Sin lugar a duda esa es una de las principales conclusiones que se pueden extraer de las recientes jornadas que han organizado el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León y la Unión Regional de Cooperativas en la Finca Zamadueñas sobre el cultivo de las leguminosas y las oportunidades que ofrecen para los agricultores... pero también para los ganaderos de la región.
Manuel Rodríguez destacó como la nueva PAC con el «greening» ha permitido una recuperación de las siembras de este tipo de cultivos, que han crecido en cerca de un 25% desde 2014 pasando de las 30.000 hectáreas a las 40.000 de 2016.
Por su parte, Alicia García, del ITACyL, señaló los trabajos que se han realizado para lograr ofrecer a los agricultores unas variedades de guisantes que estén adaptadas a la realidad productiva y climática de Castilla y León. Una labor en la que ha participado el Instituto Tecnológico, el propio Ministerio de Agricultura a través del INIA más 13 empresas y 9 cooperativas, teniendo como resultado el registro de tres variedades como la «viriato», la «chicarrón» y el «cabestrón». «La viriato ha teniendo una gran aceptación con el sector, con unos rendimientos que se pueden situar entre los 2.500 y los 3.500 kilos por tonelada, aunque, en Zamadueñas, de forma experimental, ya hemos sido capaces de alcanzar cifras de 6.000 y 8.000 kilos»
«Ahora mismo, aseguró García, estamos trabajando en planes de mejoras genética en variedades de guisantes, yeros, alberjones… mientras que tenemos avanzadas en otras de guisantes, alberjones, yeros, garbanzos… que están pendientes de ensayos para su posterior registro».
Otro de los investigadores del ITACyL, Emilio Gómez, expuso las posibilidades que ofrecen determinadas leguminosas para formar parte de la alimentación de ganado, especialmente porcino. «Son una alternativa interesante como parte de las proteínas que se incluyan en las formulaciones de los piensos, incluso en algunas experiencias que hemos realizado con distintas cooperativas han sido capaces de sustituir a la soja.
«Formulaciones para porcino en las que se ha incluído un 5/10% de alberjón al obtenido excelentes resultados que incluso ha reconocido el consumidor al analizar y probar el producto final». «El problema es el bioactivo del alberjón que varía mucho de unas variedades a otras y eso es un problema, ya que es necesario analizar cada partida para saber las cuantías de ese bioactivo».
La experiencia de las cooperativas
Víctor Rodríguez, de la Cooperativa salmantina COPASA, expuso a AGRONEWS la propia experiencia en este tema al dedicarse a la producción de pienso para porcino ibérico y vacuno de carne en el que ya han introducido las legumbres como componente de la formulación.
«Estamos interesados en contar con leguminosas para nuestros piensos… pero el problema es la disposición de producto que no es regular todo el año, no hay continuidad en el servicio»
«Las leguminosas tienen que ser rentables para el agricultores porque son rentables para las cooperativas y los piensos»
