'Las cosas de palacio, van despacio' y, a pesar de que la Unión Europea aún no ha confirmado al Consejo Regulador de la Denominación de Origen Tierra de León el fallo definitivo a la solicitud de cambio de nombre por DO León, a partir del 1 de noviembre comenzará una transición progresiva hacia esa nueva denominación. A la espera de la resolución de Bruselas y sabiendo que el fallo, cuando llegue, será positivo, puesto que no ha habido ninguna oposición, el Consejo Regulador pidió el año pasado al Ministerio de Agricultura -a través de la Junta de Castilla y León- un permiso para utilizar la nueva marca, tanto en el etiquetado de los vinos, como en la promoción del Consejo Regulador, el ministerio informó favorablemente, pero dado el año catastrófico de cosecha de 2017, no será hasta el 1 de noviembre de este año cuando se estrene esa nueva denominación. Así lo asegura Alejandro González, director técnico de la DO Tierra de León, un cambio, “que se ha autorizado mediante un código interno y que irá aparejado a otros muchos en la Denominación, que se darán a conocer más adelante”.
El Consejo Regulador tiene diseñado un plan estratégico que, según González, “no puede esperar” y por ello, aunque no ha llegado el sí definitivo de la Unión Europea, este año ya comenzará el cambio de nombre porque esperan que esa comunicación europea sea “inminente, puesto que no ha habido oposición por parte de nadie”. Las razones para pedir este cambio de nombre, las explicamos en este artículo https://www.agronewscastillayleon.com/la-do-tierra-de-leon-espera-para-2016-su-cambio-de-nombre-para-ser-do-leon
Por tanto, el vino que salga de la vendimia que acaba de comenzar ya se podrá etiquetar con el nuevo nombre, aunque el cambio no es obligatorio, “se permite a las bodegas que cumplan con la normativa interna de etiquetado, emplear la nueva tirilla y nuevo logotipo” y durante un tiempo coexistirán vinos con DO Tierra de León y DO León. Será por tanto, “un cambio será paulatino”, ya que “no se puede hacer de la noche al día, hay mucha logística y productos como cajas y corchos que se tienen que utilizar”. En lo que sí confían es que “cuando llegue la decisión de Bruselas, el cambio ya esté completado”.
Ha comenzado una cosecha sana, pero desigual
Esta semana ha comenzado la vendimia y, si el tiempo lo permite, se alargará hasta finales de octubre, lo ha hecho en una de las zonas más castigadas por la helada de finales de abril del año pasado y por el granizo de este año, el municipio de Valdevimbre -donde se asienta el 70% de los viñedos de la Denominación- y se extenderá la próxima semana al grueso del territorio. Es, resume el director técnico, “el año 1, después del desastre”, calcula que las cepas tardarán entre tres y cuatro años en recuperarse del daño de la helada y, por, ello, cifra la producción en torno a un 50 o 55% de un año normal, porque hay “zonas muy dañadas”. Las cepas están “más sensibles” a los daños habituales como enfermedades o granizos, pero sí destaca que están en una situación “bastante sana”.
El principal problema es “la desigualdad en las parcelas, a la hora de completar el ciclo de maduración, hay zonas dentro de un mismo viñedo en punto muy avanzado y otras que van por detrás y eso es difícil de salvar a la hora de elaborar”. La clave está en que continúe el buen tiempo de estos días y poder “esperar para que se igualen lo máximo posible”, si no se pudiera esperar, no cabría más posibilidad que “sacrificar el punto de maduración y recoger la uva en las mejores condiciones, aunque sea, entre otros, con menos grado alcohólico”
Más venta de crianzas y reservas
La pésima cosecha del año pasado obligó a las bodegas a hacer frente a las exigencias del mercado con apenas 1,3 millones de kilos (este año se esperan recoger en torno a 3,3 millones de kilos) y por ello fue necesario responder con el vino que tenían en bodega de otras añadas, por eso se ha producido un “crecimiento importante (aún sin datos oficiales hasta que termine el año) en la comercialización de vinos de guarda: crianzas, reserva y gran reserva en detrimento de los vinos del año porque no había uva”.
Para el próximo año, aunque la vendimia no será como un año normal, el Consejo Regulador espera que las bodegas puedan contar con botellas suficientes para mantener el abastecimiento al mercado.
