Manteniendo la tendencia registrada en los últimos años, la producción de carne de caballo en España ha caído casi un 7% en el año 2024, según los datos aportados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a los que ha tenido acceso AgroNews.
Las citadas estadísticas dicen que de los mataderos españoles han salido un total de 7.689 toneladas de este tipo de carne, 578 menos que las que se obtiene en la campaña comercial previa.
7.689 toneladas de carne de caballo se produjeron en España durante 2024
Como sucede en otras características ganadería, en los últimos tiempos, el MAPA ha optado por agrupar a las distintas comunidades autónomas en zonas para exponer estas cifras.
| PESO TOTAL (t) PROVISIONAL DE EQUINOS. AÑOS 2024 vs 2023 | ||||
| ENERO a DICIEMBRE | ||||
| ene / dic – 24 | ene / dic – 23 | 24 vs 23 (%) | 24 vs 23 (%) | |
| Noroeste | 191 | 240 | -49 | -20,43 |
| Galicia, Asturias y Cantabria | ||||
| Noreste | 5.499 | 5.981 | -482 | -8,06 |
| P. Vasco, Navarra, La Rioja y Aragón | ||||
| Centro | 670 | 680 | -10 | -1,42 |
| Madrid, CyL, C.-La Mancha, Extremadura | ||||
| Este | 1.319 | 1.356 | -37 | -2,74 |
| Cataluña, C. Valenciana, Baleares | ||||
| Sur | 11 | 12 | -1 | -4,44 |
| Andalucía, Murcia y Canarias | ||||
| TOTAL | 7.689 | 8.267 | -578 | -6,99 |
La zona de más producción de carne de caballo es la llamada «noreste» que integran P. Vasco, Navarra, La Rioja y Aragón, donde la cifra global es de 5.499 toneladas obtenidas de este alimento, cayendo un 8% sobre 2024 cuando fueron 5.981 por lo que la reducción es de 482 toneladas.
Muy lejos se sitúa la «este» formada por las regiones de Cataluña, Comunitat Valenciana y Baleares con una cantidad global de 1.319 tonelada, con una merca de casi el 3% sobre 2024 cuando sumaron 1.356.
Mientras que la «centro» que aglutina a Madrid, Castilla y León, Castilla La Mancha y Extremadura, produjo, en 2024, 670 toneladas de carne de caballo, 10 menos que en la previa lo que se traduce en una disminución del 1,42%
El sector de la carne de caballo en España: evolución de la última década
El sector ganadero dedicado a la carne de caballo en España ha experimentado cambios significativos en los últimos diez años. Aunque se trata de una producción relativamente minoritaria dentro de la ganadería española, su evolución reciente muestra tendencias interesantes en cuanto al número de explotaciones, volumen de animales y producción cárnica. A continuación, se presenta un informe detallado que analiza el estado del sector en la última década, incluyendo el número de granjas dedicadas, la evolución temporal, el censo de animales para carne, los niveles de producción anual y las principales razas equinas criadas con fines cárnicos.
Granjas dedicadas a la producción de carne de caballo
En España existe un número considerable de explotaciones ganaderas registradas con actividad equina, pero solo una fracción de ellas se dedica específicamente a la producción de carne. Según el Registro General de Explotaciones Ganaderas (REGA), a fecha de 2024 había 17.377 explotaciones clasificadas con aptitud de producción de carne equina, lo que supone alrededor del 9% del total de explotaciones equinas registradas en el país. Adicionalmente, se contabilizan algo más de 260 explotaciones específicas de cebo de équidos (cebaderos o engorde final). En conjunto, estas granjas especializadas suman en torno a 17.600 explotaciones orientadas a la carne de este animal.
El número de granjas de carne equina ha mostrado una tendencia al alza durante la última década. A mediados de 2013 se registraban unas 15.000 explotaciones de orientación cárnica, de modo que la cifra actual representa un crecimiento aproximado del 15-16% en diez años.
Este aumento forma parte de un fenómeno más general de expansión en la ganadería equina: el total de explotaciones equinas (de todas las finalidades) creció desde unas 126.000 en 2008 hasta rozar las 200.000 en 2021, debido en parte a mejoras en la identificación y registro. Sin embargo, la mayoría de estas explotaciones equinas se dedican a fines deportivos, recreativos o de cría no cárnica; solo una pequeña proporción está enfocada en la producción de carne.
