La UE insta a tomar medidas para proteger a las pequeñas empresas alimentarias contra las prácticas desleales de algunos grandes fabricantes y supermercados del sector.

Agronews Castilla y León

24 de julio de 2014

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Las grandes empresas tienen un mayor poder de negociación en sus relaciones con otras empresas y lo utilizan, legítimamente, en su beneficio.

Sin embargo, como el poder en la industria alimentaria está cada vez más concentrado, el desequilibrio ha dado lugar a que en ocasiones las empresas más pequeñas sean objeto de prácticas comerciales desleales.

Entre las prácticas a las que pueden recurrir los más fuertes figuran:

  • negarse a poner por escrito cláusulas esenciales
  • introducir cambios en el coste de operaciones ya aprobadas
  • dejar que la parte más débil del contrato asuma riesgos desproporcionados
  • poner fin a una relación comercial sin previo aviso y sin un motivo objetivamente justificable.

Este podría ser un caso típico: un gran productor internacional de refrescos, que suministra a un pequeño minorista, lanza un nuevo producto y pide al minorista que lo ponga a la venta. Cuando el minorista se niega porque no tiene espacio en sus estanterías, el proveedor le amenaza con dejar de suministrarle algunos de sus productos «estrella». El minorista señala entonces que el contrato anual no abarcaba el nuevo producto y el proveedor le amenaza con poner fin a su relación.

Algunos gobiernos europeos ya han introducido medidas para evitar este tipo de prácticas, mientras que otros están aún pendientes de hacerlo.

Desde septiembre de 2013 la UE lleva animando a las empresas a suscribir un código de conducta voluntario, la Iniciativa de la Cadena de Suministro, según el cual se comprometen a mantener sus relaciones comerciales de una manera justa y sostenible.



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