Los Círculos de Podemos reclaman una PAC “diferente a la actual” y el fin de la discriminación del medio rural

Agronews Castilla y León

23 de noviembre de 2015

pegatina rural

Casi 300 personas provenientes de 70 círculos rurales de Podemos y asociaciones ciudadanas se dieron cita en Molina de Aragón el pasado 14 de noviembre para debatir distintas propuestas para mejorar la situación de estas zonas.

Al objeto de organizar el debate se constituyeron tres mesas: Mundo rural vivo, Sostenibilidad y Medioambiente y Soberanía alimentaria, debates, que contaron con la presencia de algunos expertos de gran prestigio, como José Esquinas, Fernando Fernández o Antonio Bonilla y componentes de Podemos.

En la mesa Mundo rural vivo, que fue coordinada por Diana Sánchez y Javier Hernández, integrantes de Podemos Aragón y Podemos Celtiberia-Mundo Rural, se incidió en primer lugar en la necesidad de activar un marco jurídico que ampare los derechos del mundo rural y pusiera en marcha medidas de choque urgentes. Todos convinieron que ya se había aprobado una buena ley, la de desarrollo sostenible del medio rural de 2007, que el gobierno de Zapatero metió enseguida en un cajón, así como el decreto de 2010 que la desarrollaba. Ese corpus jurídico promovía una aplicación de medidas basada en las comarcas, organización territorial más natural y parece que operativa.

Se pusieron aquí sobre la mesa muchos datos que demuestran la marginalidad del mundo rural: el abandono de las instituciones, la inoperancia del Régimen del 78, la injusta distribución de fondos de la PAC, el desastre ganadero, la ausencia de una política industrializadora, el déficit de servicios educativos, sanitarios, etc. El medio rural aporta muchos recursos y sus contribuyentes reciben poco, por lo que desde los Círculos se considera que es de justicia revertir este desequilibrio, por lo que se reclamó convertir la agonía del medio rural en una cuestión de Estado, activando una ofensiva jurídica, económica, política y social para paliar esa situación, en la que los ayuntamientos tienen que jugar un papel básico.

Los recursos del medio rural fueron el epicentro del debate de la Mesa de Sostenibilidad y Medioambiente, coordinada por Jorge Acero, del círculo sectorial 3E. Los bosques, el agua y otras fuentes energéticas, el territorio y otros activos que aporta el mundo rural para beneficio del mundo urbano deben ser puestos en valor y aprovechados de manera sostenible. Son riquezas de las que el medio rural apenas se beneficia y, en consecuencia, se agrandan las diferencias de servicios y calidad de vida respecto a los urbanitas. Esto tiene que cambiar.

La gestión del agua fue uno de los temas centrales, poniendo en evidencia las malas prácticas llevadas a cabo estos años, apostando por su plena gestión pública, revisando las concesiones a empresas energéticas y controlando los intereses económicos en la construcción de infraestructuras, así como promoviendo tecnologías de desalación o el uso hídrico eficiente en todos los sectores

Se llegó a la conclusión de que se necesita un nuevo modelo productivo sostenible y ahí el mundo rural tiene mucho que decir con nuevas prácticas agropecuarias, energéticas, de comercialización y consumo, productos de proximidad, soberanía alimentaria, y de planificación del desarrollo que fomente la repoblación.

Todas estas problemáticas, son acuciantes, en opinión de Podemos, particularmente en la despoblada y envejecida España Rural Interior, pero tienen que contemplarse desde una perspectiva global. Eso es lo que aportó en buena medida la Mesa de Soberanía Alimentaria, coordinada por Beatriz Gascó. Se hizo alusión a los procesos históricos para reclamar la soberanía alimentaria, particularmente el encuentro de Selingué (Malí, 2007) donde se llegó a una certera definición: “es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo”. Se prioriza así a aquellos que producen, distribuyen y consumen alimentos por encima de las exigencias de los mercados y de las empresas, otorgando prioridad a locales y nacionales, empoderando a los campesinos y a la agricultura familiar, las economías y mercados la pesca artesanal y el pastoreo tradicional. Así mismo sitúa la producción alimentaria, la distribución y el consumo sobre la base de la sostenibilidad medioambiental, social y económica, promueve un comercio transparente garantizando ingresos dignos para todos los pueblos y preservando los derechos de los consumidores para controlar su propia nutrición. Garantiza que los derechos de acceso y gestión de nuestra tierra, nuestras aguas, nuestras semillas, nuestro ganado y la biodiversidad estén en manos los productores de alimentos, promoviendo nuevas relaciones sociales libres de opresión y desigualdades entre los hombres y mujeres, pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones.

La soberanía alimentaria da prioridad a las economías locales y mercados locales y nacionales, otorgando la iniciativa a los campesinos, la agricultura familiar, la pesca artesanal y el pastoreo tradicional, al tiempo que coloca la producción alimentaria, la distribución y el consumo sobre la base de la sostenibilidad medioambiental, social y económica. La soberanía alimentaria promueve el comercio transparente, que garantiza ingresos dignos para todos los pueblos, y los derechos de los consumidores para controlar su propia alimentación y nutrición.

La liberalización del comercio y los tratados bilaterales como el TTIP constituyen, en opinión de los Círculos de Podemos reunidos el pasado 14 de noviembre en Molina de Aragón, una grave amenaza para el sector agroalimentario por la llegada masiva de productos con estándares de calidad muy inferiores a los europeos. La agricultura no es una mercancía, y por ello debe estar fuera de los acuerdos internacionales, además se deben eliminar las ayudas a la exportación ya que provocan dumping.

Además, se ha reclamado tras el encuentro de estos Círculos una Política Agraria Comunitaria diferente a la de ahora, pero consciente de la conveniencia de dar apoyo a los pequeños productores de alimentos. Desde España, Podemos promoverá una regulación clara que defina qué es un “Agricultor a Título Principal” y que impida que 242 preceptores concreten el 44% de las ayudas, mientras que la mayoría no llegan apenas al 20%. Actualmente, hay 500.000 personas en España que reciben PAC sin ser agricultores. Por otra parte, es necesaria, aseguran en el documento de conclusiones, una cadena agroalimentaria que sea justa y equitativa. El 67% está controlado por siete empresas.

Hay varias medidas que Podemos podría implementar en el caso de tener posibilidades:

  1. Incluir el Derecho a una Alimentación Adecuada en la Constitución Española.
  2. Lanzar el espacio para el/la “Defensor/a de las generaciones futuras”.
  3. Poner en marcha un Banco de Tierras impulsando la creación de una Agencia Estatal Pública de la Tierra y un Plan Especial de Uso Social de la Tierra en fincas públicas y privadas con el objetivo de facilitar el acceso de jóvenes y mujeres a las actividades agro – ganaderas, forestales y de conservación del patrimonio común, natural y paisajístico.
  4. Creación de un banco de semillas que garantice la conservación de nuestra biodiversidad, entre otras muchas medidas.


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