Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura ha publicado recientemente esta interesante entrevista con Marco Antonio Calderón, presidente de la Sectorial de Ovino-Caprino de Cooperativas Agro-[[{«fid»:»39195″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:410,»width»:770,»style»:»width: 350px; height: 186px; border-width: 9px; border-style: solid; margin: 5px; float: right;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]alimentarias Extremadura
Empecemos situándonos un poco, ¿en qué momento se encuentra el sector ovino ahora?
En cuanto a mercado, el sector ovino se encuentra en una situación complicada tras una campaña atípica de Navidad, que es la fuerte para nosotros por el consumo de cordero, y por la alta competencia de cordero importado. Interovic, la interprofesional del sector ovino, ha realizado este año una importante y positiva campaña para que el consumidor pueda identificar el producto nacional.
Ese gran esfuerzo de Interovic tiene como objetivo informar de la calidad y el valor añadido que supone para nuestro país consumir cordero nacional, pero el problema es la intrusión de producto y bajos precios. Ha habido mucho producto de cordero lechal de importación, que ha bajado estrepitosamente el precio, y eso ha hecho que nuestro cordero haya tenido dificultades de venta.
¿Y ha reactivado el consumo de cordero en nuestro país?
Ha ayudado a que el consumidor pueda distinguir el cordero nacional del de importación, porque en muchas ocasiones este último no se etiqueta correctamente, con el agravante de que el consumidor puede encontrarse cordero con distinto origen en un mismo expositor de una gran superficie. Por eso Interovic ha puesto su esfuerzo en campañas para identificar el cordero nacional, que el consumidor tenga información y que después pueda elegir qué producto adquirir.
Y a ello se suman los precios bajos que comentaba antes.
Sí, lo que pasa es que tradicionalmente en enero siempre se produce una bajada de precios. El problema es que este año va a ser más acusada que otros años, porque venimos de una campaña de comercialización en Navidad atípica. El cordero nacional no ha tenido un precio bueno y no se ha vendido todo lo que debería haberse vendido. Quizás si el precio hubiese bajado antes, de forma gradual, no se hubiese formado ese tapón en Navidad y el mercado estaría más equilibrado.
Por eso, el sector debe hacer todo lo posible para eliminar estas bajadas tan drásticas de precios limando los picos de precios altos. Es mejor tener un precio estable y no picos de precios altos, y si hay picos de estos al menos que coincidan con la fecha de buenas campañas, como es la de Navidad, y con poca producción. Pero también es cierto que este trabajo, que debe hacer el propio sector, no está hecho por la atomización del mismo. La concentración que tenemos en cooperativas es muy importante, pero no suficiente para poder hacer estrategias a largo plazo.
¿Por dónde pasa entonces el futuro del sector?
Por un lado por potenciar esa concentración de la producción en cooperativas, para poder tener más fuerza, hacer una estrategia sectorial única, tener visión empresarial y comercializar con buenos resultados. Y por otro lado, por continuar apostando por las exportaciones de corderos vivos y, de hecho, creo que habría que trabajar para abrir esas exportaciones a otros países. Tenemos la viabilidad del sector muy condicionada a que sigamos sacando corderos vivos y, antes o después, tenemos que apostar por asumir el riesgo de hacerlos nosotros. Para lo bueno y para lo malo.
Es muy fácil decirlo pero es muy difícil hacerlo, porque el riesgo es altísimo, ya que el mercado árabe, que es el que demanda estos corderos vivos, quiere animales grandes, de 40 ó 50 kilos, que no tienen cabida en ningún otro mercado, por lo no podrían venderse en ningún sitio si falla el mercado árabe. Cebar corderos, con el coste que ello supone, sin garantías de venta a este mercado es muy complicado y es un negocio con altos riesgos.
En cualquier caso, la exportación es lo que ha venido salvando al sector ovino, ya que de lo contrario tendríamos unos precios hundidos. Pero insisto en que no es una tarea fácil y que requiere una planificación ardua.
Precios y exportaciones ¿qué otras grandes preocupaciones tiene el sector ahora?
La sequía, sin duda. Pero más por la disponibilidad de agua que por la de pastos. El sector cuenta con el seguro de compensación de sequía en pastos, que las cooperativas estamos potenciando, y que puede paliar una parte del sobrecoste que tienen los ganaderos para alimentar a los animales. Pero la disponibilidad de agua es una preocupación mayor que la de pastos, porque para que haya pastos sí que tiene que llover, claro, pero no tanto como para que se recupere la capacidad de embalses y pantanos y haya agua disponible. Y eso es una gran preocupación en el sector.
Respecto a la PAC, ¿en qué situación se encuentra el ovino?
Hay que decir que el pago acoplado al ovino ha venido bien al sector y le ha dado un respiro. Pero hay incertidumbre ante las negociaciones de la PAC y cómo va a afectar el Brexit a ello, ya que Reino Unido tiene un alto porcentaje de los contingentes de importación de la UE de carne de cordero, debido a los acuerdos tradicionales de Australia y Nueva Zelanda. Así que creo que tenemos muchas papeletas para que el sector ovino, que además tiene poco peso en las negociaciones de la PAC, seamos moneda de cambio y no salgamos muy bien parados.
Habla del peso del sector y antes mencionaba a las cooperativas ¿qué papel tiene la integración cooperativa?
Uno muy importante. Tenemos que unirnos para ganar dimensión y ser competitivos en un mercado que influye mucho. Pero también es difícil demostrar que si estamos agrupados podremos hacer mejores estrategias e iríamos mejor, a pesar de que es así.
Quizás nuestra evolución debe venir por hacernos operadores del mercado y buscar rentabilidad saliendo también a comprar y buscando negocio fuera de nuestros ganaderos socios. Nuestra competencia lo hace y quizás las cooperativas deberíamos cambiar esa mentalidad y hacerlo también. No es algo sencillo, desde luego, porque si no ya estaría hecho, pero sí deberíamos ir pensando en buscar actividades extracooperativas.
Esos ganaderos ¿cómo son en Extremadura?
Los ganaderos extremeños están ganando dimensión y eso supone profesionalización y explotaciones con mayor volumen. Las explotaciones se están reestructurando debido al envejecimiento del sector, porque la incorporación de jóvenes al sector ovino es bajísima.
Esto también está haciendo que los censos de ganado ovino estén estables en Extremadura, frente a la bajada continua que se está registrando en Europa y a la bajada estabilizada que se está produciendo en España. Las buenas infraestructuras que tenemos en las explotaciones extremeñas está manteniendo ese censo de ganado ovino, si bien es cierto que si esta sequía persiste y se agrava, habría que incrementar el aporte de comida al ganado y eso supondría pérdida de rentabilidad y de censo de ganado.
Por último, háblenos del subsector de la lana ¿Qué tal está funcionando?
Pues aunque no lo parezca, la climatología también influye. Si no hay comida en el campo, la lana no crece. Y si no crece, es de mala calidad. Así que eso nos hace estar muy a la expectativa, porque el mercado internacional de la lana está fuerte para las lanas de calidad, pero si la sequía continúa, la lana será peor y eso puede contribuir a bajar los precios. Ahora mismo los precios no están mal, pero hay incertidumbre de cara a la próxima campaña, puesto que no sabemos si el mercado podrá mantener de manera continua esos precios.
La lana es un producto que, debido a que se puede almacenar, permite realizar políticas comerciales. Las cooperativas extremeñas hemos apostado por marcar una política estratégica de producto en este sentido y lo hemos unido a una apuesta por el comercio con cooperativas terceras no socias, que nos está dando un importante soporte.