En cuanto a la distribución geográfica, las explotaciones equinas se concentran en comunidades como Andalucía (que por sí sola agrupa el 34% de todas las explotaciones equinas), Galicia, Extremadura y Castilla y León. No obstante, la producción de carne de procedente de este animal tiene su base especialmente en regiones del norte de España. Muchas ganaderías de carne equina crían razas autóctonas rústicas en zonas de montaña de Castilla y León, Cantabria, Asturias, Navarra y el País Vasco, aprovechando pastos naturales de alta montaña en sistemas extensivos.
En contraste, las fases de engorde intensivo final y el sacrificio suelen llevarse a cabo mayoritariamente en Cataluña y la Comunidad Valenciana, comunidades que históricamente cuentan con mataderos equinos y mayor consumo local de esta carne Esta organización geográfica implica que los potros nacen y crecen en explotaciones norteñas extensivas, pero a menudo son transportados al noreste o levante español para su finalización y sacrificio.
Evolución del sector en la última década
La última década ha estado marcada por fluctuaciones y una tendencia general a la baja en la producción de carne de caballo en España. Tras un máximo histórico a comienzos de la década de 2010 (con un pico en 2011-2012 en el que se superaron las 11.000 toneladas anuales de carne), el sector entró en una fase de ajuste.
Durante los primeros años del período 2013-2016 hubo cierta recuperación en la producción, pero a partir de 2017-2018 la tendencia se revirtió hacia el descenso continuo. Los analistas del Ministerio de Agricultura señalan que la producción ha tenido un comportamiento irregular en años recientes, penalizada por el alto coste de producción y el hecho de ser un producto de consumo secundario en España. Es decir, criar caballos para carne resulta costoso y la demanda interna es limitada, lo que ha frenado el crecimiento sostenible del sector.
Concretamente, desde 2018 la producción nacional de carne equina ha descendido año tras año, hasta estabilizarse en niveles más bajos en los últimos ejercicios. A pesar del aumento en el número de explotaciones ganaderas equinas, la cantidad de animales destinados a sacrificio y el volumen de carne producida han disminuido de forma notable en comparación con la mitad de la década pasada. Este contraste sugiere que muchas nuevas explotaciones equinas son de pequeña escala o están orientadas a otros usos (deporte, ocio, conservación de razas) más que a aumentar la producción cárnica.
Otro factor clave en la evolución del sector es el mercado de consumo. En España, el consumo interno de carne de caballo es muy reducido y durante años estuvo cerca de desaparecer. Gracias a iniciativas de ganaderos de regiones como Castilla y León, la tradición de producir potro para carne se ha mantenido, pero el mercado nacional sigue siendo minoritario. Actualmente, la mayor parte de la carne de caballo española se exporta a países europeos con mayor tradición de consumo, principalmente Italia (destino de hasta un 90% de la carne de potro española) y Francia, entre otros.
España, de hecho, se configura como uno de los mayores productores-exportadores de carne equina de la UE, mientras que internamente es un consumidor muy modesto. Este contexto exportador ha sido un salvavidas para el sector: la demanda externa ha sostenido la actividad a pesar de la baja demanda doméstica. Sin embargo, también hace que el sector dependa de las fluctuaciones del mercado internacional (precios, regulaciones y actitudes hacia el consumo de caballo en otros países).
Número de animales criados con fines cárnicos
El censo de animales destinados a carne refleja la escala relativamente pequeña de esta actividad dentro de la ganadería española. Cada año, solo unos pocos decenas de miles de caballos son criados y sacrificados con fines cárnicos, lo cual es una fracción menor si se compara con especies como bovinos, porcinos o aves.
En 2023 se sacrificaron aproximadamente 31.400 équidos para la producción de carne en mataderos españoles. Este nivel contrasta con las cifras de hace una década: a mediados de la década de 2010 el número de caballos sacrificados anualmente rondaba los 50.000 (por ejemplo, en 2015-2016 se alcanzaron más de 52.000 cabezas sacrificadas). Incluso hubo un repunte excepcional en 2012, cuando la cifra de équidos sacrificados superó los 70.000 en un año pero esa situación fue puntual.
La tendencia general desde 2013 hasta 2023 ha sido de reducción del censo de animales para abasto. Tras picos alrededor de 2015-2016, cuando se criaban algo más de 50.000 potros para carne al año, el número descendió de forma continua: alrededor de 40.000 anuales hacia 2018, bajando a unos 33.000 en 2021 y finalmente en el entorno de 31.000-32.000 en los años más recientes Esto supone aproximadamente un 40% menos de animales enviados a matadero por motivos cárnicos en comparación con una década atrás. En otras palabras, la cabaña equina de orientación cárnica se ha encogido en términos de animales efectivamente utilizados para carne.
