La patata y los dientes de sierra de su precio

José Ignacio Falces

3 de enero de 2015

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Si un sector puede ser dentro de la economía agraria un ejemplo de los vaivenes del mercado y de los precios este es sin lugar a duda el de patata que en un sólo año puede pasar de aportar 752 millones de euros a la renta del país en 2013 a sólo 448 en la siguiente, con una superficie muy similar y unos rendimientos al alza.

Basta con hacer un repaso a la gráfica que se adjunta para apreciar como los cultivadores que todavía se dedican a este cultivo han ido prácticamente de una campaña buena y otra mala casi a un ritmo prefijado, sin que los años de bonanza hayan llevado a la reflexión para buscar soluciones a las campañas más que previsiblemente malas que les iban a suceder. Es difícil de entender para cualquiera que se acerque a repasar los datos que aquí se presentan que en 2004 los productores de patata hayan facturado 584 millones de euros y que en la campaña actual, desastrosa por otro lado, no hayan llegado a los 450 millones, evidenciando que en 10 años el sector en lo que a estructuración se refiere a avanzado poco… o nada.

[[{«fid»:»15516″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:720,»width»:960,»style»:»width: 400px; height: 300px; margin: 5px; float: left;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]]Recientemente, el Foro de la Patata ha publicado un interesante informe que bajo la forma DAFO (Debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) señala la insuficiente planificación de las siembras, sin tener previsiones sobre variedades, calidades y destino final del producto, la necesidad de importar semillas del exterior, la falta de organización del sector y el importante grado de confusión que el etiquetado genera entre el consumidor como las principales debilidades que ofrece este sector en España.

Sin embargo, es indudable que también hay interesantes «fortalezas» que hay que tratar de destacar como son las continuadas mejoras de los rendimientos por hectárea que están logrando los cultivadores, situándose este año en los 30.000 kilos en el conjunto de España así como la posibilidad de ofrecer al mercado «patata nueva» durante casi todo el año; y unas «oportunidades» atractivas como son el hecho de que todos los años sea necesario importar 600.000 toneladas o la demanda que existe de una patata de calidad.

Quizás para dar respuesta a alguna de estas situaciones desde algunas administraciones públicas como es en este caso la Consejería de Agricultura y Ganadería de Castilla y León se está trabajando en dos proyectos que puedan dar respuesta a estas situaciones. Por un lado, se están realizando todas las gestiones para la puesta en marcha de una Interprofesional de la patata en esta región, no se puede olvidar el peso que este sector tiene en la agricultura regional pero que, además,sirva para ser el empujón que se necesita para poner en marcha un organismo como éste para el conjunto de España, no se puede olvidar que esta misma semana se han oficilializado la del vino y la del vacuno de carne, que sirva para organizar el sector, regular precios, estructurar las siembras evitando solpamientos… Por otro, el departamento de Silvia Clemente está finalizando las condiciones que regularán la puesta en marcha de una «marca de calidad para la patata de Castilla y León» que permita a los cultivadores dar a su producto un valor añadido que incremente la rentabilidad de sus producciones.



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