La Junta de Castilla y León destina 7,5 millones de euros para las obras de infraestructura rural en la zona de concentración parcelaria del Páramo Bajo, sector IV de riego, en León

Agronews Castilla y León

23 de marzo de 2017

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El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León ha dado el visto bueno hoy, 23 de marzo, a la contratación de las obras de infraestructura rural en la zona de concentración parcelaria del Páramo Bajo, sector IV de riego, en la provincia de León. Esta inversión de 7.564.126 euros forma parte del compromiso que el presidente del gobierno autonómico Juan Vicente Herrera, asumió para la presente legislatura de realizar inversiones en zonas de concentración parcelaria que comprenden más de 160.000 hectáreas en la Comunidad. Con esta actuación se alcanzarían las 73.513 hectáreas concentradas, lo que supone un 45,9 % del compromiso.

Los trabajos que se van a llevar a cabo comprenden la construcción de una red de caminos de 179,4 kilómetros y de más de 135 kilómetros de desagües, así como la implantación de varias medidas ambientales como es la siembra de 4.136 plantas de especies frondosas y coníferas y la recuperación de canteras en cinco zonas de extracción con una superficie de más de 13 hectáreas. Estos elementos son básicos para la renovación de las estructuras productivas de las explotaciones agrarias y para que éstas sean más competitivas en sus producciones.

La superficie en la que se realizarán las obras de concentración parcelaria asciende a 5.515 hectáreas situadas en las localidades leonesas de Cabañeros, Conforcos y Laguna de Negrillos. Las 5.539 fincas se han convertido en 1.311 parcelas y la superficie media de cada una de ellas ha pasado de 1,41 hectáreas, en el caso de las de regadío, y las 0,58 hectáreas, en las de secano, a las 4,3 hectáreas de media por finca tras el proceso de concentración. Los 877 propietarios de la zona concentrada tienen una media de 1,43 fincas frente a las 6,32 parcelas que tenían previamente.

Beneficios

Entre los principales beneficios que conllevan las concentraciones parcelarias y las infraestructuras rurales que las completan se encuentran los de productividad y competitividad con la corrección de desequilibrios, la mejora de la rentabilidad de las explotaciones al hacerlas más eficientes, el aumento de la posibilidad de diversificar producciones, el aumento de la eficiencia y la vida útil de la maquinaria, la mejora de la comunicación en el medio rural y la multiplicación de las funciones y los usos potenciales del suelo rústico.

Proporciona, además, beneficios socioeconómicos como la mejora del nivel de vida de los agricultores, la atracción de jóvenes y mujeres a la producción agraria, potencia el desarrollo de la industria agroalimentaria y facilita la comunicación en el medio rural. Las concentraciones parcelarias son una de las actuaciones más eficaces en el medio rural para potenciar la actividad y el empleo y constituyen una herramienta contrastada de lucha contra el despoblamiento y los desequilibrios territoriales. Como ejemplo, el número de incorporaciones de jóvenes en zonas concentradas es un 40 % superior a zonas no concentradas, y la inversión privada de los agricultores para modernizar sus explotaciones es un 36 % mayor.

La mejora del ahorro energético, la reducción de la contaminación y del consumo de combustibles y la mejora de la calidad medioambiental son algunos de los objetivos de sostenibilidad ambiental que conlleva una concentración parcelaria. Se tiene en cuenta, de forma especial, la protección del medio natural, el respeto absoluto a los valores ecológicos, paisajísticos y ambientales de las zonas de actuación. Ayuda, además, a disminuir las emisiones de efecto invernadero (disminución de distancias un 40 %, ahorro de combustible un 25 % y reducción de CO2 un 25 %).



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