Es importante resaltar que estos miles de estos animales destinados a carne representan solo una pequeña parte del total de estos equinos en España. El censo equino total (que incluye caballos de deporte, trabajo, ocio, etc.) ronda los 600.000 a 650.000 cabezas en los últimos años. Por tanto, menos del 5% del total de caballos del país terminan en la cadena cárnica cada año. La mayoría de los équidos en España se crían para otros propósitos (equitación, competición, turismo rural, conservación de razas), y solo una minoría se cría específicamente con la finalidad de producir carne.
Niveles de producción de carne equina
En términos de producción de carne, medida en toneladas, el sector equino español también ha visto un declive notable a lo largo de la última década. Actualmente, España produce on la entorno de 8.000 toneladas anuales de carne procedente de equinos. En el año 2023, por ejemplo, la producción total registrada fue de 8.267 toneladas de carne equina, cayendo todavía un 7% en 2024 para situarse en las 7.689 toneladas ya comentadas en este artículo.
Esta cantidad es considerablemente inferior a la de mediados de la década de 2010: en 2015 se produjeron cerca de 12.940 toneladas y en 2016 se alcanzaron 13.103 toneladas, uno de los valores más altos de la década. A partir de ese punto máximo, la producción empezó a descender: 11.041 toneladas en 2017, bajando a alrededor de 10.200 en 2018, unos 9.600 toneladas en 2019-2020, y situándose por primera vez por debajo de las 9.000 en 2021. En los últimos tres años la producción parece haberse estabilizado en la franja de 8.000-8.500 toneladas anuales, reflejando posiblemente el ajuste del sector a una demanda estable pero limitada.
Comparando el inicio y el final del periodo, vemos que la producción anual se redujo aproximadamente un 35-40% en diez años. Esta disminución va de la mano con la reducción del número de animales sacrificados, ya que el peso medio en canal de los equinos sacrificados (alrededor de 250 kg por res) se ha mantenido relativamente constante. Las causas de esta caída productiva, como se mencionó, incluyen la escasa demanda interna y la falta de rentabilidad, lo que ha llevado a menos incentivos para criar caballos con destino cárnico.
A pesar de ello, España continúa siendo un productor significativo en el contexto europeo gracias a la exportación: por ejemplo, en 2020 produjo unas 9.529 toneladas de carne de este tipo de animal, de las cuales más de 8.000 toneladas (casi un 85%) se destinaron a mercados exteriores. Esto indica que la producción actual, aunque reducida en volumen, se mantiene para atender principalmente la demanda internacional de carne equina.
Desde una perspectiva histórica más amplia, cabe señalar que la producción de carne de caballo en España alcanzó picos extraordinarios a comienzos de la década de 2010 debido a circunstancias excepcionales. En 2012, como resultado de la salida del sector de numerosos caballos (posiblemente por la crisis económica y el escándalo europeo de la carne de caballo), la producción llegó a 15.606 toneladas en un solo año, un valor muy superior al promedio usual. Tras aquel máximo, la producción volvió a estabilizarse en niveles más bajos.
Por lo tanto, la última década ha sido principalmente un periodo de consolidación a la baja, con la actividad centrada en unos nichos regionales y enfocada en la exportación.
Principales razas equinas criadas para carne
España cuenta con varias razas autóctonas de caballos que se crían tradicionalmente para la producción de carne. Estas razas, adaptadas a entornos locales y manejadas en extensivo, conforman la base genética de la cabaña equina de aptitud cárnica. Entre las principales razas equinas de vocación cárnica en las granjas españolas se destacan:
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Hispano-Bretón: Raza de tiro pesado originada a partir del cruce de yeguas locales semipesadas con sementales bretones franceses. Es la raza más extendida actualmente para producción de potro en España, con presencia importante en la montaña de Castilla y León (provincias de León, Burgos, Palencia) y también introducida en Cantabria, Cataluña y otras regiones
Su uso productivo principal es la carne aprovechando su gran tamaño y rusticidad; tradicionalmente también se empleó en trabajos agrícolas y cría de mulas. Gracias a la selección realizada en las últimas décadas, el Hispano-Bretón moderno produce canales de alta calidad y es muy similar a los caballos de carne de Francia o Bélgica, lo que facilita su comercialización internacional.
