El Gobierno de La Rioja, a través de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente, ha llevado a cabo una medida fitosanitaria extrema: el arranque subsidiario de una finca de perales en Alfaro, con el objetivo de controlar la propagación del fuego bacteriano en la región. Esta actuación se ha realizado hoy, 12 de agosto de 2024, tras la inspección técnica que determinó la situación sanitaria crítica de las parcelas afectadas.
La finca afectada comprende seis parcelas catastrales, que en su conjunto abarcan una superficie de 2,49 hectáreas. El plazo para que el propietario tomara acción había vencido el pasado 7 de agosto, lo que obligó a la Administración a intervenir para prevenir la extensión de la enfermedad, dado que las medidas adoptadas por el dueño de la parcela fueron consideradas insuficientes e incorrectas.
El fuego bacteriano, causado por la bacteria Erwinia amylovora, es una de las enfermedades más devastadoras para cultivos como el peral, membrillero y manzano. Este patógeno ingresa en las plantas a través de heridas de poda, pedrisco, o floración, y puede causar la muerte de la planta en un corto período de tiempo si las condiciones de humedad y temperatura son propicias.
Inspección y medidas fitosanitarias en la finca afectada
La actuación del Gobierno de La Rioja se enmarca dentro de lo dispuesto en el artículo 9 del Real Decreto 1201/1999, de 9 de julio, que regula el programa nacional de erradicación y control del fuego bacteriano. Según esta normativa, se estipulan medidas obligatorias para los agricultores, como el arranque y destrucción inmediata de toda planta que presente síntomas, sin necesidad de un análisis bacteriológico previo. Esta norma es vital para evitar la propagación de la enfermedad en zonas no protegidas, como es el caso de La Rioja.
A pesar de la notificación y los requerimientos enviados al propietario, las acciones tomadas por este no fueron las adecuadas. Se detectó que las ramas infectadas habían sido cortadas y apiladas sin la posterior quema obligatoria, una práctica que incrementa el riesgo de propagación de la enfermedad. Ante esta situación, la Consejería de Agricultura optó por ejecutar el arranque subsidiario, una medida que se considera excepcional y extraordinaria dado que la mayoría de los fruticultores riojanos cumplen con las normativas vigentes.
Impacto del fuego bacteriano en la agricultura de La Rioja
La Consejería de Agricultura había declarado previamente la situación como grave, basándose en los informes técnicos de la Sección de Protección de Cultivos. Este año, las condiciones climatológicas en La Rioja, caracterizadas por una alta humedad debido a las lluvias primaverales y temperaturas anormalmente elevadas, han favorecido la proliferación del fuego bacteriano. Estas condiciones han sido especialmente peligrosas durante el período de floración de los frutales.
El fuego bacteriano presenta una amenaza significativa para la producción frutícola en La Rioja. Desde que la Comunidad Autónoma perdió su estatus de zona protegida en 2012, la enfermedad se ha extendido por toda la región, obligando a los agricultores a extremar las precauciones. Aunque solo existen tratamientos preventivos, estos son de eficacia limitada, por lo que la detección temprana y la aplicación de medidas drásticas son esenciales para controlar la enfermedad.
Este año, la Sección de Protección de Cultivos ha incluido en sus últimos Boletines de Avisos Fitosanitarios recomendaciones claras para los agricultores, subrayando la importancia de cumplir con las medidas obligatorias. El esfuerzo por parte de los agricultores ha sido considerable, pero en casos aislados como el de la finca en Alfaro, la intervención gubernamental ha sido necesaria para proteger las fincas colindantes y evitar una mayor propagación de la enfermedad.
El futuro de la fruticultura en La Rioja ante el fuego bacteriano
La fruticultura es un pilar económico en La Rioja, especialmente en áreas como Alfaro, donde el cultivo de perales, manzanos y membrilleros es predominante. El control del fuego bacteriano es un desafío constante que requiere de la cooperación entre agricultores y autoridades. La ejecución subsidiaria de medidas fitosanitarias es una herramienta vital en este esfuerzo conjunto, aunque se espera que continúe siendo una solución de último recurso.
Las pérdidas económicas que puede ocasionar el fuego bacteriano son significativas. En casos extremos, la erradicación de una plantación completa puede ser la única forma de detener la enfermedad, lo que representa un duro golpe para los agricultores afectados. Sin embargo, la protección del resto de cultivos y la prevención de un brote más amplio justifican estas acciones drásticas.
La Consejería de Agricultura continuará monitorizando la situación y manteniendo un diálogo abierto con el sector agrícola para asegurar que las medidas adoptadas son efectivas y proporcionadas. La formación y la información continua a los agricultores son esenciales para prevenir futuros brotes de esta devastadora enfermedad.
