A pesar del alivio temporal que han supuesto las recientes precipitaciones, España sigue enfrentando una crisis hídrica estructural agravada por el cambio climático y una mala gestión de los recursos.

España ante la crisis del agua, las lluvias de marzo no resuelven el problema estructural

Agronews Castilla y León

21 de marzo de 2025

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Coincidiendo con la celebración del Día Mundial del Agua, España enfrenta una realidad preocupante: las lluvias de marzo han llenado embalses y devuelto caudales a ríos secos, pero el problema del agua en el país sigue siendo estructural. SEO/BirdLife advierte que no se puede confiar en precipitaciones puntuales para solucionar un déficit hídrico que cada año se agrava más debido a la sobreexplotación y el cambio climático.

Las imágenes de pantanos rebosantes y campos verdes pueden dar una falsa sensación de alivio, pero el problema subyacente persiste. El cambio climático está alterando los ciclos hídricos, con periodos de sequía más largos e intensos, y episodios de lluvia cada vez más torrenciales e irregulares. Aunque la cantidad total de agua recibida anualmente no ha cambiado significativamente, su disponibilidad real se ha reducido drásticamente debido a la mala gestión y las alteraciones en el clima.lluvia

En España, el 80% del agua disponible se destina a la agricultura de regadío, superando ampliamente el 71% que se emplea con este fin a nivel mundial. Sin embargo, muchas de estas explotaciones se encuentran en zonas con alto estrés hídrico, lo que genera un uso insostenible del recurso. Mientras tanto, los acuíferos siguen sobreexplotados y los humedales en estado crítico, especialmente en la cuenca mediterránea.

A esta problemática se suman nuevas demandas de agua, como la proliferación de centros de datos, cuyas instalaciones requieren grandes cantidades del recurso para refrigeración. A menudo, estas infraestructuras se instalan en zonas con alta escasez de agua, donde debería priorizarse el abastecimiento humano y la conservación de los ecosistemas naturales.

España ha iniciado la redacción del cuarto ciclo de planificación hidrológica (2028-2033), pero SEO/BirdLife insiste en que no se puede continuar con planificaciones a corto plazo. Se necesita una estrategia que contemple el horizonte de 2050 y que tome en cuenta los pronósticos de pérdida de entre un 3 % y un 7 % de los recursos hídricos disponibles en las cuencas hidrográficas antes de 2040.

El país se enfrenta a un riesgo creciente de desertificación, que afectará aproximadamente al 75% del territorio en el corto y medio plazo. Además, se prevé que los incendios forestales, tanto naturales como provocados, podrían aumentar en un 50% para finales de siglo, acelerando la pérdida de suelo fértil y reduciendo la capacidad de retención de agua. Ante este panorama, es fundamental replantear la gestión de los recursos naturales para garantizar el abastecimiento futuro de la población.

“No podemos seguir planificando el agua con la mentalidad del siglo XX. La realidad climática de España en 2050 será muy diferente y necesitamos políticas que se anticipen a este escenario. Si seguimos gestionando el agua como hasta ahora, el colapso hídrico será un escenario muy probable”, advierte Juan Carlos Atienza, responsable de la Unidad de Incidencia para la Transición Verde de SEO/BirdLife.IMG 1882

SEO/BirdLife propone una transición hídrica que garantice el agua para las personas y los ecosistemas a largo plazo. Para ello, se requieren medidas estructurales y sostenibles que vayan más allá de soluciones temporales. La ONG plantea varios ejes de acción prioritarios:

  • Adaptar la demanda de agua a la disponibilidad real del recurso, redefiniendo las concesiones de agua y aplicando una política de precios que incentive el ahorro y el uso eficiente.
  • Rediseñar la agricultura de regadío, priorizando cultivos adaptados al clima mediterráneo y promoviendo prácticas agrícolas más sostenibles con menor consumo de agua.
  • Recuperar la funcionalidad natural de ríos y humedales, asegurando caudales ecológicos suficientes para la biodiversidad y la regulación natural del agua.
  • Proteger los acuíferos como reservas estratégicas de agua, evitando su sobreexplotación y promoviendo su recarga natural.
  • Cumplir con los objetivos de la Directiva Marco del Agua, mejorando la transparencia en la gestión hídrica y asumiendo compromisos de adaptación al cambio climático con objetivos medibles y verificables.

Los humedales juegan un papel esencial en la regulación del ciclo del agua, pero su estado en España es alarmante. Según el informe Humedales ante un futuro incierto, publicado por SEO/BirdLife hace dos meses, el 76% de los hábitats de interés comunitario vinculados a estos ecosistemas están en mal estado de conservación. Además, 36 de las 67 especies de aves asociadas a humedales han sufrido un descenso poblacional significativo.

“Los humedales bien conservados son el mejor seguro natural contra la desertificación y la sequía, pero en España los estamos destruyendo a un ritmo alarmante. La restauración de los humedales debería ser una prioridad en la planificación hidrológica y ambiental si realmente queremos garantizar el agua en el futuro, tanto para las personas como para la biodiversidad”, señala Kiko Álvarez, responsable de la Unidad de Espacios y Especies de SEO/BirdLife.

Las lluvias de marzo no pueden ocultar la crisis del aguavinas lluvias 0

Cada vez que llueve en abundancia, se repite el mismo mensaje: “la sequía ha terminado”. Sin embargo, la caída de agua en marzo no cambia el hecho de que el modelo hídrico español es insostenible. La alternancia natural de ciclos secos y húmedos en el clima mediterráneo es una realidad ineludible, pero la falta de planificación ha agravado los efectos de las sequías, convirtiéndolas en crisis hídricas recurrentes.

España debe decidir si quiere seguir esperando la próxima borrasca o si, por el contrario, apuesta por un modelo de gestión del agua basado en la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático. No se trata solo de reaccionar ante la emergencia, sino de establecer un plan estructural que garantice el acceso al agua en el futuro.

“Nos jugamos el futuro. Si seguimos actuando como hasta ahora, España será un país sin agua suficiente en pocas décadas. Es hora de tomar decisiones valientes y de integrar la crisis hídrica en todas las políticas públicas. No podemos permitirnos perder más tiempo”, concluye Atienza.

El Día Mundial del Agua debería ser una llamada de atención para España. Aunque las lluvias recientes han proporcionado un respiro temporal, no han solucionado el problema de fondo. La crisis del agua es estructural y necesita una respuesta a largo plazo que priorice la sostenibilidad y la equidad en el acceso al recurso. Sin una planificación adecuada, la desertificación y la escasez hídrica serán una amenaza cada vez más tangible para el país.

 



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