El comienzo de septiembre marca el inicio del período de suscripción para los seguros de algunas de las producciones agrícolas más importantes en España, entre las que se encuentran los cultivos herbáceos extensivos, el olivar y los frutos secos. Este proceso de aseguramiento, fundamental para la protección de la cosecha 2025, cobra especial relevancia tras dos campañas marcadas por severas condiciones climáticas que han dejado indemnizaciones históricas, acercándose a los 590 millones de euros.
El año 2023 se caracterizó por una sequía generalizada que afectó gravemente a la producción agrícola en toda España, con particular incidencia en los cultivos herbáceos. Este fenómeno no solo tuvo un impacto devastador en la cantidad y calidad de las cosechas, sino que también elevó las indemnizaciones a niveles sin precedentes, alcanzando los 475 millones de euros, la cifra más alta registrada hasta la fecha.
El 2024, aunque ha traído consigo un ligero aumento de las precipitaciones, no ha estado exento de problemas. Los eventos climáticos extremos, como heladas tardías, tormentas de granizo y sequías puntuales, han continuado afectando las producciones. Se estima que las indemnizaciones para este año superarán los 110 millones de euros, una cifra que, aunque inferior a la del año anterior, sigue siendo preocupante y superior a la media del periodo 2017-2022.
Este contexto de incertidumbre climática ha llevado a un crecimiento significativo en la contratación de seguros agrarios. En la campaña 2023 (cosecha 2024), se registró un aumento del 12% en las pólizas contratadas en otoño, las cuales ofrecen las coberturas más completas, incluyendo la protección contra la sequía. En total, se aseguraron más de 3,5 millones de hectáreas, lo que representa un incremento del 10% en el capital asegurado, superando los 2.800 millones de euros.
Plazo para la Renovación Anticipada del Seguro
Para los productores de cultivos herbáceos extensivos, como trigo, cebada, avena, centeno, arroz, girasol, maíz, garbanzo, lenteja y judía, entre otros, el inicio de septiembre es un momento crucial. Se abre el plazo para asegurar la cosecha 2025 a través de los módulos 1 y 2 en secano, que incluyen una amplia gama de coberturas frente a riesgos como la sequía, el pedrisco, el asurado, la no nascencia, la no implantación, el incendio o los daños por fauna.
Una de las principales ventajas para los agricultores que decidan renovar sus seguros en estos módulos es la bonificación del 5% en la prima, aplicable a aquellos que hayan contratado estos seguros en la campaña anterior y que realicen la renovación antes del 30 de septiembre, 31 de octubre o 15 de noviembre, dependiendo del ámbito y del cultivo. Esta bonificación supone un incentivo significativo para asegurar las cosechas a tiempo, especialmente en un contexto donde las condiciones climáticas son cada vez más impredecibles.
La importancia de este aseguramiento se refleja en las cifras de la última campaña. Las pólizas contratadas para la cosecha 2024 cubrieron más de 4,7 millones de hectáreas, un aumento del 12% en la superficie asegurada. Además, la producción asegurada creció un 31%, alcanzando las 18 millones de toneladas, y el capital asegurado se incrementó en un 26%, superando los 4.244 millones de euros. Estos datos confirman que los agricultores están cada vez más conscientes de la necesidad de proteger sus producciones frente a los riesgos climáticos.
El olivar, uno de los cultivos más emblemáticos de España, también entra en el período de suscripción de seguros con novedades importantes. Los módulos 1 y 2 de otoño ofrecen una protección integral frente a una amplia variedad de riesgos, como sequía, pedrisco, lluvia, heladas, viento o incendio. Una de las principales características de estos seguros es la posibilidad de asegurar dos cosechas consecutivas, permitiendo que las indemnizaciones se calculen de manera independiente para cada campaña.
Para la próxima campaña, se han revisado al alza los precios de la aceituna en un 10% de media, lo que significa que en caso de siniestro, los agricultores recibirán una indemnización mayor. Esta actualización es especialmente relevante en un contexto donde el cambio climático está afectando cada vez más la producción de olivar, con fluctuaciones significativas en la cantidad de aceituna producida y en la calidad del aceite de oliva.
Además, la sequía sigue siendo uno de los mayores desafíos para el olivar. En los últimos años, este cultivo ha sufrido considerablemente debido a la falta de agua, lo que ha afectado no solo el rendimiento de las cosechas, sino también la salud general de los olivos. Por ello, asegurar estas producciones es esencial para mitigar los riesgos y garantizar la sostenibilidad económica de las explotaciones.
El seguro para frutos secos, que incluye cultivos como el almendro y el avellano, también abre su período de suscripción en septiembre. Estos seguros ofrecen protección frente a riesgos como pedrisco, heladas, sequía y eventos climáticos excepcionales, como lluvias intensas, inundaciones, incendios o viento. Además, los productores de níspero, castaño, higuera, kiwi y endrino también tienen la oportunidad de asegurar sus cosechas frente a estos riesgos.
El sector de los frutos secos ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años, impulsado por la creciente demanda tanto en el mercado nacional como internacional. Sin embargo, este crecimiento viene acompañado de una mayor exposición a los riesgos climáticos, lo que hace que la contratación de seguros sea más relevante que nunca.
Los seguros para frutos secos han demostrado ser una herramienta eficaz para proteger las inversiones de los agricultores en este sector. Las coberturas disponibles permiten a los productores garantizar la continuidad de sus explotaciones, incluso en casos de siniestros severos que podrían afectar gravemente la producción y los ingresos.
Agroseguro, la entidad encargada de gestionar el sistema de seguros agrarios en España, juega un papel fundamental en este proceso de suscripción. Su objetivo es ofrecer a los agricultores las herramientas necesarias para proteger sus cosechas frente a los riesgos climáticos, garantizando así la viabilidad de sus explotaciones en un entorno cada vez más incierto.
El sistema de seguros agrarios en España es un ejemplo de colaboración entre el sector público y privado, diseñado para ofrecer a los agricultores una red de seguridad que les permita afrontar las adversidades climáticas con mayor tranquilidad. En un contexto donde los eventos extremos son cada vez más frecuentes, contar con un seguro agrario adecuado no solo es recomendable, sino imprescindible.
En resumen, el inicio del plazo para suscribir los seguros de cultivos herbáceos, olivar y frutos secos representa una oportunidad crucial para los agricultores de proteger sus producciones frente a los riesgos climáticos. Con bonificaciones por renovación anticipada y mejoras en las coberturas, como el aumento del precio de la aceituna, los productores tienen a su disposición herramientas eficaces para mitigar el impacto de fenómenos adversos y garantizar la estabilidad de sus explotaciones. En un entorno cada vez más desafiante, asegurar las cosechas es una inversión en el futuro de la agricultura española.