Según un estudio presentado recientemente por Gis Elevage, la ganadería genera en Francia 882.000 empleos directos e indirectos, de los que aproximadamente 703.000 son a tiempo completo mientras que el resto lo son parciales.
De esos trabajos a tiempo total 312.000 se corresponden con las labores directas en las explotaciones ganaderas mientras que 391.000 son indirectos vinculados a temas como la alimentación animal, el transporte, la atención veterinaria, los trabajos en los mataderos, la industria agroalimentaria vinculada con estos productos cárnicos…
Los distintos sectores ganaderos presentan realidades muy diferentes. Así, en el caso del bovino los 350.000 empleos que generan son, básicamente, de trabajo en las explotaciones, pues la transformación de esas producciones es escasa ya que buena parte de los animales se exportan vivos; por el contrario en el caso del porcino detrás de cada empleo directo en la granja hay seis y siete puestos relacionados con la transformación de la producción primaria.
Precisamente, la existencia de esa importante cantidad de empleo indirecto relacionado con la ganadería es lo que hace que cualquier crisis en este sector genera importantes consecuencias en la economía general de Francia.