A medida que las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) avanzan hacia la conclusión de un acuerdo comercial, organizaciones de consumidores, agrarias y ecologistas han unido fuerzas para instar al Gobierno español a no respaldar el tratado. La Federación de Consumidores y Usuarios (CECU), la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y Amigos de la Tierra aseguran que el acuerdo perjudicará a los pequeños agricultores, violará los estándares de seguridad alimentaria y bienestar animal de la UE, y contrarrestará los objetivos climáticos de Europa.
Las organizaciones denuncian que el tratado contradice las recomendaciones del Diálogo Estratégico sobre el Futuro de la Agricultura de la UE, que subraya la necesidad de garantizar que las importaciones de alimentos cumplan con los estándares europeos en términos de seguridad alimentaria, sostenibilidad medioambiental y bienestar animal.
“Las personas consumidoras esperan que sus alimentos cumplan con normas estrictas, independientemente de su origen”, afirmó David Sánchez, director de CECU. “Este acuerdo permitirá la entrada de productos que no cumplen con esos requisitos, como carne producida con pesticidas prohibidos en la UE o sin respetar el bienestar animal. Además, obstaculizará los esfuerzos para reducir la huella climática y fomentar dietas saludables”.
Según Sánchez, el acuerdo debería centrarse en productos sostenibles y alineados con la transición ecológica, en lugar de reforzar prácticas perjudiciales para el medio ambiente y la salud pública.
Por su parte, COAG alerta del impacto devastador que el acuerdo podría tener en el sector agrícola europeo, especialmente en las pequeñas y medianas explotaciones. “No podemos aceptar que el modelo social y profesional de agricultura y ganadería sea moneda de cambio para beneficiar a grandes corporaciones”, declaró Andoni García, miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG.
UE-Mercosur
García subrayó que los acuerdos de liberalización comercial como el de Mercosur favorecen un modelo “uberizado” de producción agrícola y ganadera, que prioriza las economías de escala y reduce los márgenes de los productores locales. Esto, aseguró, podría destruir el tejido productivo rural, acentuando la despoblación y las desigualdades en el medio rural.
Desde Amigos de la Tierra, Blanca Ruibal advirtió que el acuerdo llega en un momento crítico de emergencia climática. “Mientras enfrentamos inundaciones, olas de calor y otros fenómenos extremos, este tratado aumentará las emisiones, los tóxicos y la deforestación”, afirmó.
Ruibal destacó que Brasil, uno de los principales exportadores en el bloque Mercosur, ha sido señalado repetidamente por prácticas de deforestación masiva, vinculadas a la producción de carne de vacuno y soja. El acuerdo, según la organización, podría acelerar esta tendencia y minar las políticas europeas destinadas a combatir la crisis climática y la pérdida de biodiversidad.
Una de las mayores preocupaciones señaladas por las organizaciones es que el acuerdo permitiría la entrada de productos que no cumplen con las normas europeas. Ejemplo de ello es la suspensión reciente por parte de la UE de las importaciones de carne de vacuno brasileña debido a la detección de hormonas prohibidas en su producción.
“En lugar de aprender de los errores, la UE está dispuesta a cerrar un acuerdo que socava sus propios principios”, señaló Sánchez. “Es incoherente permitir la entrada de productos que no cumplen con las mismas exigencias que se imponen a los productores europeos”.
El acuerdo también podría tener consecuencias graves para el medio ambiente, advierten los ecologistas. La deforestación, impulsada por la expansión agrícola en países del Mercosur, contribuirá a la pérdida de hábitats críticos y aumentará las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, las organizaciones denuncian que el comercio de productos con altos niveles de pesticidas y prácticas agrícolas no sostenibles comprometerá la seguridad alimentaria de los consumidores europeos.
En este contexto, CECU, COAG y Amigos de la Tierra piden al Gobierno español que adopte una postura firme contra el acuerdo en el próximo Consejo de Ministros de Agricultura de la UE. “España debe defender a sus agricultores y consumidores, y alinearse con países como Francia, Austria e Irlanda, que ya han mostrado su oposición a este tratado”, declaró García.
Las organizaciones exigen, además, que la política comercial de la UE sea coherente con sus objetivos de sostenibilidad y apoyo a la producción local. “La aprobación de este acuerdo será un paso atrás inaceptable en la lucha contra el cambio climático y la protección del medio rural”, concluyó Ruibal.
Mientras se acerca la fecha decisiva para el acuerdo UE-Mercosur, el debate sobre su impacto sigue creciendo. Las voces de consumidores, agricultores y ecologistas resuenan con fuerza, exigiendo que los intereses de las personas y el planeta se prioricen sobre los beneficios comerciales a corto plazo. “El futuro de nuestra agricultura, nuestro medio ambiente y nuestra salud están en juego”, advierten las organizaciones, haciendo un llamado a la acción antes de que sea demasiado tarde.