El convenio colectivo de industrias lácteas 2021 – 2024, suscrito por CCOO, UGT y la patronal del sector (FeNIL), establece una subida salarial equivalente al IPC real para sus 4 años de vigencia, pero establece en su artículo 24 una cláusula de salvaguardia que indica que, “en caso de que en alguno de los años de vigencia del Convenio Colectivo el IPC real resultara muy elevado en tipos parecidos a los que se han producido en el 2021, cualquiera de las partes podrá solicitar una reunión de la Comisión Negociadora con carácter de urgencia que habrá de producirse en el plazo máximo de 15 días, a los efectos de adoptar los acuerdos necesarios para gestionar el impacto del IPC en las Tablas”.
El objetivo de esta cláusula es evitar un impacto inasumible en periodos de muy alta inflación, como el actual, que puedan poner en riesgo la viabilidad de la industria, especialmente de las PYMES, que representan el 95%, y, por tanto, el empleo.
Dado que el IPC de 2022 cerró en un 5,7% y para dar cumplimiento a lo establecido en el último párrafo del citado artículo del convenio, durante los meses de enero, febrero y marzo de 2023 se han celebrado varias reuniones entre patronal y sindicatos. En dichas reuniones, únicamente la representación empresarial ha planteado propuestas, habiendo sido rechazadas de plano todas ellas por la representación de los trabajadores, lo que demuestra la voluntad negociadora de la parte patronal y la falta de dicha voluntad por parte de los sindicatos.
La última oferta planteada por la patronal implica una actualización de los salarios de acuerdo al IPC, aplicando una subida del 4,5% desde enero de 2023 (de los que 1,5 puntos corresponden al ejercicio 2021) y aplazando unos meses el cobro del equivalente al 2,7% restante, que se haría efectivo en dos pagas de recuperación dentro de la vigencia del convenio.
Esta fórmula mejora sustancialmente la ya acordada con UGT y CCOO para el ejercicio 2021 (cuando el IPC fue del 6,5%) y permitiría que los trabajadores y las trabajadoras del sector no pierdan poder adquisitivo y ni un solo euro. A su vez, las industrias lácteas obtendrían cierto margen para hacer frente al pago de la subida salarial, en un momento en el que se ven muy afectadas por el incremento de costes y peligra la supervivencia de muchas empresas.
Pese a la negativa sindical, la patronal aboga por alcanzar un acuerdo en el marco de la Comisión Negociadora del Convenio Colectivo y así no judicializar el conflicto, lo que permitiría a los trabajadores empezar a cobrar sus nóminas desde el 1 de enero de 2023 con un aumento salarial del 4,5%.
La propuesta de la patronal viene avalada por los más de 1.500 centros autorizados para la recogida y transformación de leche que conforman la industria láctea en España. Más del 95% del sector está formado por PYMES que, durante el último año, han sufrido una escalada de costes sin precedentes como, por ejemplo, energéticos, materias primas, transporte, nuevos impuestos, etc. provocando importantes dificultades de financiación y supervivencia a las industrias del sector.