en comparación con el año anterior. De esta superficie, se calcula que unas 90.755 hectáreas serían de regadío, mientras que el secano destinado a la producción de forraje supera las 15.000 hectáreas, concentrándose mayormente en Castilla y León.
Rentabilidad y beneficios para los productores
El atractivo para los productores ha aumentado debido a la buena rentabilidad obtenida en las últimas campañas. Esto, sumado a las ventajas agronómicas y económicas que proporciona la alfalfa, ha fomentado una mayor adopción de este cultivo.
Luis Machín resalta que «una correcta rotación con cultivos como la alfalfa, que no requiere laboreo y mejora la estructura del suelo, añade beneficios económicos y medioambientales para los agricultores».
Perspectivas futuras y sostenibilidad
La alfalfa, como cultivo mejorante, no solo contribuye a la mejora de la productividad agrícola, sino también a la sostenibilidad del medio ambiente. La capacidad de la alfalfa para fijar nitrógeno y mejorar la estructura del suelo se traduce en una reducción del uso de fertilizantes químicos, promoviendo prácticas agrícolas más sostenibles.
Además, la resiliencia climática de la alfalfa la convierte en una opción viable para enfrentar los desafíos del cambio climático, proporcionando una fuente de forraje confiable en condiciones climáticas variables.
Innovaciones y tecnología en la producción de forrajes
El sector de los forrajes deshidratados también ha visto un aumento en la adopción de tecnologías avanzadas y prácticas agrícolas innovadoras. La implementación de técnicas de riego eficientes, el uso de drones para monitoreo de cultivos y la adopción de métodos de deshidratación más sostenibles están contribuyendo a una mayor eficiencia y productividad.
Las cooperativas y asociaciones de agricultores están invirtiendo en capacitación y formación para los productores, ayudándolos a adoptar estas nuevas tecnologías y prácticas, lo que a su vez impulsa la competitividad del sector.
Las estimaciones para la campaña 2024-2025 son optimistas, proyectando un crecimiento del 15% en la producción de forrajes deshidratados. Este aumento está respaldado por la PAC, las ventajas agronómicas de la alfalfa y su resiliencia a condiciones climáticas adversas. Con un incremento en la superficie cultivada y una adopción creciente de tecnologías avanzadas, el sector de la alfalfa en España se encuentra en una posición favorable para continuar su expansión y contribuir a una agricultura más sostenible y rentable.