
Castilla y León se posiciona como una de las comunidades más beneficiadas por la ambiciosa política de modernización de regadíos impulsada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que contempla una inversión total de 790 millones de euros hasta el año 2027. Así lo ha anunciado hoy la secretaria de Estado de Agricultura y Alimentación, Begoña García, en la jornada técnica ‘La modernización del regadío en Castilla y León’, celebrada en la ciudad de León.
El plan, que forma parte de la estrategia nacional para avanzar hacia un modelo de agricultura más eficiente, competitiva y resiliente al cambio climático, se estructura en dos grandes líneas de actuación: la modernización de regadíos, con una dotación de 552 millones de euros, y la transformación de superficies de secano a regadío, que absorbe otros 238 millones de euros.
Más de 30 actuaciones en marcha en toda la comunidad de modernización de regadíos
Actualmente, el Ministerio trabaja en un total de 31 intervenciones en la región, divididas en 6 proyectos de transformación de regadíos, por valor de 52,6 millones de euros, y 25 obras de modernización, que suman una inversión de 230 millones de euros.
De estas últimas, una parte fundamental se financia a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, con un aporte específico de 202 millones de euros procedentes de los fondos Next Generation de la Unión Europea.
Según ha subrayado Begoña García, estas actuaciones «reflejan el compromiso claro y decidido del Gobierno por impulsar los regadíos sostenibles, claves para garantizar la seguridad alimentaria, fortalecer el sector agroalimentario y asegurar el futuro del mundo rural».
Una apuesta integral por la sostenibilidad hídrica y energética
La política de modernización del regadío que lidera el Ministerio de Agricultura busca no solo mejorar la infraestructura hidráulica, sino también reducir el consumo energético y optimizar el uso del agua, un recurso cada vez más escaso y estratégico. Entre los objetivos principales se encuentra:
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La reducción de pérdidas de agua en transporte y distribución
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La implantación de tecnologías de riego localizado y telecontrol
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La mejora de eficiencia energética mediante energías renovables
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La reducción de la huella de carbono de las explotaciones agrarias
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La adaptación a los efectos del cambio climático
Este enfoque integral permite multiplicar la rentabilidad de las explotaciones, al tiempo que se asegura un uso más racional y sostenible del agua. Castilla y León, con más de 360.000 hectáreas regables y un importante peso cerealista y hortofrutícola, se beneficia especialmente de estas mejoras.
Impacto económico y social en el medio rural
La secretaria de Estado ha destacado el papel crucial que tienen las comunidades de regantes, consideradas por el Gobierno como socios estratégicos en la ejecución de las obras. Estas organizaciones, que agrupan a miles de agricultores en todo el territorio, participan de forma activa en la financiación, mantenimiento y gestión de las infraestructuras modernizadas.
Según datos del Ministerio, cada euro invertido en estas infraestructuras se generan entre 3 y 5 euros de retorno en la economía rural, gracias al aumento de la productividad, la diversificación de cultivos, la reducción de costes de producción y la estabilidad en los rendimientos.
En términos de empleo, se estima que estas 31 actuaciones generarán más de 4.000 puestos de trabajo directos e indirectos durante su ejecución, contribuyendo de manera notable a fijar población en las zonas rurales.
La colaboración público-privada como motor del cambio
García también ha puesto el acento en el modelo de colaboración entre administraciones, organizaciones agrarias y regantes, en el que convergen fondos europeos, inversión estatal y aportaciones del propio sector. Esta sinergia, ha dicho, “es el impulso que el sector necesita para alcanzar una producción más sostenible, eficiente y rentable”.
En este sentido, la secretaria de Estado ha recalcado que la política de regadíos del Gobierno de España no solo responde a criterios de competitividad, sino también a principios de justicia territorial y equidad, ya que permite llevar a zonas con menores recursos las infraestructuras necesarias para afrontar los desafíos del presente y del futuro.
Algunos ejemplos concretos de las actuaciones en curso
Entre las 25 obras de modernización actualmente en marcha, destacan proyectos como:
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La modernización del canal del Páramo Bajo (León), que beneficia a más de 6.500 hectáreas y a 2.300 regantes, con una inversión superior a 30 millones de euros.
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La modernización del regadío de La Armuña (Salamanca), con cerca de 15.000 hectáreas en transformación tecnológica, a través de sistemas de control remoto, estaciones meteorológicas de precisión y mejoras en eficiencia energética.
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El proyecto de transformación de regadío en el Bajo Carrión (Palencia), que convertirá más de 2.000 hectáreas de secano en cultivos de regadío con técnicas sostenibles, por un importe de 12 millones de euros.
Estos proyectos no solo mejoran el acceso al agua, sino que permiten dar el salto a una agricultura de precisión, clave para responder a los desafíos del siglo XXI.
Un horizonte con más actuaciones hasta 2027
La previsión del Ministerio de Agricultura es continuar ampliando las intervenciones hasta alcanzar la cifra total de 790 millones de euros de inversión en Castilla y León antes de 2027. Esto se enmarca dentro de una estrategia nacional que contempla más de 2.300 millones de euros en actuaciones de regadío en toda España durante el actual ciclo presupuestario, convirtiendo al regadío moderno en una palanca clave del Plan Estratégico de la PAC 2023-2027.
El regadío supone aproximadamente el 22 % de la superficie agrícola útil en España, pero genera el 65 % de la producción final agraria, lo que da muestra de su peso estratégico. En el caso de Castilla y León, donde predomina el secano, esta modernización permite aumentar la competitividad de manera sustancial y avanzar hacia un modelo más resiliente y rentable.
Conclusión: una inversión de futuro para el campo castellano y leonés
La jornada celebrada en León ha puesto de relieve no solo las cifras y el volumen de inversión, sino también la dimensión transformadora de la mejora de estas infraestructuras agrarias en Castilla y León. Con un enfoque basado en la sostenibilidad, la innovación tecnológica y la participación activa del sector, este programa constituye una de las apuestas más firmes del Gobierno de España por el futuro del mundo rural.
La implicación de Begoña García y del equipo del Ministerio de Agricultura refuerza la idea de que el campo castellano y leonés no está solo, y que la transformación del regadío no es solo una necesidad, sino una oportunidad para asegurar el porvenir de miles de familias agricultoras.