La futura creación de una Interprofesional de la Patata en Castilla y León ha sido, sin duda, la gran protagonista de la I Jornada de debate sobre «Patatas, frutas y hortalizas» que se ha celebrado esta mañana en Valladolid dentro del marco Agrohorizonte 2020 y que ha sentado en la misma mesa de debate a los representantes de las principales organizaciones de productores del sector: Donaciano Dujo de Asaja, Alberto Duque de la Alianza por la Unidad del Campo, Jesús Manuel González Palacín de UCCL, José Ramón Aguado de ASOPOCYL y Roberto Ruiz de UDAPA-Álava.
El encuentro ha sido moderado por Jorge Morro, director general de Modernización e Industrias Agrarias, y ha servido para fijar posturas en torno a la necesidad de dar estabilidad a un sector, el de la patata, que ha visto cómo su precio ha caído por lo suelos este año.
Para Donaciano Dujo, presidente de Asaja, el diferencial del precio entre lo que los agricultores reciben y lo que pagan los consumidores (cifra que se eleva hasta los 778 millones de euros según ha señalado) es “una vergüenza y un robo”. Ante esta situación, la gran baza del sector, ha apuntado, es la creación de una Interprofesional al estilo de la de la remolacha que sirva para dar seguridad y estabilidad a todos los eslabones de la cadena. “El agricultor sabrá de antemano las condiciones de venta y siembra para poder tomar las decisiones necesarias antes de sembrar patata” ha vaticinado Dujo.
Alberto Duque, desde la Alianza por la Unidad del Campo, ha denunciado que España está en una clara desventaja frente a Francia, a años luz en cuanto a organización y creación de interprofesionales. “El panorama es malísimo: cada productor de patata ha perdido 3.000 euros de media, sin contar con los miles de toneladas que se han quedado en los campos…” ha recordado Duque. En su opinión, una Interprofesional de la patata en Castilla y León sería la única herramienta para defenderse ya que sentaría a negociar a todos los eslabones de la cadena por igual. “El apoyo de la Consejería de Agricultura en este sentido, al igual que para la Ley de la Cadena alimentaria y la Agencia de Control, son fundamentales para que el sector no tenga varapalos constantes” ha sentenciado Duque.
Desde la Unión de Campesinos de Castilla y León, Jesús Manuel González Palacín “harto de jugar a la lotería” ha apostado por la “cultura del contrato” que garantice la rentabilidad de las explotaciones. “No se trata de establecer un precio mínimo, si no de firmar contratos que garanticen que se cubren los costes de producción y de que se prohíba vender por debajo de esos costes”, ha defendido Palacín. A su juicio, hay margen de sobra para todos los eslabones de la cadena: “en primer lugar, ha fallado el compromiso de todas las partes y la excesiva concentración de distribuidores, y a eso, se ha sumado que la Administración no ha evitado los abusos…”. Por eso, Jesús Manuel ha pedido más capacidad de intervención y compromiso a la Administración regional ya que, como ha señalado, “los políticos no se pueden poner de perfil en este asunto”.
Un guante que ha recogido el Director general de Modernización e Industrias Agrarias, Jorgue Morro, quien ha señalado un “interés común”: vender más patata, a mejores precios y de más calidad. “Nosotros daremos todo el apoyo e impulsaremos que la puesta en marcha de la Interprofesional de la patata sea una realidad, pero se trata de un mecanismo que tiene que nacer del propio sector” ha afirmado Morro en una pequeña intervención en la que ha animado a los agricultores a consultar el Boletín de marzo de Información para el sector de la patata en Castilla y León.
Algo más críticos han sido los dos últimos participantes. “No estamos cargando el cultivo de patata en España por dos milímetros que pelamos” ha apuntado José Ramón Aguado, presidente de la Asociación de Operadores de Patata en Origen de Castilla y León ASOPOCYL, en clara alusión a la estética de las patatas que vienen de Francia que “solo nos ganan en la calidad visual, pero no en la culinaria”, ha afirmado. En cuanto a la creación de la Interprofesional de la patata en Castilla y León, “difícilmente solucionará grandes cosas si, como mínimo, no se incluyen dos eslabones a nivel nacional (embalsadores y distribución) ya que el 85% de nuestra producción se exporta a otras Comunidades Autónomas con condiciones diferentes”.
Por último, Roberto Ruiz, de la Cooperativa de patatas de Álava UDAPA, ha retado al sector a “enamorar y persuadir” para convertirse en el “capricho del consumidor”. “Lo importante es saber escuchar al mercado y saber adaptarse, si no lo hacemos, no podremos hablar de producción” ha afirmado Ruiz, quien también ha apuntado a que no se puede producir patatas de forma caprichosa, si no hacerlo por encargo de los contratos.
