Los regantes de Payuelos esperan que el Ministerio de Agricultura inicie «ya» la modernización de más de 6.000 hectáreas

Agronews Castilla y León

7 de mayo de 2016

regadios

Hace casi tres décadas se cerró el embalse de Riaño, sus 651 hectómetros cúbicos de agua están pensados, entre otros, para regar la zona de los Payuelos, divida en dos canales, el Alto y el Bajo, en total unas 40.000 hectáreas, a las que los retrasos afectan de manera continua. La parte administrativa y burocrática para iniciar las obras de los sectores XVIII, XIX y XXI, dependientes del Ministerio de Agricultura, ya está finalizada y ahora la Comunidad de regantes espera que en “fechas próximas” el Gobierno realice la encomienda de obra para iniciar los trabajos de modernización del regadío en más de 6.000 hectáreas de los municipios leoneses de Joarilla de las Matas y Gordaliza del Pino, en León y Melgar de Arriba, Melgar de Abajo y Monasterio de Vega, en Valladolid.

Las obras “deberían comenzar ya”, asegura el secretario de la Comunidad de Regantes, David Urquizo, que explica que, en este caso, el Ministerio no sacará la obra a licitación, no habrá concurso, sino que se prevé que se asigne a una empresa pública. En el momento en el que el BOE publique esa encomienda de obra, comenzarían los trabajos para la ansiada modernización de estos tres sectores.

En total, unas 6.000 hectáreas del Canal Alto a las que se deberían sumar otras 3.200 del Canal Bajo que dependen de la Junta de Castilla y León, en concreto del sector XXII (Calzada del Coto y Sahagún, principalmente), en el caso de la administración autonómica, la obra sí que se sacará a licitación en el Bocyl. Este reparto de sectores se hace de acuerdo con el Plan Coordinado de obra que establece que 2/3 de la modernización de los Payuelos corresponden al Gobierno central y 1/3 a la Junta de Castilla y León, en números redondos 20.000 y 10.000 hectáreas, respectivamente.

Según Urquizo, la subdirección general de Regadíos del Ministerio de Agricultura les ha comunicado que no afecta el hecho de que el Gobierno esté en funciones para iniciar estas obras que, además, recuerda, el secretario general del Ministerio dijo, recientemente, eran “prioritarias”. “Ahora mismo ya no existe ningún escollo burocrático, ya está todo pasado. No hay inconveniente para que se hagan las obras”, añade.

El plazo de ejecución estimado es de 36 meses, pero al ser obras que suponen un importante movimiento de tierra, para enterrar las tuberías que llevarán el agua a presión, los tiempos dependen mucho de la climatología, si es benigna “y somos optimistas, en la campaña de 2019 ya podrían regar modernizados”, si viene un invierno lluvioso como el actual, los plazos se retrasarían. En total afectan a unos 1.000 agricultores.

Además el Ministerio ha comprometido para este 2016 o 2017 el inicio de obras en los sectores XV y XVI, de los municipios leoneses de Santa Cristina de Valmadrigal y Villamoratiel de las Matas.

Payuelos avanza a un ritmo muy lento

La zona de Payuelos consta en total de unas 40.000 hectáreas de regadío, de ellas tan solo hay 6.500 ya modernizadas en los municipios de Valdepolo, Santas Martas y Mansilla de las Mulas, lo están desde 2011. En total 6 sectores, quedan pendientes otros 18 por modernizar. Eso no significa que no se esté regando con agua de Riaño, explica Urquizo, “se riegan 10.000 hectáreas desde 1997, pero en precario, con mucho consumo de agua y perdiendo mucho por escorrentías”.

Y cuándo estará todo modernizado, es la pregunta histórica, el Plan coordinado de obras habla de dos horizontes, “el primero en 2021, el ministerio transformaría 10.000 hectáreas y otras 6000 serían de la Junta (sectores XIV y XVII), en total sumarían hasta ese año casi 20.000 hectáreas, quedarían, para otro segundo horizonte, otras 10.000”.

La finalización, “depende de lo que quieran invertir las administraciones”, mientras la Comunidad de regantes de los Payuelos mantiene su “Plan general Payuelos de 2014 que pedía la modernización entre 2015 y 2020, es ambicioso pero queremos mantenerlo”.

Y mientras los regantes esperan ansiosos la modernización, conscientes de que sin ella “no hay futuro”, porque no solo permite ahorrar el 60% del agua, sino que las condiciones de trabajo mejoran sensiblemente, “quieren un regadío optimizado, eficiente y del siglo XXI”.



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