Cumpliendo plazos. Las obras de la presa de Castrovido alcanzan un volumen de ejecución de alrededor del 80 por ciento y se espera cumplir con el plazo marcado tiempo atrás para su puesta en funcionamiento. Así lo ha confirmado hoy la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, que se ha acercado hasta tierras burgalesas para conocer in situ el avance de un proyecto que en los últimos cuatro años ha recibido un “impulso muy importante”.
Las obras estuvieron paralizadas dos años por la muerte de cuatro operarios
Tras la paralización de los trabajos durante más de dos años como consecuencia del trágico accidente que acabó con la vida de cuatro operarios de FCC, los trabajadores de la adjudicataria volvieron a Castrovido en 2014 y desde entonces, los avances son más que visibles. Ahora mismo, ya está hormigonada buena parte de la presa, y aunque todavía queda mucho por hacer, el proyecto avanza a pasos agigantados.
Así, el Ministerio mantiene su previsión y Tejerina apunta a 2017 como fecha clave. “En un año y pico estará en funcionamiento”, ha asegurado. Pero, ¿de cuanto tiempo es ese pico? Eso está por ver. ”Primero hay que terminar la presa, y cuando esté culminada, se requiere de un tiempo para ir llenándola paulatinamente con todas las garantías de funcionamiento y seguridad”, ha subrayado la ministra.
Sea como fuere, el proyecto, del que se lleva hablando en mayor o menor medida desde hace décadas, ha entrado ya en su fase final y comienza atisbarse lo que supondrá. Según se plantea en el proyecto, el embalse contará con una capacidad total de 44 hectómetros cúbicos, una cantidad relativamente baja si la comparamos con otros, como el de Uzquiza (75 hectómetros) o el de Reinosa (540 hectómetros). Sin embargo, Castrovido destacará por la altura de la presa, que alcanzará una cota de 95 metros desde la cimentación, lo que la situará entre las más altas de España.
Beneficios
Con su construcción, presupuestada en alrededor de 220 millones de euros, se conseguirá cumplir un triple objetivo, según Tejerina. Por un lado, se permitirá mejorar la regulación del cauce del Arlanza a su paso por la comarca, una de las principales inquietudes planteadas por los vecinos durante décadas. De hecho, el volumen de obra ya ejecutado permite mantener un control mucho más directo sobre el cauce que hace apenas unos años.
Además, la presa “facilitará el abastecimiento de agua para 30.000 personas y mejorará la disponibilidad de regadío para 6.000 hectáreas”. Todo ello completado con la posibilidad de generar energía eléctrica a través de sendas turbinas. “Tendrá beneficios económicos, sociales y medioambientales”, dando así “respuesta” a las inquietudes de los propios vecinos del entorno, ha concluido Tejerina.
G. de la Iglesia – www.burgosconecta.es
