
El campo valenciano ha vuelto a sufrir el impacto de la meteorología adversa, esta vez en forma de una tormenta acompañada de pedrisco que descargó con fuerza el jueves 8 de mayo de 2025 en varias comarcas de las provincias de Valencia y Castellón. Según una estimación preliminar de LA UNIÓ Llauradora, cerca de 10.000 hectáreas han sido afectadas, con unas pérdidas económicas superiores a los 4 millones de euros.
Las zonas más golpeadas han sido las comarcas de La Serranía y la Vall d’Albaida, aunque también se han registrado daños en el Camp de Túria, La Costera, la Canal de Navarrés, Utiel-Requena (Valencia) y en la Plana Baixa (Castellón).
Cultivos afectados: fruta de hueso, cítricos, almendros y más
La diversidad de cultivos en las zonas afectadas amplifica el alcance del desastre. Las principales producciones perjudicadas han sido:
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Fruta de hueso: uno de los cultivos más damnificados. El granizo ha producido marcas y lesiones en la piel del fruto, lo que en plena antesala de la recolección puede traducirse en podredumbre o el temido cracking.
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Cítricos: el pedrisco ha dejado marcas profundas en muchos frutos, provocando su caída prematura o inutilidad comercial.
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Almendros: muchas almendras han caído al suelo y las restantes presentan daños en calibre y calidad.
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Caqui: aunque aún es pronto, se observan lesiones en brotes tiernos que podrían afectar la formación de madera y producción futura.
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Vid y olivo: se han visto también comprometidos, especialmente la vid, en un momento clave para el desarrollo vegetativo.
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Hortalizas: los cultivos más sensibles han sufrido especialmente, ya que muchos estaban en fase inicial de crecimiento.
Zonas más afectadas
En La Serranía, destacan los daños en Pedralba y Villar del Arzobispo. En la Vall d’Albaida, las localidades más golpeadas han sido:
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Aielo de Malferit
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Alfarrasí
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Atzeneta d’Albaida
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Carrícola
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Guadasséquies
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l’Olleria
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Llutxent
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Otos
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la Pobla del Duc
Esta última comarca ya había sufrido una tormenta previa el sábado anterior, lo que agrava la situación.
Reacciones y demandas de LA UNIÓ
Ante la magnitud de los daños, LA UNIÓ ha exigido una respuesta urgente por parte de las administraciones y de Agroseguro, reclamando:
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Agilización de peritaciones de las parcelas afectadas.
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Ayudas directas para los agricultores damnificados.
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Condonación del IBI de las parcelas dañadas y edificaciones.
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Bonificación de las cuotas de la Seguridad Social durante 12 meses.
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Préstamos con interés subvencionado.
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Ayudas específicas para cooperativas comercializadoras afectadas.
Beneficio colateral: lluvia en zonas sin pedrisco
Las precipitaciones en otras zonas donde no cayó pedrisco han tenido un efecto beneficioso para la mayoría de cultivos. Entre los aspectos positivos:
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Ahorro en riegos, especialmente importante con el elevado precio de la energía eléctrica.
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Recarga de embalses y acuíferos.
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Mejora de pastos y reservas de agua para la ganadería extensiva.
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Limpieza de los árboles ante posibles plagas y enfermedades.
Sin embargo, también se advierte que estas lluvias pueden perjudicar la fruta de hueso madura, provocando agrietado y pérdida comercial.
Resumen de daños agrícolas
A continuación se presenta una tabla con los principales cultivos afectados, estimaciones de superficie y tipo de daño:
Comarca | Principales cultivos afectados | Tipo de daño | Estimación inicial |
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Vall d’Albaida | Fruta de hueso, caqui, almendros | Marcas, caída, cracking | +3.000 ha |
La Serranía | Fruta de hueso, cítricos | Impacto directo y caída de fruto | +2.500 ha |
Utiel-Requena | Vid, cereal, olivo | Daños vegetativos, floración | +1.500 ha |
Plana Baixa | Cítricos | Marcas no comerciales | +1.000 ha |
Camp de Túria | Hortalizas, almendros | Rotura, sensibilidad | +1.000 ha |
Conclusión: la necesidad de anticiparse al cambio climático
Este nuevo episodio pone de relieve, una vez más, la creciente vulnerabilidad del campo valenciano ante fenómenos climáticos extremos. La frecuencia e intensidad de las tormentas con granizo se han multiplicado en los últimos años, exigiendo mayor agilidad en las peritaciones, una revisión del sistema de seguros agrarios y políticas de prevención y adaptación al cambio climático.
LA UNIÓ ha vuelto a poner sobre la mesa no sólo la urgencia de indemnizaciones rápidas, sino también un replanteamiento de fondo que permita sostener al pequeño y mediano agricultor ante estos golpes meteorológicos cada vez más frecuentes.