Cuando se cumplen 20 años de cultivos transgénicos en Brasil, el Consejo de Información sobre Biotecnología (CIB) publica un estudio que analiza los datos que se desprenden de esta apuesta continuada por la biotecnología agraria en el país. A lo largo de este período, destacan los beneficios económicos obtenidos por los agricultores derivados del cultivo de variedades modificadas genéticamente de soja, maíz y algodón. Se ha conseguido reducir la aplicación de fitosanitarios y las pérdidas de las cosechas, incrementando la productividad y el rendimiento respecto a los cultivos convencionales. El informe se titula ’20 anos de transgênicos no Brasil: impactos ambientais, econômicos e sociais’ (’20 años de transgénicos en Brasil: impactos ambientales, económicos y sociales’).
Fuente original Fundación Antama: Los cultivos transgénicos en Brasil han reducido la aplicación de 800 mil toneladas de fitosanitarios en 20 años
FITOSANITARIOS
Uno de los factores clave para el incremento de los rendimientos es la reducción en la aplicación de fitosanitarios. En el cultivo de la soja se redujo en un 36%, en el del maíz de verano en un 18%, un 16% en el maíz de invierno y un 32% en el algodón. El acumulado evitado de estos 20 años es de más 800 mil toneladas. Según el informe, la adopción de la semillas transgénicasfunciona como una reacción en cadena, porque también evita el consumo de combustible necesario para la maquinaria de pulverización, ahorrando 377 millones de litros de combustibles, el equivalente a la retirada de circulación de 252.000 coches de las calles durante un año. La disminución de emisiones alcanza los 26,5 millones de toneladas de CO2. Este valor equivale a la siembra de 189 millones de árboles nativos.
BENEFICIO POR HECTÁREA
Durante estos 20 años, el beneficio obtenido por hectárea de soja transgénica fue hasta un 26% superior al de la variedad convencional. Para el maíz, el beneficio por hectárea fue del 64% en la cosecha verano y el 152% en la cosecha de invierno. En el cultivo del algodón, el beneficio fue un 12% superior a las no modificadas genéticamente. Para haber conseguido el mismo nivel productivo alcanzado gracias a los cultivos transgénicos habría sido necesario cultivar 9,9 millones de hectáreas más entre 1998 y 2017.
La adopción de semillas biotecnológicas representó el 66,8% en el cultivo del maíz de verano, el 81,6% en las cosechas de maíz de invierno en apenas cuatro años. Actualmente, el 92,3% de la soja producida en suelo brasileño es transgénica, así como el 86,7% del maíz de verano, el 74,7% del maíz de invierno y el 94% del algodón.