Hace no pocos años este título no tendría mucho impacto, ya que el agricultor sabía y valoraba la fertilización como uno de sus principales aliados.
En la situación actual en la que se encuentran el sector agrario con incrementos de precios y de una cosecha escasa, muchos agricultores tienen importantes dudas de que hacer este año.
Pero además es una situación que ya viene arrastrándose varios años, ya son como mínimo dos campañas en el que la fertilización de fondo, la que tiene que ayudar a la implantación de los cultivos y darles fuerza y energía, se ha eliminado por muchos agricultores.
Esto supone que el sembrar en unos suelos que no están siendo abonados hace que estos cultivos, girasol, leguminosas, cereales, colza, etc. Estén extrayendo nutrientes del suelo y al no abonar estamos esquilmando la riqueza que tenía el suelo.
Uno de los retos de la agricultura es conseguir la máxima “productividad-rentabilidad” es decir, alcanzar las mayores producciones, pero con el coste unitario mínimo. Es de destacar el progreso alcanzado para ello en variedades de alto rendimiento, en una mejor protección fitosanitaria y en una mecanización mucho más avanzada, además de las herramientas de autoguiado o mapas de cosechas, entre otros.
En la “fertilización” también se ha avanzado mucho, desde Fertiberia se llevan todos los años acabo multitud de pruebas de laboratorio, de cámaras de cultivo y por supuesto de campo probando nuevas fórmulas, nuevos equilibrios con nuevas materias primas para poder llegar a que nuestros campos lleguen a la máxima productividad que las nuevas variedades ofrecen al agricultor.
El comenzar una nueva sementera haciendo una buena labor, escogiendo una semilla de calidad, realizar los mejores tratamientos fitosanitarios al suelo para proteger al cultivo de malas hierbas, el hacer la siembra y las labores utilizando la agricultura de precisión, después de todo esto ¿tiene sentido privar al nuevo cultivo del alimento necesario para llegar al máximo de productividad? Porque esta es la situación, si no se abona de la manera necesaria y adecuada, la productividad no será la máxima.
La fertilización es una inversión, ya que los nutrientes que se aportan son necesarios para alcanzar la máxima productividad que nos permita la climatología, pero también nos va a permitir mantener el suelo, las tierras, con una fertilidad adecuada, sin esquilmar sus recursos.
El eliminar el abonado de fondo tendrá una influencia directa en:
• Los rendimientos
• En la calidad
• En la capacidad de enraizamiento
• En la resistencia de las plantas a las condiciones climatológicas desfavorables
• En un mayor o menor capacidad de ahijamiento
• En la resistencia a las enfermedades
• En la mayor o menor precocidad de la floración
• En la calidad del grano
• En el mantenimiento de la fertilidad del suelo
Todas estas razones son más que suficientes para que los agricultores recuerden “la importancia de la fertilización”. En estos años Fertiberia ha diseñado y fabricado abonos con más eficacia por unidad de nutriente con la gama SulfActive abonos que garantizan la alimentación del cultivo implantado y el mantenimiento de la fertilidad del suelo.