Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha organizado una jornada técnica centrada en la diversificación de servicios y en la digitalización en la Puebla de Cazalla (Sevilla). La sede de la cooperativa Oleand Manzanilla Olive ha acogido este encuentro al que han asistido un total de nueve cooperativas agroalimentarias: Aceites Algarinejo SCA; Agraria Cerro Gordo SCA; Almazara de Ronda SCA; Ciudad de Jaén SCA; Natalio Rivas SCA; Oleand Manzanilla Olive SCA; Olivarera Manzanilla Aloreña SCA; Procam SCA; y San Roque SCA.
En concreto, se han dado cita una treintena de técnicos de cooperativas de Córdoba, Granada, Jaén, Málaga y Sevilla. El responsable del Departamento de I+D+i de la federación regional, César Díaz, ha dado la bienvenida a los presentes y ha cedido la palabra al presidente de la cooperativa anfitriona, Antonio Candil, quien ha repasado la historia de Oleand Manzanilla Olive. Especializada en olivar -con producciones tanto de aceite de oliva como aceituna de mesa-, esta empresa aglutina a unos 6.000 socios, con un volumen de negocio de 110 millones de euros, lo que la convierte en la mayor cooperativa de primer grado de la provincia de Sevilla y una de las diez más grandes de Andalucía por volumen de facturación.
Desde finales de 2009, esta cooperativa sevillana cuenta con un servicio técnico específico para gestionar las explotaciones agrícolas de los socios. Se trata de fincas cuyos titulares cuentan con una edad avanzada y tienen dificultades para seguir explotando la actividad ante la falta de relevo; de tierras de socios que no se dedican a la actividad agrícola y tienen su principal fuente de ingresos en otras labores; o de fincas heredadas por socios que, sin tener una dedicación agrícola, se resisten a la venta o al arrendamiento de las mismas, tal y como ha explicado el responsable técnico del servicio de gestión de fincas de Oleand Manzanilla Olive, Miguel Crespo.
Departamento que nació por “la necesidad de atender una demanda que cada vez más socios nos plantean”, debido a la “baja rentabilidad de numerosas explotaciones por falta de mecanización y de especialización”, ha señalado.
Ventajas del servicio
La experiencia de Oleand Manzanilla Olive en los 14 años que llevan con este servicio es “muy positiva”. De hecho, empezaron “con apenas 100 hectáreas” y actualmente gestiona 700 hectáreas de los socios, siendo la inmensa mayoría “explotaciones pequeñas de unas 10 hectáreas de media”, ha explicado Miguel Crespo.
Entre las ventajas de su puesta en marcha destaca, aparte del aumento del abanico de prestaciones para la base social, lograr una mayor vinculación de los asociados con la cooperativa. Además, se logra aumentar la rentabilidad y la reducción de los costes de las fincas que se gestionan, lo que supone el mejor reclamo para captar nuevos socios y generar así nuevos puestos de trabajo.
De hecho, con la gestión profesional de fincas que lleva a cabo Oleand Manzanilla Olive se ha logrado “una reducción de costes de entorno al 19% en las explotaciones adscritas al servicio”, debido, entre otros factores, “al uso de maquinaria moderna, a la mano de obra especializada y al seguimiento y control técnico por parte de la cooperativa”, ha explicado el responsable, ya que “todas las fincas se gestionan como si fueran una sola”.
¿Cómo funciona?
El presidente de la entidad, Antonio Candil, ha recalcado que tras la cesión de las tierras a la cooperativa, “los socios siguen siendo dueños de sus fincas y son quienes deciden lo que se hace y lo que no en cada momento”. Además, “pueden seguir solicitando sus ayudas de la Política Agraria Común (PAC)”.
Para la gestión comunal, el primer paso es la identificación de las necesidades de actuación en cada explotación, tras lo cual se remite un detallado informe al socio. Se incluye, además, un estudio de costes de lo que puede suponer poner al día una explotación en abandono o de reconversión de un olivar tradicional a un olivar intensivo o superintensivo.
A continuación, desde el servicio técnico se organiza el trabajo por orden de prioridad y para ello se contará con empresas de servicios, a las que se dará instrucciones con fechas y modo de actuación. Todo el trabajo se ejecuta bajo la supervisión técnica, y se emite una factura desglosada por conceptos al socio, acompañada por los partes de trabajo. Al final de cada campaña, se le enviará al titular de la explotación un informe técnico.
Para la cooperativa “no hay lucro ninguno”, ha subrayado el presidente, que ha insistido en que “la cuenta de resultados de este servicio tiene que ser cero”, pues el sistema está pensado para que a la cooperativa “no le suponga ganancia económica directa ni tampoco pérdida”, ha apostillado.
Sin embargo, la modernización de las explotaciones, la mayor rentabilidad de los socios, la creación de puestos de trabajo y el crecimiento de la cooperativa son los beneficios indirectos asociados a la gestión comunal de fincas.
La presentación de este servicio se enmarca en un proyecto impulsado por Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía con el apoyo de la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo para fomentar el emprendimiento de la economía social.
Cuaderno digital de explotación
De forma paralela, en la jornada se ha abordado también la digitalización en las cooperativas, con el foco puesto en el cuaderno de campo digital, en el que los titulares tendrán que volcar, obligatoriamente, la información sobre la explotación agraria y los fitosanitarios utilizados.
El consultor Agrotech del Grupo Hispatec, Custodio López, ha sido el encargado de aportar luz a este asunto que genera gran incertidumbre en las cooperativas. Así, ha explicado los plazos que hay que tener en cuenta, así como la información que hay que cumplimentar según el tamaño de la explotación.
El experto ha señalado que el 1 de septiembre de 2023 están obligados a cumplimentar el cuaderno digital (CUE) las explotaciones grandes que superen las 30 hectáreas de tierra de cultivo o de pastos permanentes, las 10 hectáreas de cultivos permanentes, las explotaciones con más de 5 hectáreas de regadío o las que tengan alguna parcela de invernadero. El resto de explotaciones grandes estarán obligadas a usarlo a partir del 1 de enero de 2024.
Respecto al contenido a registrar en el cuaderno digital, las explotaciones grandes tendrán que incluir, a partir del 1 de septiembre, la información solicitada en la PAC relativa a los ecorregímenes.
Así, en el caso de las tierras de cultivo y del ecorregimen de rotación con cultivos mejorantes/siembra directa hay que anotar en el sistema la aplicación de fertilizante. En el caso de los cultivos leñosos, bien sea para cubiertas vegetales e inertes, hay que incluir en el cuaderno digital la fecha de establecimiento, la anchura de la cubierta y la anchura libre de la proyección de copa. Por último, en el caso sólo de cubiertas vegetales, habría que anotar el tipo de mantenimiento que realiza sobre la cubierta.
Luego, a partir del 1 de enero de 2024, se deberá cumplimentar el resto de información que establece la normativa: tratamientos, aplicación de fertilizantes, plan de abonado (si se solicita ecorregímenes que exigen gestión sostenible de insumos) y el resto de información exigida en la PAC.
Para las explotaciones pequeñas la obligatoriedad de cumplimentar el CUE se retrasa un año. Así, a partir del 1 de septiembre de 2024 será obligatorio anotar la información relativa a los ecorregímenes (con los mismos requerimientos que en las explotaciones grandes). Y el 1 de enero de 2025 tendrán que anotar el resto de información establecida en la normativa (fitosanitarios, fertilizantes y PAC).