Las ovejas, protagonistas en ‘La Flora’

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Burgos fue un centro económico y social destacado en el comercio de la lana. Nuestro Consulado del Mar responde, precisamente, a las relaciones comerciales que manteníamos con Flandes a través del puerto de Santander. Por ello, no nos debe de extrañar que la Asociación Gastronómica ‘Los Cucos’ pretenda conservar una antigua tradición como es el esquileo. Lo que fue modo de vida y fuente de riqueza ahora ha quedado relegado a un mero trámite, cuya única finalidad es hacer más soportables los calores del verano a las indefensa ovejas.

En torno a San Pedro, semana arriba, semana abajo, los ganaderos de la provincia han tenido siempre costumbre de esquilar a sus rebaños, de ahí que el Festival del Esquileo se haya celebrado a mediodía en la plaza de La Flora de la capital burgalesa. Como en años anteriores, y sumando ya la 27 edición, la Asociación Gastronómica ‘Los Cucos’ ha traído cinco ovejas, propiedad del ganadero José Nieto, de Arlanzón. Seis han sido los profesionales del esquileo que se han encargado de dejarlas bien fresquitas, ante la atenta mirada de numerosos burgaleses que se han acercado hasta el lugar de la celebración.

A máquina y a tijera

Las técnicas utilizadas: el esquilado a máquina y a tijera, este último el que mejor representa la tradición. De él se ha encargado el burgalés Javier Tubilleja, que nació entre ovejas y ya con 15 años estaba esquilándolas. Le tocó asumir el paso de las tijeras a la máquina, y lo aceptó con agrado, pero siempre prefirió las primeras. Ahora, una vez al año, rememora aquellos tiempos participando en el Festival del Esquileo, a la que llegó de manera casual. Hace unos cuatro años participó junto con su hija en la representación que realiza el Grupo de Danzas ‘Diego Porcelos’, pidió que le dejasen unas tijeras y los allí presentes comprobaron que no se le había olvidado como tratar a una oveja.

Javier Tubilleja domina el arte de esquilar a tijera. PCR

Javier Tubilleja domina el arte de esquilar a tijera. PCR

Reconoce que, en Burgos, todavía quedan algunos que saben manejar las máquinas y las tijeras para esquilar el ganado, pero ninguno de ellos pertenece a las nuevas generaciones. Los cada menos rebaños de la provincia se tienen que conformar con contratar extranjeros, fundamentalmente franceses, australianos o latinoamericanos.En la plaza de ‘La Flora’ se ha podido ver esta mañana a cinco de estos profesionales: uno francés, otro ecuatoriano y tres españoles, de Navarra y Melilla.

A máquina, son capaces de pelar a una oveja en menos de un minuto y medio (el récord internacional está en el medio minuto), y como reconoce el presidente de ‘Los Cucos’, Félix Ángel Barriuso, lo hacen sin que el animal oponga resistencia, somo si las hipnotizaran. Con tijeras, se tarde un poco más, en torno a los cinco minutos de media.

Tradiciones

Barriuso insiste en la importancia de conservar esta tradición del esquileo, como la de la Matanza, la otra gran fiesta que organizan desde la Asociación Gastronómica, para que las generaciones más jóvenes sepan cómo se vivía no hace tanto tiempo. La lana era, no sólo una mercancía que dejaba importantes beneficios en Burgos, sino que se llegó a utilizar como moneda de cambio, dado que el dinero se volvía inservible una vez se pasaban las fronteras nacionales. Ahora, la lana no tiene ningún valor; a las ovejas hay que seguir esquilándolas, pero el mimo con el que se cuidaba a los vellones se ha perdido.

El Festival del Esquileo sólo admite a ovejas churras, por aquello de seguir la tradición, dado que son la raza protagonista en Burgos, o como dice Barriuso, “la mejor oveja del mundo”, de la que salen nuestros sabrosos quesos y el afamado lechazo. Los vellones obtenidos se entregan al Grupo de Danzas de Mª Ángeles Sainz, para que los utilicen en su escenificación de los viejos oficios. Durante el esquileo los danzantes de ‘Diego Porcelos’ han representado el cuadro de Marceliano Santamaría que represente esta vieja tradición. La jornada ha finalizado con un reparto de queso y vino de la tierra entre los presentes.

Patricia Carro. www.burgosconecta.es



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