Para los regantes agrupados en FENACORE el Real Decreto de Autoconsumo eléctrico frena su desarrollo en lugar de promoverlo

Agronews Castilla y León

13 de octubre de 2015

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Los propietarios de una instalación de autoconsumo pagarán por cada kilovatio hora de energía el doble de peajes de acceso que un usuario que lo compre directamente al sistema eléctrico, según la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE).

Fenacore, que salió al paso de la aprobación el pasado 9 de octubre en Consejo de Ministros del Real Decreto de Autoconsumo, estimó que la nueva normativa de Industria frena el desarrollo de la auto-producción de energía en lugar de promoverlo, yendo en dirección contraria a lo que marca la Comisión Europea.

De esta forma, penaliza su uso al imponer el pago de unos costes fijos a todas las instalaciones en función de su potencia y añadir además unos costes variables en función de la energía autoconsumida, por lo que, a pesar de las críticas recibidas, no sólo mantiene el conocido popularmente como “impuesto al sol”, sino que lo amplía.

Además, para los regantes se trata de una medida legislativa discriminatoria, ya que si bien exime de los costes variables a las instalaciones de menos de 10 kilovatios de potencia, carga contra los grandes y medianos consumidores el mayor peso de este “impuesto al sol”, cuando deberían ser los mayores beneficiadas por el autoconsumo.

De esta forma, teniendo en cuenta que los regantes son los mayores consumidores de energía, por detrás de Adif, estamos ante una norma que impide aumentar la competitividad del sector agrario, en un momento en el que se ve “asfixiado” por los costes eléctricos. En los últimos siete años, su factura de la luz se ha disparado un 100%, con la excusa de compensar el déficit tarifario.

Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, “aunque es completamente lógico que exista una regulación del autoconsumo, estamos nuevamente ante una medida que sigue favoreciendo las cuentas de resultados de las eléctricas en detrimento de los consumidores, que nos vemos obligados a pagar en forma de costes fijos –usemos o no el servicio- el agujero económico que se deriva de una política errónea en materia energética”.



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