Pisuerga-Bajo Duero, Carrión y Tuerto comienzan una campaña de riego de “auténtico desastre”

Agronews Castilla y León

1 de abril de 2022

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Este 1 de abril se ha abierto de manera oficial la campaña de riego aunque con la lluvia que ha caído en marzo, los agricultores aún no han hecho uso del agua que hay embalsada. Una campaña de seis meses de duración, pero que se presenta complicada en varias zonas de la cuenca donde el agua que hay disponible actualmente no llega ni a la mitad de lo que es habitual. En los sistemas Pisuerga-Bajo Duero, Carrión y Tuerto solo contarán con 2.500 metros cúbicos de agua por hectárea, frente al los 6.000 habituales. Esa dotación normal solo la tendrán este año en el Tormes, el Esla, el Tera y en el Águeda.

Según Ángel González Quintanilla, presidente de Ferduero, la Federación de Regantes de la cuenca del Duero, “la campaña se presenta complicada para algunas juntas de explotación como Pisuerga-Bajo Duero, Carrión y Villameca, que tienen una situación muy apretada. A estas alturas por mucho que llueva no llegarán a una situación normal, seguro estarán en situación deficitaria”. Con 2.500 metros cúbicos de agua, añade, “no salvan ni el 50% de lo cultivos. Lo normal son 6000, con 5000 se puede lograr sacar un 90% de la campaña adelante, pero con 2.500 es un auténtico desastre”.

El pasado 29 de marzo se celebró la Comisión de Desembalse de la cuenca del Duero que fija la dotación de agua por cada hectárea y también el agua que debe quedar en los embalses al final de campaña, el 30 de septiembre, aunque los agricultores ya sabían, en las zonas deficitarias, que era muy difícil poder plantearse un año normal de siembras y riegos.

“A primeros de marzo hubo reuniones de juntas de explotación en los sistemas para explicar la situación y que los agricultores escogieran los cultivos qué defender con esa agua”, explica Quintanilla, ahora la situación ha mejorado un poco con las lluvias de marzo y, una vez conocidos los datos de la Comisión de Desembalse, esperarán “a después de Semana Santa para hacer otra nueva ronda de reuniones y tomar la decisión definitiva de agua para cada sistema”. Esto supone un “problema” para los agricultores, ya que “cuanto antes sepan con seguridad el dato, mejor”, pero la realidad es que “los agricultores de esas zonas ya están tomando sus decisiones de siembra”.

Las balsas del Plan Hidrológico

En la cuenca del Duero se aprobará próximamente el Plan Hidrológico que marcará la gestión del agua hasta el año 2027, un extenso documento que tendrá su siguiente cita el 8 de abril, “una Junta del Consejo del Agua de la demarcación para aprobar, o no, los planes que se están presentando hasta 2027”. El Plan hidrológico contempla aumentar la regulación en dos zonas deficitarias, el Carrión, a través de las balsas de La Cueza, en Palencia, y el Órbigo, también con la construcción de balsas en este río leonés. Según Quintanilla es necesario incrementar la capacidad de almacenar agua porque cada cuatro o cinco años hay sequía y los embalses son anuales, no tienen capacidad para más de una campaña de riego. Como ejemplo pone el pantano de Barrios de Luna, en León, de cuyo Sindicato Central de regantes también es presidente, “el año pasado se quedó con 88 millones de metros cúbicos de agua al final de la campaña, si no llega a ser por eso, este año no tendríamos agua ni para un bautizo”.

En el programa Es el Campo de Castilla y León, de Es Radio, la presidenta de la CHD, Cristina Danés anunció la intención del organismo de cuenca de llevar a cabo un estudio para que los regantes del Órbigo pudieran contar con más agua sin necesidad de hacer las balsas que, energéticamente, son de alta demanda puesto que hay elevar el agua (https://www.agronewscastillayleon.com/la-chd-encarga-un-estudio-para-aumentar-el-almacenamiento-de-agua-y-plantear-alternativas-las-balsas). En ese sentido, Quintanilla, recuerda que “el problema de elevar el agua ya lo conocía la CHD cuando presentó el proyecto y los regantes ya dijimos que veíamos mas razonable que viniera rodada desde el Omaña, por un canal hasta la balsa”, aunque reconoce que con el planteamiento actual “se pueden poner placas para que produzcan la energía de elevar el agua y que no haga falta una nueva Declaración de Impacto Ambiental”. En cualquier caso confía en que tanto las balsas del Órbigo, que pidieron “hace más de 20 años” y las de la Cueza se lleven a cabo en este periodo hasta 2027 porque, como haya “que esperar otros 20 años, que se olviden que en dos años secos no hace falta hablar de la España vacía, se va todo el mundo”.



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