Un riesgo. Así califica ANOVE el uso de semilla no autorizada en los campos de Castilla y León. Utilización muchas veces oculta, casi de forma clandestina por parte de algunos agricultores que, al no contar con un control estricto, afecta a factores como la sanidad del futuro vegetal, la pureza de la variedad o la germinación asegurada.
Castilla y León, la tercera comunidad que más fraude comete
La organización ha solicitado que este tipo de “fraude” se regule por parte de las administraciones para evitar que la comunidad se encuentre entre las tres que más semillas sin control utilizan, superada solo por Castilla-La Mancha y Extremadura. Es más, dentro de las variedades de semilla destacan las de cereal de invierno (avena, cebada, trigo, centeno y triticale) con un 16 por ciento de semilla que certificada, un 35 de grano acondicionado y, por tanto más de la mitad no tiene origen determinado ni condiciones aseguradas. Esto se suma a las acciones fuera de la legalidad de algunos agricultores que tal y como explicaba el secretario general de la entidad, Antonio Villarroel, a Agronews, les llevaba a falsear declaraciones asegurando que usaban variedades libres cuando éstas eran protegidas.
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En España el 57 por ciento de la semilla es legal bien sea por reempleo, acondicionamiento o compra de semilla certificada. -
ANOVE recuerda que los agricultores pueden reemplear el grano en su explotación pero no comercializarlo ni intercambiarlo con otros.
Un peligro que podría conllevar, tal y como recuerda ANOVE a no garantizar la producción cerealista y un freno para obtener variedades más competitivas -al no invertir dinero en certificada-. Ahí, quien puede actuar para evitar el riesgo, es el agricultor: “La única semilla que puede ser comercializada es la certificada. Ninguna otra semilla, simiente o grano para siembra puede ser comprada o vendida ni encontrarse legalmente en el mercado” explican.