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Burguete: Raza autóctona de Navarra, surgida del antiguo tronco Jaca Navarra cruzado con caballos Bretoneses. Es un caballo de tipo pesado, bien adaptado a las montañas del Pirineo navarro. Históricamente usado como animal de trabajo, en la actualidad su orientación es netamente cárnica. La cría del Burguete se concentra en el noreste de Navarra (valles de Aézcoa, Salazar, etc.), y se valora su rusticidad y buena aptitud para la producción de carne de potro.
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Caballo Pirenaico Catalán (Cavall Pirinenc Català): Raza propia de las comarcas de montaña en Cataluña (Pirineos y Prepirineos leridanos y gerundenses). Es un caballo de tamaño medio a grande, rústico, criado en régimen extensivo en prados de alta montaña. Tiene orientación cárnica principal, con circuitos comerciales para su carne bajo marcas locales. Está reconocido oficialmente y reúne varios subtipos locales pirenaicos. Representa la población equina de carne más numerosa dentro de Cataluña.
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Caballo de Pura Raza Gallega (PRG): Raza autóctona gallega de tamaño más pequeño (tipo pony robusto), descendiente de los antiguos caballos celtas de Galicia. Se cría en semilibertad en los montes gallegos. Aunque tradicionalmente estos «caballos de monte» gallegos se usaban para tareas rurales, en años recientes se impulsa su aprovechamiento cárnico bajo la marca de carne de potro gallego con sello 100% raza autóctona. Su carne es apreciada por su sabor dulce y se ha incorporado a la gastronomía local en algunos productos.
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Caballo de monte del País Vasco: Denominación que agrupa a poblaciones equinas de tipo rústico en el País Vasco (a veces consideradas parte de la raza Losina o simplemente poblaciones ferales locales). Estos caballos viven en estado semisalvaje en montañas vascas. En el pasado tuvieron usos agrícolas, y aunque también pueden destinarse a carne, actualmente sus efectivos son reducidos y su raza está reconocida dentro de las especies autóctonas del conjunto de España, con un programa de cría propio aprobado por el MAPA.
Muchos ganaderos vascos han optado por criar Hispano-Bretones debido a esta falta de reconocimiento de sus razas locales, lo que ha hecho que queden pocas explotaciones dedicadas exclusivamente al caballo autóctono vasco.
En resumen, el Hispano-Bretón se ha consolidado como la raza fundamental para la carne de caballo en España, debido a su rendimiento cárnico y a su similitud con otras razas europeas de carne. Las otras razas (Burguete, Pirenaico catalán, Gallega, etc.) mantienen núcleos de cría locales importantes desde el punto de vista de la biodiversidad y la tradición, pero suman un número menor de explotaciones hoy en día Todas ellas comparten características de rusticidad, adaptación al medio montañoso y crianza extensiva, factores que contribuyen a una producción de carne de potro generalmente ligada a sistemas sostenibles de pastoreo.
Conclusiones
El sector de la carne de caballo en España, aunque pequeño en comparación con otras producciones ganaderas, presenta una dinámica propia en la última década. Se ha observado un aumento en el número de explotaciones equinas registradas, a la par que una disminución tanto del censo de caballos para sacrificio como del volumen de carne producida anualmente.
Estos cambios reflejan las dificultades económicas y de mercado que afronta el sector: altos costes de producción, bajo consumo interno y dependencia de la exportación. A pesar de ello, España mantiene un lugar destacado como productor en el contexto europeo gracias a la demanda de países vecinos con mayor tradición de consumo.
Asimismo, la cría de caballos para carne permanece como una actividad ligada al medio rural de montaña, contribuyendo al mantenimiento de razas autóctonas y al aprovechamiento de pastos naturales en zonas donde otras ganaderías son menos viables. Las razas equinas de orientación cárnica —en especial el Hispano-Bretón y sus cruzamientos— han demostrado su importancia para mantener viva esta tradición productiva.
Hacia el futuro, los esfuerzos del sector se centran en mejorar la rentabilidad (por ejemplo, buscando mayor valor añadido en el mercado nacional) y en conservar el patrimonio genético equino ligado a la producción extensiva. En definitiva, el sector ganadero de la carne de caballo en España sigue adaptándose a un contexto cambiante, combinando la tradición con los retos económicos actuales para subsistir en el panorama agropecuario moderno.
