Las temperaturas suaves están cambiando el ecosistema de las Lagunas de Villafáfila en Zamora

María José Salvador

6 de diciembre de 2018

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La Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila ha experimentado un importante incremento en el número de aves migratorias en los últimos años. Las lluvias de las últimas semanas y la llegada del frio han producido este aumento en la invernada de aves acuáticas. Las insuficientes lluvias de este otoño han provocado que la Laguna Grande de 200 hectáreas sea la única que está semi-llena, mientras que el resto están secas o casi secas. No obstante, esto no ha producido una disminución en el número de animales y durante esta época del año la Reserva alberga un gran contingente de aves, cerca de 10.000, de variadas especies.

“El cambio climático y las temperaturas suaves está modificando, e incluso puede llegar a cambiar, el ecosistema entero de la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila”, así lo ha señalado el director de este espacio gestionado por la Junta de Castilla y León, Mariano Rodríguez, quien ha explicado que “las poblaciones de ánsares, que era la especie más emblemática de las aves acuáticas está en franca regresión en España tanto en Doñana como en Villafáfila, las dos principales zonas en las que se llegó a concentrar casi el 90 por ciento de las ánsares del noroeste de Europa. Ahora en toda España la población es pequeña y en Holanda ha crecido mucho de 0 a 400.000 ánsares comunes mientras que en España hemos pasado de los 150.000 hasta los 20-25.000 que llegamos a tener a hora entre los dos”. Reconoce Mariano Rodríguez que “es el ánsar es la especie más emblemática de esta zona de la provincia zamorana que llegó a concentrar más de 40.000 ejemplares y ahora tan solo hay unos poquitos miles”.

Según ha señalado el director de la Reserva “supone un cambio en el ecosistema que haya menos ánsares porque es una especie que influía sobre la vegetación y sobre la calidad del agua, sobre la vegetación por consumo directo de la principal planta que existe en la laguna, si desaparecen los ánsares la vegetación volverá a crecer y se producirá un cambio en el ecosistema que a unas especies beneficiara y a otras perjudicará. Se producirán cambios que no son buenos o malos serán simplemente cambios que beneficiará a unas especies u a otras”.

Con respecto a poblaciones de aves, la avutarda sigue siendo el ejemplar más llamativo de la zona ya que está ligada a la estepa, su incremento o disminución de la población no tiene nada que ver con el cambio climático sino que le influye más la PAC. Según Mariano Rodríguez “la avutarda fue creciente su población pero la última reforma de la Política Agrícola Común le ha perjudicado y ha empezado un ligero declive ligado a la tremenda disminución de los barbechos”. En marzo había unos 2.800 ejemplares y se ha llegado a los 3.000. “Hay un descenso ligero, no es preocupante puede ser temporal”, señala Rodríguez.

Por otra parte, la grulla es el ave que está sustituyendo a la avutarda ya que han pasado de 100 a 1.200 ejemplares. Con el cambio de temperaturas han aparecido en la zona especies que antes no existían como la pagaza piconegra. “Este ave está colonizando la laguna, cuando hace 15 años no había ninguna”, según el director de la Reserva.



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