
La Comisión Europea ha decidido que, de forma temporal, todos los porcinos vivos que vengan de Estados Unidos o Canadá tendrán que verse sometidos a unas pruebas específicas para detectar la presencia del virus de la diarrea epidémica porcino y evitar así la entrada de animales que pudiesen estar infectados en Europa.
Las importaciones de animales de esos países a la Unión Europea no representan un número importante en lo que a cantidad se refiere, pocos más de 900 en el año 2013, pero si que tienen un importante valor en lo que a genética se refiere.