
Optimismo generalizado de cara a esta campaña de cereal. Las previsiones apuntan a un aumento en la producción que podría ser del 21% en Castilla y León y hasta del 15% a nivel nacional. Recordando que el pasado 2024 España alcanzó los 22 millones de toneladas.
Sin embargo, y a pesar de esos buenos pronósticos, desde la Unión de Pequeños Agricultores advierten de que todo depende del comportamiento meteorológico en estos próximos meses. Por ejemplo, lluvias torrenciales o granizo podrían estropear todo lo sembrado hasta ahora. Actualmente, la mayor preocupación que existe es una potencial ola de calor que afecte de lleno a los cultivos. Más teniendo en cuenta que la AEMET vaticina importantes subidas en las temperaturas en estas próximas semanas.
Este año, también se espera un aumento en la superficie de cereal sembrada del 4,1% en la comunidad. Lo que elevaría hasta 400.000 las hectáreas dedicadas a este tipo de cultivo dentro de las fronteras de Castilla y León.
Debido a su importante peso, desde UPA también inciden en la necesidad de proteger a los productores cerealistas ya que consideran “estratégico” al cereal. El secretario de agricultura a nivel nacional de UPA, Ignacio Huertas, detalló que España es una país «enormemente deficitario» en la medida en que consume mucho más cereal de lo que es capaz de producir.
Los bajos precios: el principal problema
los buenos datos de la cosecha de cereal contrastan de lleno con los precios. Desde que comenzó el año, las cotizaciones de cereal en los grandes mercados mundiales -como París o Chicago– y en las lonjas españolas solo han hecho que bajar.
Por el contrario, los costes de producción suben día a día, con importantes incrementos en la energía, combustibles, fertilizantes… Una situación “insostenible” y que pone en jaque la rentabilidad de los agricultores.
En la misma rueda de prensa de presentación de las previsiones de cosecha, representantes de UPA también señalaron las complicaciones derivadas de esta situación. “Los costes de producción por hectárea están entorno a los 250 euros”, señaló Aurelio González, secretario general autonómico de la OPA.
Ante esta situación exigen medidas a todas las administraciones públicas. Entre sus propuestas se puede destacar:
- Creación inmediata de un observatorio de costes que garantice el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria.
- Ayudas directas de hasta 100 euros por hectárea de cereal sembrada para los agricultores profesionales
- Eliminar por completo el IVA del gasóleo B
- Devolución de las cotizaciones sociales de los productores
Por otro lado, medidas como la imposición de nuevos aranceles a los fertilizantes rusos y bielorrusos -recientemente ratificada en el Parlamento Europeo- solo suponen más palos en las ruedas para este sector.
Huertas no duda en señalar a las importaciones masivas de cereal ucraniano como otro de los motivos para el desplome de los precios. Explicando que cultivos que no se importan, como el trigo duro, no están sufriendo los problemas que sí experimentan otros, como la cebada. En este sentido, creen hay importantes “desequilibrios” derivados del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Movilizaciones a la vista
Ante la gravedad de la situación, en UPA no descartan “recuperar el calendario de movilizaciones”. Algo que, de nuevo, harían en “unidad de acción” con otras organizaciones como ASAJA y COAG.
Es una idea que está presente, pero sin plazos firmes a la vista. Todo dependerá de la evolución de las labores de siembra y del clima. Los representantes sindicales reconocen estar buscando “el momento idóneo” para volver a salir a las calles y pedir que se garantice el futuro y la rentabilidad del sector.
Desigualdades entre provincias
Cuando se habla de previsiones, siempre se hacen medias. Algo que no representa la realidad de todos los territorios y menos en una comunidad tan extensa como Castilla y León.
Preguntado por los medios de comunicación, González reconoce que las estimaciones hacen prever que territorios del sur de la comunidad; como zonas del sur de Valladolid, entorno de Arévalo (Ávila) y partes de Zamora, tendrán rendimientos más mediocres y alejados del promedio autonómico.
De hecho, en dichas zonas ya se han notado algunos efectos de las elevadas temperaturas que se vivieron a finales del mes de abril.