La Junta de Castilla y León apuesta por una mayor regulación de los cauces superficiales para aliviar la situación que viven las parcelas que aprovechan las subterráneas

José Ignacio Falces

19 de noviembre de 2021

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La localidad vallisoletana de Tordesillas ha acogido hoy, 19 de noviembre, el primer congreso de regadíos de aguas subterráneas organizado por la Diputación Provincial de Valladolid.

El alcalde de la localidad, Miguel Ángel Oliveira, ha sido el encargado de dar la bienvenida a los asistentes a este encuentro destacando la oportunidad del mismo dado el proceso abierto de definición del nuevo Plan Hidrológico.

Por su parte, Armando Caballero, presidente de la Asociación de Comunidades de Aguas Subterráneas de Castilla y León, ha subrayado la importancia de realizar una buena gestión de este tipo de uso del agua, lamentado las excesivas multas a las que tienen que hacer frente en muchas ocasiones.

Conrado Íscar, presidente de la Diputación de Valladolid, ha señalado, ante los medios de comunicación, el trabajo que desde la entidad provincial se está haciendo en defensa de los agricultores y ganaderos, pese a las pocas competencias con las que cuentan en este tema. “Hemos presentado alegaciones al nuevo proyecto de Plan Hidrológico que supone, en nuestra opinión, el enésimo ataque a la actividad de los profesionales agrarios y al conjunto del medio rural, un ataque más a un sector fundamental, olvidándose que el agua es un elemento vital para que desarrollen su labor”.

Finalmente, el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León, Jesús Julio Carnero, en su intervención quiso destacar la sensibilidad que la Diputación de Valladolid está teniendo con la situación de los agricultores en un tema tan delicado como es el regadío con aguas subterráneas y más en un momento en que se está negociación el Plan Hidrológico que abarcará hasta el año 2027.

“El agua es vida, afirmaba Carnero, y permite desarrollar la actividad tanto de agricultores como de ganaderos y que el conjunto de la sociedad se pueda alimentar. El agua[[{«fid»:»58033″,»view_mode»:»media_original»,»type»:»media»,»attributes»:{«height»:2920,»width»:4464,»style»:»width: 400px; height: 262px; border-width: 5px; border-style: solid; margin: 5px; float: right;»,»class»:»media-element file-media-original»}}]] debe estar al servicio de estos profesionales, haciendo un uso correcto de la mismo, así como de los habitantes del medio rural”, para continuar asegurando que “el nuevo Plan Hidrológico no atiende las demandas de Castilla y León en materia de regadíos, no se puede olvidar que la media de superficie regada en el conjunto del país es del 21% mientras que aquí apenas llega al 12, hemos pedido 7.000 hectáreas más de nuevos regadíos sobre las cifras que baraja la Confederación Hidrográfica del Duero… pero, además, demandamos una mejor y mayor regulación de los cauces, tenemos mucho margen para hacerlo…en el Órbigo, en el Carrión, en el Cega donde no se ha hecho nada, en la presa de Santa Teresa o en las balsas de Tordesillas.”

“El 30% de la superficie que se riega en Castilla y León se hace con aguas subterráneas, recalcó el consejero de Agricultura. El nuevo Plan Hidrológico es muy limitativo, cuando no muy prohibitivo… frente a esto desde la Junta apostamos por esas nuevas regulaciones que no requieren grandes infraestructuras, sino que en muchos casos son balsas que permitan el aprovechamiento del agua todo el año”.

Finalmente, Jesús Julio Carnero quiso destacar la importancia que están cobrando las comunidades de regantes de aguas subterráneas un elemento clave para el correcto aprovechamiento de esa agua.



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