
Las revisiones de este mes a las estimaciones de la FAO sobre la campaña 2021/22 obedecen en gran medida a las repercusiones del conflicto en Ucrania en los mercados de cereales, en particular los de trigo y maíz. Se cree que los cierres portuarios en Ucrania estén limitando notablemente las exportaciones del país, mientras que las dificultades financieras y de transporte están obstaculizando las exportaciones de la Federación de Rusia. Es probable que estos factores se prolonguen por el resto de la campaña 2021/22. Se cree que la probable pérdida de exportaciones de la región del Mar Negro se manifieste en una disminución de los envíos procedentes de la región y destinados a ella, así como en el aumento de los precios mundiales, la reducción de las importaciones, la desaceleración del crecimiento de la demanda y unas existencias menores de lo previsto en varios países. Además, la situación ha dado lugar a una mayor incertidumbre en los mercados de trigo y maíz, a un desplazamiento de los flujos comerciales y a la aplicación de medidas de exportación por parte de varios países.
El pronóstico de la FAO acerca de la producción mundial de cereales en 2021 ha registrado un ligero aumento este mes y se sitúa ahora en 2 799 millones de toneladas, es decir, un 0,8 % más que en 2020.
La producción mundial de cereales secundarios, que se estima ahora en 1 206 millones de toneladas, se ha incrementado de forma marginal este mes debido a un leve aumento de la estimación de la producción de maíz en Ucrania, donde datos oficiales recientes apuntan a rendimientos mayores de lo previsto anteriormente.
La producción mundial de trigo también ha aumentado ligeramente y se sitúa actualmente en 777 millones de toneladas tras un ajuste al alza de la estimación sobre Australia.
En cuanto al arroz, se han incrementado las cifras relativas a la producción de Tailandia, a consecuencia de un aumento en las valoraciones oficiales respecto del tamaño de la cosecha de 2020 y de una gran ampliación de la superficie del cultivo secundario de 2021 que se está recolectando en la actualidad. Por el contrario, se ha recortado la producción de Indonesia, donde funcionarios informaron de que el tercer ciclo de cultivo, concluido al cierre de 2021, rindió menos de lo previsto anteriormente debido a la sequedad y a las constantes desviaciones de uso de la superficie. Como resultado de estos cambios, según las previsiones actuales, la producción mundial de arroz en 2021 alcanzará los 520,3 millones de toneladas (arroz elaborado), lo que supone un alza del 0,7 % respecto de 2020 y un máximo histórico.
TRIGO
De cara al futuro, el pronóstico de la FAO sobre la producción de trigo en 2022 se ha rebajado ligeramente desde la estimación de marzo, fundamentalmente como resultado del conflicto en Ucrania; no obstante, aún apunta a un incremento del 1,1 %, fijándose en 784 millones de toneladas. En la actualidad se prevé que la producción de trigo en Ucrania disminuya por debajo del promedio quinquenal, sobre todo a causa de las expectativas de que al menos el 20 % de la superficie plantada con trigo de invierno posiblemente no se coseche a consecuencia de la destrucción directa, limitaciones en el acceso o la falta de recursos para recolectar los cultivos. Además, también se prevé que disminuyan los rendimientos en 2022, ya que las perturbaciones del acceso a los insumos y tierras agrícolas dificultarán la puntualidad de las operaciones de cultivo.
En el caso de la Federación de Rusia, las prolongadas condiciones meteorológicas propicias han favorecido las expectativas sobre las cosechas y, según los informes del país, se prevé que la producción de trigo se sitúe por encima del promedio quinquenal; sin embargo, este pronóstico sigue siendo preliminar, en particular teniendo en cuenta las incertidumbres relacionadas con la importación de algunos insumos agrícolas
En la Unión Europea, pese a las condiciones favorables en la mayoría de las zonas, es probable que la persistente escasez de precipitaciones en las zonas sudoccidentales reduzca los rendimientos. En combinación con una probable disminución leve de las plantaciones, se estima que la producción total de trigo en la Unión Europea registre una disminución interanual y se sitúe en 134 millones de toneladas en 2022.
En América del Norte, la ampliación de las plantaciones en el Canadá y los Estados Unidos de América, motivada por los precios, sustenta las expectativas de aumento de la producción. Según los pronósticos, la producción de trigo ascenderá a 31,2 millones de toneladas en el Canadá, un aumento significativo en comparación con la reducida producción de 2021, y a 53 millones de toneladas en los Estados Unidos de América, donde, sin embargo, la persistente sequía está perjudicando las perspectivas de rendimiento.
En Asia, este mes el pronóstico acerca de la producción de trigo en el Pakistán se ha recortado moderadamente, debido a la escasez de insumos y a las infestaciones localizadas de roya de la hoja que probablemente causen una reducción los rendimientos. Sin embargo, la producción de trigo en 2022, cifrada en 28 millones de toneladas, seguiría superando el último promedio quinquenal. Se prevé que la producción de trigo en la India registre un incremento modesto en 2022. En el Cercano Oriente, se estima que la producción en 2022 alcanzará un nivel promedio, mientras que, en África del Norte, las condiciones de sequía en Marruecos, las zonas occidentales de Argelia y el centro de Túnez apuntan a una reducción de las cosechas en 2022.
CEREALES SECUNDARIOS
En cuanto a los cereales secundarios, las perspectivas sobre la producción siguen siendo favorables en la Argentina y el Brasil, donde se prevé que las cosechas de maíz alcancen unos niveles muy superiores al promedio en 2022. En particular en el Brasil, a pesar de que la sequedad haga que disminuya la producción de la cosecha secundaria de maíz, una importante producción del cultivo principal, denominado safrinha, que acaba de sembrarse, respalda el pronóstico récord de 112 millones de toneladas en 2022. En África austral, es probable que la producción de maíz en Sudáfrica disminuya en términos interanuales, a raíz de una reducción de las plantaciones, aunque, cifrada en 15 millones de toneladas, seguiría representando una producción superior al promedio.