La Unió estima en 6 millones de euros los daños causados por los pedriscos del pasado fin de semana en la región valenciana

Agronews Castilla y León

3 de agosto de 2015

foto pedriscos

La Unió de Llauradors estima en una valoración inicial las pérdidas directas en el campo valenciano de las tormentas acompañadas de pedrisco, lluvia y viento de este fin de semana en más de seis millones de euros, de los que buena parte se circunscriben a la comarca del Alto Vinalopó en Alicante y sobretodo tres localidades (Beneixama, la Cañada y Camp de Mirra).

Los daños al final son mínimos pese al gran tamaño del pedrisco caído aunque habrá que esperar a la evolución de los cultivos para ver si son superiores. Precisamente esa ha sido la clave para no lamentar más pérdidas. Al ser de elevado volumen el granizo ha caído de forma más limpia y han minimizado la afección. A las pérdidas directas en el campo no obstante habrá que añadir las ocasionadas en las infraestructuras agrarias (caminos, márgenes, instalaciones de riego por goteo, etc.,) que deberán de ir valorándose en los próximos días por parte de los municipios afectados.

La zona más dañada por los efectos de las tormentas y el pedrisco se sitúa en las comarcas del Alto Vinalopó, l’Alcoià y el Comtat, sobre todo con epicentro en la localidad de Beneixama y los municipios limítrofes de la Canyada, Camp de Mirra, Biar, Banyeres, Villena o Muro d’Alcoi. Allí se han visto afectados fundamentalmente los cultivos de olivar, almendra, vid y hortalizas.

El Ayuntamiento de Beneixama estudia la posibilidad de declarar zona catastrófica su término municipal. Sólo en tres municipios del Alto Vinalopó (Beneixama, Camp de Mirra y la Canyada) las pérdidas directas en el campo son superiores a los 3 millones de euros. Ha quedado afectada el 60% de la cosecha de aceitunas en unas 3.400 hectáreas, el 80% de la cosecha de almendra en unas 200 hectáreas, el 100% de la de uva de vino con un millón de kilos afectados y unas 40 hectáreas de hortalizas. Los daños en infraestructuras son incalculables.

Por lo que se refiere a la provincia de Castellón los daños en el campo se centran en las comarcas de la Plana Alta y l’Alcalatén y en menor medida en la Plana Baixa o el Maestrat. Hay sobre todo una franja dañada de uva de vinificación entre Vall d’Alba y les Useres y otra en las localidades de Alcossebre, Torreblanca y Cabanes con cítricos y hortalizas. En este último cultivo la afección va del 20 al 50%, según localidades. El pedrisco era gran tamaño aunque mezclado con abundante agua. Las pérdidas directas en el campo en esa provincia serán superiores al millón euros aunque los principales daños se sitúan en las infraestructuras agrarias, aún por evaluar, debido a la intensidad de la lluvia en poco espacio de tiempo y a la fuerza del viento.

En la provincia de Valencia las comarcas más afectadas por el pedrisco son la Ribera Alta y Ribera Baixa, la Safor, la Vall d’Albaida, la Costera, Utiel-Requena y los Serranos con unas pérdidas directas en las explotaciones agrarias de unos dos millones de euros. En la Ribera Alta prácticamente afectó a una gran extensión de toda la comarca aunque los daños son muy variables e inferiores a lo que se podía prever tras el tamaño del pedrisco caído. “Las piedras que caían eran muy grandes pero aisladas y claras, por ello el impacto no ha sido en todos los frutos. Es peor muchas piedras de inferior tamaño que las que han caído en esta ocasión, aunque donde ha impactado la piedra grande el destrozo es brutal”, señalan agricultores afectados en la comarca de la Ribera. Los daños se centran en los cultivos de cítricos, frutales y hortalizas. Habrá que ver la evolución posterior del impacto del granizo en un cultivo bastante sensible como es el del caqui y comprobar cómo cicatriza.

En la comarca de la Costera la zona más afectada es la comprendida en las localidades de Lloc Nou de Fenollet, Xàtiva, Barxeta y Llosa de Ranes. Las pérdidas en algunas parcelas van del 50 al 70% en cítricos, hortalizas y caqui. En la Vall d’Albaida los daños se centran en Bocairent. En los Serranos la localidad más afectada es Losa del Obispo y en Utiel-Requena, sobre todo en los términos municipales de Venta del Moro y Caudete de las Fuentes.

La Unió solicita a las Administraciones Públicas (Gobierno central y Generalitat) una serie de medidas compensatorias para paliar las pérdidas. Solicita una reducción de módulos fiscales para los agricultores y ganaderos afectados, la condonación o retorno del pago del IBI de Naturaleza Rústica correspondiente al actual ejercicio y del pago de las cuotas de la Seguridad Social para los agricultores inscritos en el Régimen Especial Agrario; así como préstamos bonificados.

En relación a los seguros agrarios esta organización pide que se agilicen las peritaciones y se estudie hacer más atractivo el actual seguro del olivar puesto que su nivel de contratación en las zonas productoras es muy escaso. Precisamente en el Alto Vinalopó, comarca más afectada, la mayor parte de los productores de olivar no tenían contratado el seguro y por ello LA UNIÓ pide ayudas con carácter excepcional para ellos ya que el seguro no se ajusta a las necesidades de los agricultores.

También pide que se sufraguen, previa presentación de la correspondiente factura de compra, el producto fungicida y los trabajos de aplicación para evitar la aparición de hongos y enfermedades en las explotaciones agrícolas.

Así mismo demanda La Unió la urgente reparación de las infraestructuras dañadas por estas tormentas con el fin de que los profesionales agrarios puedan continuar con su actividad normal en el campo.

Pese a todo lo anterior la valoración global de las recientes lluvias es muy positiva y beneficiosa para el campo tras la sequía que se lleva arrastrando. Las lluvias servirán para ahorrar algún riego, recargar los acuíferos, limpiar los árboles de posibles plagas y regenerar los pastos. LA UNIÓ reitera a los agricultores la necesidad de contratar una línea de seguros agrarios porque se trata del mejor instrumento al alcance de ellos para compensar una pérdida de renta como la que ocasiona un siniestro climatológico que no se puede prever.



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